capitulo 1 recordando...

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El aroma de los jazmines, es lo que más recuerdo de él. Todos los días me visitaba y como regalo me traía jazmines, a veces chocolates, o vinos, y el infaltable helado. Pero lo que más ame de él era su sonrisa. Siempre me sonreía aunque viniera de un mal día, en la puerta, se paraba y antes de tocar el timbre, borraba esa cara de cansado y sonreía solo por mí. ¿Como lo sé? Bueno, una tarde iba saliendo por que mi gato estaba maullando en la ventana que daba a la calle, y antes de salir sentí ese olor a jazmines y lo vi por la mirilla de la puerta. Su cara de cansado, nunca lo había visto así. Se pasó la mano por la nuca, y susurró: "TODO POR VERTE SONREIR". Dejé que toque el timbre y cuando abrí la puerta, las lágrimas brotaron de mí. No podía creer aún que ponía mi felicidad antes que la suya, me abrazó y preguntó qué me pasaba. Lo único que salió de mi boca fue un TE AMO; Me sonrió y me dijo, YA LO SE... y me hizo reír. Siempre le pregunté como estaba, y por alguna razón nunca me dijo nada más que, ¿YO? BIEN, BIEN, Y ¿VOS? QUE TAL TU DIA?, siempre decía lo mismo. Preparaba la cena, lavábamos los platos juntos, y a veces se quedaba a dormir. Siempre que le pedía que traiga el postre traía un helado de nuestro sabor favorito, FRUTILLA.

Así nos conocimos, en una heladería, nos atendió una despistada, le pedí un cuarto de helado de maracuyá, creo que él pidió lo mismo, y esta graciosa nos dio el cuarto para los dos, porque no vio uno de los tickets, ambos tomamos el helado, cuando sentí sus manos no sabía qué hacer, yo me quedé muda de los nervios, él re lindo y simpático, un dios griego con un jean ajustado y una remera blanca con una camisa cuadrille que entallaba esos brazos musculosos me dijo que me lo quede, que pedía otro. Yo no iba a otro lado, estaba ahí con una amiga, salí y en la entrada cuando empuje el vidrio voltee y me miraba con ojos brillosos y una sonrisa tímida. Finalmente salí y me senté con mi amiga afuera; Me miró sin decir nada por varios segundos y me dijo ¿qué te pasó que pareces un tomate? a lo que respondí con velocidad - nada, estoy bien- volvió a mirar su helado y respondió -aja-

La mire como comía su helado y pensaba hasta que me devolvió la mirada y cambió su cara de tranquilidad por una de sorpresa o miedo, no sabría decir. Abrió la boca y dijo

- Chico sexy se acerca- con mucho disimulo, mientras trataba de tragar el helado que tenía en la boca

No lo podía creer, pero quería saber quién era. Tenía una visión de quien era, se paró detrás de mí y lo escuché murmurar

- ¿FRUTILLAS? volteo y estaba parado con unos lentes de sol y su cara sonriente y sonrojada, mirándome.

Yo no podía verlo, ni parar de toser. Mi amiga, fingió que le llegó un mensaje urgente y se fue. Solo hizo una seña de que su celular sonaba.

- Mi novio... perdón ¡me tengo que ir! - y corrió. Después, me mandó un mensaje de texto... por seguridad me di la vuelta y lo leí, sonrojada. La muy desgraciada me escribió

- SUERTE CON ESE BOMBON! COMETELO TODO... JAJA VISTE ESE CUERPASO... ¡DESPUÉS ME CONTÁS! ;)

No sabía que responder, me sonrojo, y escribo en respuesta

- YA SE ES SUPER HOT, PERO NO CREO QUE LE INTERESE, TIENE PINTA DE ESTAR DE NOVIO, GRACIAS POR DEJARME CON ÉL, SINVERGUENZA, ABANDONADORA!

Cuando me di vuelta, lo veo, sus anteojos estaban a la mitad de su nariz y me miraba por encima de ellos; respiro hondo.

- Pasó algo? - le digo con nervios. Mira para arriba y me vuelve a mirar con una semi sonrisa en su cara, se saca los lentes dejándome ver sus hermosos ojos color miel. Y abriendo lentamente su boca dijo

- ENSERIO TE PARESCO HOT? Y suelta una sonrisa fulminante. Como un poco de helado, no sabía que decir, me puse roja, y empecé a tartamudear, estaba tan nerviosa. Se rió...

- ¡SOS TAN TIERNA! Hizo como una pausa, miró mi celular agarrado fuertemente por mis manos. Come otra cucharada de helado y me murmura...

- ¡Que yo sepa no tengo novia! Y volvió a sonreír. Me sonrojé y le pedí disculpas, cuando me levanté para irme me agarró de la mano

- ME LLAMO VENICIO- Casi me desmayo. Levantó un dedo hacia mí en señal de que espere un segundo y anotó algo en un papel, al final dijo

- llámame, y ¡te invito un helado! ... con ese brillo en sus ojos

Enseguida metí el papel en mi cartera, y me fui a mi casa. Esa noche, mientras sacaba las cosas de mi cartera, encontré la tarjeta de Venicio, recordando lo que pasó me volví a sonrojar. No quería molestarlo, pero decidí llamarlo para verlo tan solo una vez más, y aclarar lo que pasó.

Cuando lo llame, no esperaba siquiera que me reconociera, al segundo tono contestó y lo que dijo me dejó sin palabras.

dolorosa tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora