71. Mevie

239 10 0
                                    

Everything

Mal no puede tener hijos, noticia que fue en su momento un gran impacto en su momento pero que pudieron llevar a cabo, hasta que Evie quedo embarazada, y no de uno, si no que de dos hermosos bebés varones que están llegando en el mundo en este momento, pero hay un minúsculo problema, Evie esta allí hace cinco horas y no consiguieron nada, todos creen que Mal debería ser quien le dé la mano, pero la reina de Auradon no sabe que su mejor amiga esta embarazada, al menos hasta ahora que Ben la trajo a la habitacion donde esta todo pasando.

—¿Por que lloras Uma'?.

—Ben cariño en.... ¡Mal! Se que lo vas a ver aquí dentro va a shockearte, pero la persona que está aquí te necesita muchísimo.

—¿De quien hablas?.

—Entra con ella.

La oji-verde entró bastante confundida, Evie la miró con los ojos llenos de lagrimas, cosa que causo un nudo enorme en la garganta en Mal, quien rápidamente corrió hacia ella y le dio la mano, Evie las entrelazo y la apretó gritando de dolor.

—Perdón.

Mal la miró y negó.

—No es importante ahora, después hablamos.

—Evie, necesito que empujes.

La oji-miel asintió, y comenzó a pujar, Mal estaba a nada de llorar y de ayudarla tal vez un poco más.

—N-No te vayas— Sollozó cuando Mal le soltó la mano, para luego gritar de dolor —Me duele.

—No voy a hacerlo— Dijo subiéndose a la cama, poniendo sus pies a la altura de los de Evie, quien se recostó en su pecho.

La oji-verde entrelazo una de sus manos, y con la otra comenzó a masajearle el vientre, sintiendo a sus sobrinos patear. El hada madrina sonrió, lo estaban logrando.

—Lo hacen excelente, tanto que el primero ya casi está afuera.

—¿E-El primero? ¿Son gemelos?.— Preguntó Mal.

—Lo siento.

—No digas eso, no estoy enojada. Además, ya te lo dije hablaremos después.

Evie asintió, y volvió a empujar, mientras Mal seguía haciendo masajes.

—Vamos Evie, tu puedes.

Evie gritó de dolor, y el hada madrina cargaba a un hermoso bebé con un llanto tan hermoso que se escuchó dentro y fuera de la habitación.

—¿Quieres cargarlo ahora o prefieres...

—Ahora.— Sollozó la peli-azul, la señora se acerco con cuidado, y le entregó el pequeño a Evie, que soltó la mano que Mal sostenía, para poder cargarlo.

—Es hermoso— Sollozó la peli-morada.—Felicitaciones, E.

—¿No estas enojada?.— Preguntó y volvió a gritar de dolor, el hada madrina dejó al pequeño en manos de su hija y Carlos.

—Vamos Evie, que ya no falta nada.

Mal volvió a ofrecerle su mano, Evie la tomó y juntas las unieron, Evie volvió a empujar, una, dos, tal vez fueron cinco veces, hasta que finalmente dio su primer llanto.

one shots descendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora