Capítulo 58

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-Si Alejandro hubiese acudido a mí alguna vez, habría dejado que Penélope lo amara. Pero no lo hizo. Lo observé acercarse a ella, noche tras noche, tomándola una y otra vez, y percibí su malestar, su angustia porque sabía que su esposa no lo amaba. Y todavía seguía rechazándome y maldiciéndome. Fueron las lágrimas que derramé por él a lo largo de los años lo que puso a Príapo en su contra. Siempre ha sido el más leal de mis hijos. Debí detenerlo tan pronto como supe que quería la sangre de Alejandro, pero no lo hice. Ansiaba que la ira de Príapo consiguiera que Alejandro me buscara e implorara mi ayuda. - Apretó los dientes.

Pero no lo hizo.

Lucia comprendía su dolor, pero eso no cambiaba lo que le había hecho a su hijo.

- ¿Cómo es que Alejandro acabó siendo maldecido?-

La diosa tragó saliva.

- Todo comenzó la noche que Atenea le contó a Príapo que no existía otro hombre más valiente y fuerte que Alejandro. Ella lo retó a enfrentar a su mejor general con Alejandro. Dos días más tarde, contemplé cómo Alejandro cabalgaba hacia la batalla y supe que no perdería. Cuando venció al ejército romano, Príapo se enfureció-

-Eros se fue de la lengua y le contó lo que había hecho. Al instante, Príapo fue en busca de Demian y Penélope. Yo no sabía las repercusiones que iba a tener. - Se envolvió la cintura con los brazos.

-Nunca tuve intención de que los niños murieran. No te imaginas las veces que me pregunto al cabo del día por qué dejé que ocurriera aquello-

- ¿No hubo ningún modo de evitarlo?-

Afrodita negó tristemente con la cabeza.

- Incluso mis poderes están limitados por las Parcas. Cuando Alejandro se dirigió a mi templo, tras verlos a todos muertos, contuve el aliento pensando que por fin acudía en busca de mi ayuda. Y entonces vio a esa puerca con la túnica de Príapo que se arrojó a sus brazos y le pidió que tomara su virginidad antes de que tuviese lugar la ceremonia en la que sería reclamada por mi otro hijo. Si Alejandro hubiese pensado con claridad, sé que la habría rechazado. - El rostro de la diosa se ensombreció por la furia.

-Si no hubiese sido por Alexandria, ese día mi hijo hubiese venido a mí. Sé que me habría pedido ayuda. Pero era demasiado tarde. Todo acabó en el mismo momento en que se derramó en ella-

- ¿Y aún así te negaste a ayudarlo?-

- ¿Cómo podía elegir entre dos de mis hijos?-

Lucia se horrorizó ante la pregunta.

- ¿Y no fue eso lo que hiciste cuando permitiste que encerraran a Alejandro en un pergamino?-

Los ojos de Afrodita brillaron con tal malicia que Lucia dio un paso atrás.

- Alejandro fue quien me rechazó. Todo lo que tenía que hacer era pedirme ayuda y yo se la habría dado-

Lucia no podía creer lo que estaba oyendo. Para ser una diosa, Afrodita era bastante egoísta y corta de entendederas.

- Toda esta tragedia porque ninguno de los dos ha querido rebajarse a suplicar al otro. No puedo creer que concedieras a Alejandro la fuerza de Ares y luego lo maldijeras por esa fuerza que tú misma le otorgaste. En lugar de esperarlo o de enviar a otros en tu nombre, ¿no se te ocurrió nunca ir en persona?-

Afrodita la miró furiosa e indignada.

- Yo soy la Diosa del Amor, ¿ cómo quieres que me arrastre?. ¿Tienes la más ligera idea de lo embarazoso que es para mí que mi propio hijo me odie?-

The god of sex 🔥  [Adaptación LUCIALEX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora