Capítulo 11. Dulce Sincronía
*Historia creada y escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Libro publicado en formato físico y digital en Amazon. También se encuentra disponible en Patreon en formado digital. 💖 Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar este y otros libros completos, así como capítulos anticipados en Patreon.com/chispasrojas.
—¡Caray! —jadeó Jimin—. Jungkook, Jungkook, ¿has visto como me he movido? ¡Mira esto!
Apretó la estaca vibrante cargada entre sus dedos, y volvió a desplazarse de forma tan veloz, que casi pareció una criatura sobrenatural. Sus movimientos se desplazaban entre el aire de una forma dinámica e inigualable, producido por los efectos de la carga mágica elemental de su arma.
—Ya... ya lo he visto —Jungkook se repantigó en el suelo lleno de sudor—. Me has repetido lo mismo siete veces.
El peculiar trabajador del ministerio de ojos violetas, Jung Hoseok, realizó una bendición más cuando los demás novicios depositaron sus estacas en el pentáculo esa tarde. Amontonándolas en el centro, cada uno de ellas recibió el elemento con el que estuvieron entrenándose. Y hasta ese día, todos estaban practicando con las estacas bendecidas sintiendo una inigualable velocidad de desplazamiento. Tanto que, habían perdido cierta precisión por la falta de costumbre.
—¿Has visto eso, Kook? —insistió Jimin como un crío—. Creo que si tomo impulso podría correr por las paredes. ¿Tú que dices?
—Que me voy a duchar, y a la cama —soltó levantándose cuidadosamente.
Jungkook no se encontraba con demasiado humor desde que apenas podía usar uno de sus brazos. Los entrenamientos se le estaban haciendo más difíciles, y odiaba pensar que podía quedarse por detrás del resto después de todo lo que había hecho.
—Vale, ¡chao! —Jimin ignoró su humor de perros con maestría.
El muchacho volvió a los vestuarios, pasando por las duchas del gimnasio. Después de dejarse llevar por la soledad del vapor húmedo, se acercó a la zona del restaurante con su mochila deportiva cargada del brazo que no palpitaba de dolor. Sorbió su ramen en la barra intentando no demorarse demasiado (quería dormir cuanto antes), y echándose al bolsillo de la cazadora un par de bollos del pan dulce chino que tanto adoraba, volvió al ala dhampir mordisqueándolos.
Subió la escalera y giró la esquina distraídamente, topándose de lleno con dos alumnos que se manoseaban como unos desvergonzados. Su breve encontronazo hizo que estos posasen sus ojos dilatados y alientos entrecortados sobre Jungkook, quien casi se atragantó con el pan advirtiendo quién era uno de los participantes interrumpidos: Kim Namjoon.
—H-hah, p-perdón —se excusó Jungkook atropelladamente—. Ya me iba. Sí. Justo por allí. Eso es. ¡Hasta luego!
Tan incómodo que hubiera deseado arrancarse los ojos. Y no por interrumpir una situación calenturienta (ya le pasó dos veces en quinto), sino porque aquel era Namjoon junto a una dhampir de su curso. Sus colmillos estaban tan crecidos como agujas, y la camisa de uniforme de la dhampir de su clase le mostró un sujetador rosado de encaje.
Jungkook pasó de largo resoplando entre dientes, llegó a la vacía sala común dhampir y tuvo un atisbo de Minyu con un libro de Historia nosferatu. Estuvo a punto de meterse en la zona de dormitorios, pero aprovechó para sentarse a su lado unos minutos intentando olvidar la desagradable y palpitante escena de uno de sus mejores amigos moroi mirándole con cara de maníaco chupasangre. E instantes después, no pudo evitar contárselo.
—Oye, y le has visto... ¿ya sabes...? —masculló Minyu con la mandíbula desencajada—. Ya decía yo que el año pasado estaba siempre rondando por aquí. Seguramente echándole el ojo a Irissa. Aunque bueno, Kim Taehyung merodea por el ala.
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Tik Tak Teeth [Vol. 1] ⋆ Kookv [Chispasrojas]
FanfictionLibro publicado en físico en Amazon [⋆] El mundo moderno está lleno de razas que se relacionan en una sofisticada y secreta sociedad vampírica. La academia de Incheon es un lugar donde los jóvenes novicios aprenden el arte de la guerra y la magia, s...