95. Mevie

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Luego de la gran bienvenida a los reyes por su boda, Mal salió a buscar a su mejor amiga quien sorprendemente no estuvo presente, y sospechosamente nadie sabía el porque.

Los gemidos se oían al entrar, Mal suspiró.

"Excelente bienvenida" Pensó, pero aun así subió las escaleras.

-Doug me duele, me estas lastimando, y comienzas a lastimar a nuestro hijo.

-Eso deseo, que lo pierdas y poder follarte tanto que ni Mal va a soportarte.

Los ojos de Mal se llenaron de lagrimas, pero permanecía en shock, ¿Cómo es que habían pasado tantas cosas en su ausencia?.

-Doug, sueltame.- Suplicó.

-Yo decido cuando terminamos.

-¡TE DIJO QUE LA SUELTES ENFERMO!- Grito Mal separándolos, -E, ve al baño a bañarte y cambiarte, te espero abajo cuando termines.- Evie asintió no muy segura.

Mal acercó a Doug al marco de la ventana, y lo arrojó, sin embargo evitó su muerte, pero al menos no iban a tener que preocuparse por el. Bajó a la cocina, sus ojos se llenaron de lagrimas, el test de embarazo, las ecografías y el papel que indicaba que seria un niño, todo estaba alli. Sin embargo los gritos de Evie la sacaron de sus pensamientos, y se vio obligada a subir.

-No quiero perderlo, pero me duele mucho.- Sollozó, la peli-morada la miró, la agarro delicadamente por la cintura y se recosto, para luego recostarla sobre ella.

Dirigió su mano hasta el abdomen de Evie y comenzó a masajearlo suavemente.

-¿Estas enojada?.

-No. Solo creo que me hubiera gustado estar en esos momentos, y me gustaría que sepas que si hubieras llamado, hubiera venido.

-Lo sé, pero Carlos decia que te oías tan feliz en las video llamadas que no queria molestarte.

Mal entrelazó sus manos y beso su frente.

-Jamás serias una molestia, nunca.

-¿Dónde aprendiste a calmar las contracciones?

-Solo recuerdo lo que hacían con Perséfone, cuando iba a nacer Hadie, y tal vez un poco de Anastasia y Drizella. Simplemente eso. ¿Funciona?

-Si, aunque creo que también le gusta tu voz, no deja de moverse cuando hablas. ¿Que tal Verona?

-Bastante menos principesco de lo que esperaba, recorrimos varios lugares interesantes, Ben me llevó a la casa del cuento de cuna que Bella solía contarle, fuimos a varios lugares de comida, allí compramos los dulces raros que le gustan a Dizzy, Celia y Carlos, también les trajimos nuevas espadas a Jay y Gil, armaduras a Harry y Uma, y tienes telas de la realeza esperándote en el castillo.

-Gracias, hablando de castillos, ¿Crees que podrías contarle a Ben lo que paso y decirle que quiero hablar con él a solas? - Preguntó.

[...]

-Evie, Mal me conto lo que pasó. - Murmuró el Rey de Auradon, ingresando a la casa de la peli-azul.

-Ben, necesito pedirte perdón, él era tu mejor amigo no se en que estaba pensando en llamarte para pedirte ayuda mientras estabas disfrutando tu luna de Miel.

-Evie, ningún violador puede ser mi mejor amigo. - Expresó con seriedad, -Ese idiota va a pagar toda la mierda que les hizo, y realmente el que debería pedirte perdón soy yo, no pude pensar en nada mejor que volver antes, y ni siquiera pude llevármelo yo. Pero no me perdonaría si dejara que te pase lo que le paso a mi madre. Ese pequeño y tu merecen tener lo mejor del mundo, ¿Quieres algo?

one shots descendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora