capitulo 25 ...paz...

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-¿Pa...Pa...Papá?-

Sentí su cálido abrazo, y levanté la mirada; Se veía tal como lo recordaba. Es imposible, ¿no se supone que este muerto?

-Pe...Pero..vos...Estas muerto!- Se me escapó un grito.

-No...hija...no te alejes... tenemos que explicarte.-

Dejé de respirar, me dolía el pecho, ¿vivo en una inmunda mentira? ¿todo lo que les lloré? ¿nunca me quisieron entonces?

-No es así hija... te amamos-

-¿Qué?-

-No saques tus propias conclusiones Elisa.- dijo mi hermano de brazos cruzados detrás de papá. MIE*DA, son idénticos.

-Váyanse, quiero estar sola- El rencor que sentía por ambos era mas fuerte que cualquier fuerza existente, mi hermano nunca se sorprendió por mi papá, ÉL SABÍA, Y NUNCA ME LO DIJO.

-Vamos Elisa...- Ariel intentó tomar mis manos arrodillándose.

-Quiero estar sola...-

Sabía que ninguno se movería, me levanté como pude a pesar de que mis piernas temblaban. No dijeron una palabra.

-Y vuelvan a estas personas a su p*ta rutina.-

Comenzaron a moverse las personas hasta que se normalizó todo. Caminé por los pasillos del hospital, hasta la salida. Subí a mi auto y conduje al jardín, a buscar al único hombre que nunca me falló. Luego de hablar con la directora, lo vi corriendo hacia mi, tan feliz y lleno de vida, despreocupado, alejando de mi todo el mal que me atormenta. Comenzó a contarme todo lo que hizo en el día. Subimos al auto y fuimos directo a casa. Se acostó a dormir en el sillón viendo peppa pig; 

Escaleras arriba estaba yo, como una loca, empacando nuestras cosas, cuando finalmente terminé pedí por Internet un par de pasajes a Inglaterra, solo por dos meses, necesito dejar esto, me están volviendo loca. Hice una carta que dejé pegada en la heladera donde le decía a Ariel que me iba, que no me busque, ni él, ni nuestro padre, ni Venicio.

Llegué al aeropuerto, hicimos el check in, y subimos al avión. Recibí un mensaje antes del aviso de apagar cualquier objeto telefónico

 "NO TE VALLAS..."

Apagué mi celular y mi pequeño se durmió en su asiento con su cabecita en mis piernas. Aproveché para dormir un poco, me despertaron unos golpecitos.

-Mami... quiero pis- Lo alcé a upa y lo llevé al baño, cuando salió le pedí a la azafata que lo cuide un minuto mientras iba yo al baño. Salí y volvimos nuestros asientos, nos sirvieron comida, cenamos jugamos "piedra papel o tijera". y volvimos a dormirnos. Nos despertaron media hora antes de aterrizar. Nos preparamos, bajamos, fue todo muy rápido, a nada le prestaba atención, solo veía a mi pequeño. 

Llegamos finalmente al hotel que reservamos. Recién cuando entramos a la habitación prendí mi celular. NADA. Lo apagué y saqué la cámara, saqué muchas fotos, después de descansar salimos a las calles a conocer, le compré ropa a Augusto, y a mi. Los días se hicieron cortos, Augus preguntaba por su tío y Venicio. 

-Ellos están en casa, ya vamos a volver...-

-si mami-

volvía a ver dibujos animados. Al día siguiente caminábamos por un parque cuando de la nada, comenzó a reír, me soltó la mano y corrió hacia un hombre que tocaba el violín. Terminó su pieza y mi bebé me miró; Le dejé dinero y me sonrió. Le hablé en español y él al parecer entendía.

-¿Te gustaría un café?-

-si-

Sé que no se debe hablar con extraños, pero este chico tenía apenas 18, o eso parecía. 

-Me llamo Elisa-

-Yo Alex- Estrechamos nuestras manos.

Tomamos nuestros cafés, hablamos entre nosotros y con el pequeño. Me contó de su vida, y sus anhelos a ser un violinista reconocido. Anocheció, salimos de la cafetería y me acompañó hasta la esquina del hotel donde me hospedaba. 

-Gracias... por el café-

-Pásame tu número, conozco algunas personas que podrían ayudarte-

-excelente- Me pasó su número y nos despedimos.

entramos a nuestra habitación y Augusto se acostó a dormir después de un buen baño de agua caliente. Me bañé y me recosté en el sillón, mañana nos vamos. Mis ojos comenzaron a cerrarse. 

PIP...PIP...PIP...

La alarma... mie*da... Preparé las maletas y a Augusto, el vuelo sale en una hora.

Corrí como una loca, bajé a recepción, pagué la cuenta, y tomé un taxi al aeropuerto. Llegamos con tiempo exacto a la llamada al vuelo. Subimos al avión.

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Llegamos a casa, Augusto corrió a la habitación de Ariel, estaba dormido, apenas eran las cinco de la mañana. Subió a la cama riendo y sorprendiéndolo. Ariel lo abrazó y se acomodaron en la cama, una vez cómodos, Ariel me miró.

-¿Mejor?-

-Mejor-

Sonreímos juntos.

-Espero me cuentes todo-

-claro, más tarde, ahora tengo sueño-

Me saqué los zapatos y me desaté el pelo, cuando un sonido me puso la piel de gallina

ring...ring...ring...

¡EL TIMBRE!

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MIL PERDONES POR NO HABER PUBLICADO EL FIN DE SEMANA ANTERIOR... ESTABA MUY ATAREADA, ¡¡¡ESPERO LES GUSTE MI LIBRO HASTA AHORA!!!

¿QUÉ LES PARECE... UN NUEVO PERSONAJE!!! JAJAJA

espero sepan entender! gracias por todo :)


dolorosa tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora