Capítulo 17

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- ¿Dónde naciste?-

Comenzó a latirle un músculo en la mandíbula, y sus ojos se oscurecieron de forma siniestra. Cualquiera que hubiese sido el lugar de su nacimiento, no parecía agradarle demasiado.

- Muy bien, soy medio griego; pero no estoy orgulloso de esa parte de mi herencia.-

Bien; un tema espinoso. De ahora en adelante, borraría la palabra «griego» de su vocabulario.

- Volviendo al asunto de la lencería - dijo Soledad -debo decir que allí hay una roja que creo que le quedaría genial-

- ¡Soledad! - le gritó Lucia

Su amiga la ignoró y condujo a Alejandro al estante donde estaba colgada la lencería de color rojo. Soledad cogió un picardías de color rojo brillante abierto por la parte delantera, y sujeto por un pequeño cordoncillo que se anudaba justo bajo el pecho. Los tirantes eran minúsculos. Unas braguitas y un liguero de encaje del mismo tono completaban el conjunto.

- ¿Qué estás pensando? - le preguntó Lucía mientras Soledad sostenía la prenda frente a Alejandro.

Él la miró de forma especulativa.

Si continuaban con ese jueguecito, acabaría muerta de vergüenza.

-¿Quieren dejar ya eso? - les preguntó- No pienso ponérmelo-

-De todas formas voy a comprarlo - dijo su amiga con voz resuelta

-Estoy prácticamente segura de que Alejandro es capaz de convencerte para que te lo pongas-

Él la miró divertido.

- Preferiría convencerla para que se lo quitara-

Lucia se cubrió la cara con las manos y gimió.

- Acabará animándose - le contestó Soledad con un gesto conspirador.

- No lo haré - le dijo Lucía, aún oculta tras las manos.

- Sí lo harás - dijo Alejandro dejando zanjado el tema, mientras Soledad pagaba la negligé roja.

Usó un tono tan arrogante y confiado, que Lucia imaginó que no estaba acostumbrado a que le desafiaran.

- ¿Te has equivocado alguna vez? - le preguntó.

La diversión desapareció de su rostro, y de nuevo ocultó sus sentimientos tras una especie de velo. Esa mirada escondía algo, estaba segura. Algo muy doloroso, teniendo en cuenta la repentina tensión de su cuerpo.

No volvió a pronunciar una sola palabra hasta que Soledad regresó y le dio la bolsa.

- Vaya - comentó -, se me ocurre que podrían poner unas velas, una música tranquila y...-

- Soledad - la interrumpió Lucia

-Te agradezco mucho lo que intentas hacer, pero en lugar de hablar de mí, ¿podemos ocuparnos de Alejandro?-

Soledad lo miró de reojo.

- Claro, ¿le pasa algo?-

- ¿Sabes cómo sacarlo del libro? De forma permanente, quiero decir-

- Ni idea - contestó y se dirigió a Alejandro -. ¿Tú sabes algo al respecto?-

- No he dejado de repetírselo: es imposible-

Soledad asintió con la cabeza.

- Es muy testaruda. Nunca presta atención a lo que se le dice, a menos que sea lo que ella quiere oír-

- Testaruda o no - añadió Lucía dirigiéndose a Alejandro -no puedo imaginar una sola razón por la cual querrías permanecer encerrado en un libro-

The god of sex 🔥  [Adaptación LUCIALEX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora