True love waits [JJBA Jotakak]

Legado.

Aquella madrugada de enero, las estrellas surcaban el cielo, creando un hermoso espectáculo antes de desvanecerse.

Y sin embargo, detrás de aquella belleza brillante, había algo terrible y triste.

- Es muy bonito...- Jolyne susurró, mientras apreciaba aquellos destellos en el firmamento.- Ojala papá Nori, pudiera verlos...

- Ya habrá otra oportunidad, querida.- Holly palmeo su espalda, buscando animarla. Habían pasado un par de horas desde que Jotaro, Josuke y Rohan habían ido al quirófano, y hasta el momento todavía no había noticias de la salud de Kakyoin y el bebé.

La espera era una tortura, y Holly intento alejar a sus nietos de ese sentimiento tan asfixiante, llevándolos fuera del hospital, para que pudieran ver la lluvia de estrellas, esperando que eso les diera algo de paz.

- Es triste...- Jouta susurró desde su lugar, mientras mantenía su mirada en el cielo. - Aunque sea algo hermoso, una lluvia de estrellas es algo trágico... Se trata de muerte. Todos esos destellos que parecen estrellas fugaces en realidad son sus restos...

- H-Hum...- Holly exclamo con preocupación, era la primera vez que miraba a sus nietos tan tristes.

- La belleza es un concepto complejo...- Jolyne suspiró profundamente, mientras el viento agitaba su cabello.

El último destello se extinguió, como una gota de lluvia. El cielo se coloreo de tonos grises y azules, la noche estaba a punto de terminar.

- ¡Señorita Holly! - La voz agitada de Rosas atrajo su atención rápidamente, y con temor, Holly miro al mayor. Su expresión era algo confusa, no sabía si estaba preocupado o muy emocionado.- ¡El señor Noriaki ya salió de la cirugía!

Aquella noticia le regreso el aliento, y el efecto fue positivo en Jouta y Jolyne, quienes apartaron su mirada del cielo para observar a Rosas.

- ¡Vamos, abuela!- Los dos gritaron al unisonó, mientras le tomaban de la mano, tirando de ella ansiosamente, para ir de regreso al hospital.

- ¡Esta bien, calma! - Holly sonrió, intentando seguir los apresurados pasos de sus nietos.- ¡Kakyoin-kun y mi nieto no irán a ningún lado!

Pronto alcanzaron a Rosas, y continuaron su camino al interior del edificio, y apenas cruzaron la puerta se encontraron con Joseph y compañía.

- ¿¡En donde estaban!? - Joseph los regaño, con una expresión enfadada.- ¡Estábamos a punto de ir sin ustedes!

- Controla tu boca, Joseph.- Caesar lo regaño severamente.

- Nunca lo había visto tan ansioso, Joestar-san.- Polnareff comento con una sonrisa.

- ¡Claro que lo estoy!- Joseph le miro con una amplia sonrisa, cambiando su humor en un parpadeo.- ¡Ya quiero cargar a mi bisnieto!