Lucía buscó su mirada.
- Hablas como si lo supieras de primera mano-
- Lo sé-
Lucía sentía su dolor como si fuese el de ella. Alargó el brazo para tocarle suavemente el brazo.
- ¿Eso fue lo que le ocurrió a Penélope? - le preguntó en voz baja.
Alejandro apartó la mirada de Lucía, pero ella captó el sufrimiento que se reflejó en sus ojos.
- ¿Hay algún lugar donde pueda cortarme el pelo? - preguntó inesperadamente.
- ¿Qué? - respondió Lucía, consciente de que había cambiado el tema para, de ese modo, no tener que contestar a su pregunta -. ¿Por qué?-
- No quiero tener nada que me recuerde a ellos - el dolor y el odio que se veían en su rostro eran tangibles.
De mala gana, Lucia asintió.
- Hay un lugar en el Brewery-
- Por favor, llévame.-
Y Lucía lo hizo. Abrió la marcha de vuelta al centro comercial, hasta llegar al salón de belleza.
Nadie dijo una palabra hasta que estuvo sentado en la silla con la estilista detrás.
- ¿Está seguro de que quiere cortárselo? - preguntó la chica, pasando las manos con una caricia reverente entre las largas y rubias rastas
-Le aseguro que es magnífico. La mayoría de los hombres están espantosos con rastas, pero a usted le sienta de maravilla, ¡lo tiene tan saludable y suave! Me encantaría saber qué usa para acondicionarlo-
El rostro de Alejandro permaneció impasible.
- Córtelo-
La chica, una diminuta morena, miró por encima de su hombro buscando a Lucía
- ¿Sabe? Si tuviese esto en mi cama todas las noches y pudiese acariciarlo, no me gustaría nada que quisiese estropearlo
Lucía sonrió. Si la chica supiera...
- Es su pelo-
- Está bien - contestó con un suspiro resignado. Lo cortó justo por encima de los hombros.
- Más corto - dijo Alejandro mientras la chica se alejaba.
La estilista pareció sorprendida.
- ¿Está seguro?-
Alejandro asintió con la cabeza.
Lucía observó en silencio cómo la chica le cortaba el pelo dejándoselo con un estilo que recordaba al David de Miguel Ángel.
Estaba más deslumbrante que antes, si es que eso era posible.
- ¿Qué tal? - le preguntó la chica finalmente.
- Está bien - le respondió él -. Gracias.
Lucía pagó el corte y le dio una propina a la chica. Miró a Alejandro y sonrió.
- Ahora pareces de esta época-
Él volvió la cabeza con un gesto rápido, como si ella le hubiese dado un bofetón.
- ¿Te he ofendido? - le preguntó Lucía, preocupada por la posibilidad de haberle hecho daño inadvertidamente. Eso era lo último que Alejandro necesitaba.
- No-
Pero Lucía lo intuía. Algo relacionado con su comentario le había herido. Profundamente.
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The god of sex 🔥 [Adaptación LUCIALEX]
Fiksi PenggemarEsta historia no es mía, todos los créditos a su increíble autor o autora 🤍 Una Antigua Leyenda Griega Poseedor de una fuerza suprema y de un valor sin parangón, fue bendecido por los dioses, amado por los mortales y deseado por todas las mujeres q...