capitulo 22 qué dia es hoy?

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-si sigues... voy a hacerte mía, y te recuerdo que tu hijo esta durmiendo ahí...-

dijo mientras señalaba al sillón detrás de mi, donde un pequeño de cabello castaño claro parpadeaba intentando despertar.

Me moví con la mayor movilidad posible hacia mi lugar, enternecida por la escena de mi bebé pidiendo con sus manitas que Venicio lo acostara en mi cama.

Venicio lo alzó y lo trajo hasta mí, un abrazo y un beso suyo hicieron que olvide todo lo malo.

-bebé?... tu tío no te dijo a donde iba?-

-me dijo que te de esto...-

puso en mi mano un papel blanco perfectamente doblado. Le sonreí felizmente pero por dentro estaba muy preocupada. Pregunté la hora a Venicio.

-son las ocho y dos minutos de la noche.-

-que rápido pasó la tarde...Tenes que ir a casa...-

-si mami-

-lo llevo?-

-no, no dejá, ahora me levanto y lo llevo yo...-

me cruce de brazos y el levantó los suyos en modo de rendición.

-okey, okey, no hacía falta el sarcasmo. Lo llevo casa y te traigo la cena? o me quedo con él?-

-quiero volver yo también, podes preguntarle al médico si me puede dar de alta? ...-

-si, dame un minuto que lo busco...- salió, miró para ambos lados y se fue caminando a la derecha.

-bebé, venicio vio esto?...- dije mostrando le el papel.

-no mami-

desdoblé el papel y leí:

Hola Elisa, espero que estés bien, luego de que leas esta nota NO OLVIDES romperla o quemarla. Venicio NO debe leer esta nota, ni saber que sabes de esto... pondrías en peligro tu vida. Por favor busca esta definición en Internet:

LICÁNTROPO . Así supongo te darás una idea de que intento hablarte, voy a contactarte, lo prometo, cuida bien a Augusto, los amo.


Me quedé muda, atónita, que podía decir?. Me levanté con lentitud al baño y tiré la nota al desagüe después de memorizar como se escribía esa palabra. Escuché a Venicio entrar.

-está allá- dijo Augusto

es un niño no sabe mentir, tiré la cadena y vi la nota irse. Venicio entró preocupado al baño, lo miré sonriente.

-Está todo bien?-

-si amor...-

-traje al médico, dijo que iba a revisarte y podemos irnos.-

-super.-

Volvimos al cuarto donde mi niño le hacía preguntas tontas al médico que reía de vez en cuando. Le sonreí y me devolvió la sonrisa, se ve muy bien para tener unos treinta y tantos. cabello negro azabache y esos ojos color miel tan llamativos, que en combinación de su cara pálida es una cara perfecta, hombre corpulento y alto, una cabeza y media mas que yo. TODO EL MUNDO ES MAS ALTO QUE YO.

Me senté en la camilla y me hizo un par de pruebas sencillas, mientras Venicio y Augusto esperaban afuera.

-Bien... excepto por tu espalda, todo marcha sobre ruedas... todavía no recuerdas como te hicieron o hiciste eso?...-

-no doc... si recuerdo algo le diré, se lo aseguro-

-perfecto, ya firmo el parte de alta y podes volver a casa, unos medicamentos y no te fuerces para levantar peso ¿si?-

-entendido-

Se fue tranquilo, y los dejó pasar, les conté todo y entré al baño a cambiarme, no veía la hora de irme, y poder buscar la información que Ariel me pidió. Salí de cambiarme y Venicio me dijo que el médico ya le dio el parte médico.

- Perfecto, vamos-

-mami... upa...-

-no puedo bebé, el médico dice que no puedo.-

-te llevo yo?- dijo Venicio estirando los brazos, con mi bolso de viaje cruzado en la espalda. Increíble que no me haya dado cuenta de como viene vestido. Un jean como desgastado caído a la altura de las caceras, unas zapatillas converse rojas y la camiseta negra entallada ¡ QUE RICO! Y ES TODO MIO... YEAH BITCH!!

comencé a reír por decir eso en mi cabeza. Venicio me miraba.

-¿de qué te reís?-

-acércate...-

Se acercó lentamente y me posicioné en su oído.

-te veo y pienso en la envidia que debe tenerme esa enfermera-

Le dije señalando a una chica curvilínea que lo miraba y se mordía el labio, ambos la vimos y se sonrojó, lo tomé de las mejillas y le dí un beso casto en la comisura de los labios, mientras Augus se tapaba los ojos diciendo "que asco".

Comenzamos a reír y le dimos un beso en ambas mejillas, se fregó las mejillas hasta que entramos al auto, lo acomodamos y fuimos hasta mi casa. Llegamos y dejé mis cosas en mi cuarto, vi la hora, nueve y cuarenta y siete minutos de un ¿jueves? como no me di cuenta, ¿no era domingo?... salí literalmente corriendo de mi cuarto.

-¿Qué día es venicio?-

-jueves...-

-QUÉ?-

-no te enojes si?... tranquila, siéntate, toma un vaso de agua y te cuento todo...



A toda la gente que lee mi libro MUCHÍSIMAS GRACIAS!!! y disculpen que publique tan pocas veces, desde ahora solo podré hacerlo los fines de semana... espero les siga gustando mi libro. Un mega abrazo a todos y gracias por estar del otro lado leyendo mi libro.





dolorosa tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora