Capitulo 14... la INTRUSA

30 1 0
                                    

-Ve... Venicio-

Me sonrió y mi mundo se derritió. No sabía qué hacer, estaba enojada con él, pero necesitaba verlo. Se acercó a mí

-Buenos días bella señorita... ¿acaso se lastimó cuando cayó del cielo? - enarcó una ceja y quedó mirándome con una sonrisa pícara.

-Disculpe señor... pero sigo enojada con usted...- me crucé de brazos y él abrió la boca con exageración tocándose el pecho. Luego cambió la cara y bajó la mirada.

-¿Podemos hablar sobre eso?-

- De acuerdo, ¿pero puede ser a la hora del almuerzo? Exactamente ahora estoy atrasada con mi trabajo, si al mediodía podes...-

-Ningún problema... perdón pero me podrías dar seis de esos cupcakes de chocolate?- dijo señalando a través del vidrio los que quería.

Comencé a reír, y saqué seis cupcakes, armé la caja y se la llevó.

.............

Son casi las once, mis clientes favoritos ya pasaron, y tengo varios encargos para el fin de semana, además se acerca el tercer cumpleaños de mi bebé. Se hizo el mediodía, y mi corazón se aceleró, terminé dos de los pedidos, y les di la tarde libre a los chicos. A pesar de que era un día soleado, corría viento frío; Y yo estaba a un paso de caer en gripada, me abrigué y busqué mi bolso, cerré el local y afuera había un auto muy bonito con alguien dentro que me silbó.

Me acerqué a él y subí. Me abroché el cinturón y me giré para verlo;

-¿a Dónde vamos?-

-¿A qué hora tenéis que volver?-

-¿Sabías que solo los tontos contestan a una pregunta con otra pregunta?-

-¿Enserio?-

-jajajajaja-

-jajajajaja-

Ambos nos reímos por un rato y luego comenzamos a hablar de la broma que le hice, hablamos del trabajo pero luego hizo la pregunta.

-¿Dónde te metiste todo este tiempo?-

-Secuestraron a Augusto, estaba asustada, no tenía ganas de nada, entré en depresión...-

Me miró asustado, desconcertado y volvió a mirar a la ruta.

-Pero no te preocupes, la policía lo encontró y ahora está en casa con Ariel, mi hermano...- le sonreí tímidamente.

-Sí entiendo... LLEGAMOS-

Vi una casa preciosa, color marfil, con bellísimas plantas.

-¿es tu... tu... tu casa? -

Sonrió dulcemente -sí... ¿te gusta?-

Lo mire asustada. Comenzó a rascarse el cuello buscando la respuesta correcta.

-perdón... es que me acordé que una vez dijiste que querías cocinar en mi casa... se me ocurrió traerte... mala idea-

Giró la llave del auto y uso primera... abrí la puerta y bajé.

Detuvo el auto de golpe y bajó, quedándose agarrando la puerta y el otro brazo lo apoyó en el tecvho del auto.

-¿No quieres que te lleve a tu casa?-

-Dijiste que querías que cocine para vos... me gusta cocinar, y aunque lo haga todo el día podría hacerlo para vos...si quieres...-

Le extendí la mano con una sonrisa, cerró la puerta del auto, lo imité y caminamos de la mano hasta su casa. Abrió la puerta y la rubia de su cumpleaños saltó sobre él. Instintivamente soltó mi mano para sostenerla y que no cayera al suelo; Comenzaron a dar vueltas, reír y murmurarse cosas. Y yo a un lado mirando la escena con ganas de arrancarle los ojos para que dejara de mirar a mi chico. Pero algo en mi quiso hablar.

-Ho... Ho... hola soy E... Elisa...-

-Ah, viniste con alguien...-

Yo sonreía, pero mi mente decía "¿Qué?, ¿ALGUIEN? Te acabo de decir mi nombre idiota, bueno Elisa... vamos, salta sobre ella y arráncale las pestañas postizas, dale, y de paso esos horrible implantes, y veamos quien vale más... ¿Pero quien se cree que somos?"... "ya sé, ya sé... pero debemos demostrarle que somos mejores haciendo... NADA"

-Elisa, ella es mi mejor amiga Olivia... Olivia, ella es mi novia Elisa"

"Si... Si... después de esto le debes la mejor cena de su vida... Sonreí nena... marca territorio (We are the champion my friend)"

-Ah... bueno, salgo esta noche, vuelvo mañana después del medio día...-

Se bajó de él y le tome la mano.

-¿Vas a estar bien?- me miró fijamente, intentando incomodarme, pero mi inconsciente tomó el control y le apretó una nalga (que obviamente ella notó), haciéndolo realizar un pequeño salto.

-No te preocupes... yo lo cuido!-

Se dio media vuelta, y tomó su cartera yéndose, pegó un portazo y oí el auto rechinar en la calle, lo solté.

-Perdón... no se que me paso... fue un impulso...perdón-

Sonrió y me miró, nos giró quedando uno frente al otro, yo podía sentir su deseo, como seguramente él podía sentir el mío... Entonces escuché un sonido que me estremeció, y momentos después estaba en el suelo. Vi a Venicio exaltarse, y comenzó a gritar

-Basta... salí de acá... fuera... ¿quién te dejó entrar?-

dolorosa tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora