Después de treinta años, volvía a encontrarse con Erina, la mujer con la que Jonathan se había casado, a la que le juro amor y fidelidad, hasta que la muerte los separara.
Una divertida ironía, puesto que antes de la propia muerte, había sido Dio quien los había separado.
Muchos pensamientos llegaron a la mente de Dio en ese momento. Y en un principio la única causa probable que considero fue el destino, que siendo una perra, habría propiciado aquel inesperado encuentro. Sin embargo, al observar con atención los ojos azules de Erina y su falta de sorpresa se convenció de que aquello no era una coincidencia. Esta mujer había llegado a ese lugar con un propósito.
- De todas las personas que conozco de este viejo continente, eres a la que menos esperaba ver.- Dio retomó la conversación, manteniendo una sonrisa arrogante. Esa que le había mostrado en el pasado, mientras era señalado por ella como la peor persona del mundo.- Y como evidentemente esta no es una coincidencia, me veo en la necesidad de preguntar... ¿Cuál es el motivo de tu presencia?
- Me alegra que tu intuición siga siendo tan buena. Eso nos ahorrara muchas explicaciones.- Ella sonrió, de una manera que podía considerar amable.- Y mis motivos son simples. Me entere de que estarías en Inglaterra, así que vine hasta aquí para conversar contigo.
- Bien... No te ofendas. Realmente esta situación me resulta entrañable, pero por si ya lo olvidaste, la familia a la que perteneces no tiene permitido estar en cualquier lugar que yo me encuentre. Lo que significa que no deberías estar aquí...- Mantuvo una voz firme, rememorando la razón de esto. Su más grande victoria durante su carrera como abogado.
- Lo sé. Es por eso que espere a que todos se fueran.- Admitió con una expresión determinada. Algo completamente nuevo ya que en el pasado, la había conocido como una mujer emocional y manipulable.- Pero no lo hice por qué me preocuparan las posibles consecuencias, no estoy cometiendo un delito. Ya que legalmente cambie de familia política.
- ¿Estás hablando en serio?- Dio tuvo problemas para creer en sus palabras, era una situación demasiado irreal de acuerdo al concepto que tenia de ella.
- Si. Ahora puedes referirte a mí como, Erina de Pendleton.
- Así que volviste a casarte.- Dio lo comprendió rápidamente, y solo entonces se percato de las dos alianzas en su dedo anular. Las cuales definitivamente pertenecían a tiempos más mordernos, a diferencia de las viejas reliquias que había recibido tras su boda con Jonathan.
- Lo hice, aunque no la tuve fácil.- Erina comentó, mientras miraba sus anillos con cierto regocijo y añoranza.- La familia de Jonathan no creía que fuera correcto que quisiera rehacer mi vida. Por respeto a la memoria de su hijo. Así que tuve que lidiar con sus reproches y desaires por un tiempo. Fue muy difícil, y casi me obligan a dejar Inglaterra.
- Sí, hacen eso con los que no somos de su agrado...
- Afortunadamente, no me di por vencida, y ahora tengo veinte maravillosos años de matrimonio, y la dicha de ser madre.
![](https://img.wattpad.com/cover/143120291-288-k79936.jpg)
ESTÁS LEYENDO
True love waits [JJBA Jotakak]
Fanfiction¿Por cuánto tiempo se podía amar a una persona? Si le preguntaran a Jotaro Kujo, no respondería con palabras, pero pensaría en una sola respuesta. "Por siempre" *Esta historia contiene Mpreg, si no es de tu agrado por favor no la leas.*