capitulo 16 cuando no se puede...

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Y ¿Por qué no comes tú primero?-

-seguro-

Agarré uno y lo metí en mi boca, sonreí mientras masticaba.

-creíste que le puse veneno ¿verdad?... jajajaja-

-Es estúpido lo sé...-

-Vamos... come que se enfría.-

Tuvimos una cena, bastante normal, tranquila, luego llevé los platos a lavar, me miró y me dijo

-Yo me encargo...-

Abrió una puerta y era un lavavajilla.

"¿tenía un lavavajilla y no nos dijo?, mátalo YA" -no importa-

Se levantó y me sonrió.

-Bueno... cocinaste, lavé los platos, te puedo llevar a tu casa...-

-shhh- coloqué dos dedos sobre esos labios carnosos que tanto deseo probar.

-¿porqué no meme das mi sorpresa?... Al fin y al cabo comiste pasta-

-Tienes raz...-

Empecé a desabrochar su camisa, cuando se acomodó en la isla se había quitado el saco y la corbata; Le sonreí tímidamente, mis manos temblaban y mi subconsciente lo miró fijo. "¿Quién tiene el control ahora niño?"

-¿Qué haces?...-

Le quité finalmente y me reí cuando quedó atrapado en las mangas,

-ups, olvide los gemelos.-

Los quité y quité su camisa. En sus ojos ardía el deseo, pero me limité a verlo como su cerebro se consumía imaginando el deseo.

-Cierra los ojos...-

Lo hizo y me acerqué al taburete donde estaba la corbata, la tomé, desaté el nudo, me posicioné detrás de él y le vendé los ojos, su espalda comenzó a temblar por su risa silenciosa.

-juguemos...- susurré cerca de su oído.

-¿Sabes jugar al gallito ciego verdad?-

-Claro que sí... yo te sigo y tu corres-

-Exacto...-

No pude moverme nada, se volteó y me atrapó.

-Hey, así no se vale...-

-shh...-

Me atrapó de la cintura y me subió a la isla de la cocina, se quitó la venda y me la puso a mí.

-Ahora otro juego, este es mejor...-

-¿Cómo se juega?-

-Así-

Selló mis labios con los suyos, rodeé mis piernas en sus caderas y un minuto más tarde él estaba sobre mí, y yo sobre la isla.

-Vamos...a...mi...cuarto...- dijo entre besos.

-Me gusta aquí-

-mmm...- y soltó una risa pícara. Me quitó la blusa con mucho cuidado para no descubrir mis ojos. Besó mi escote, mi abdomen y un sonido nos espantó a ambos, ahogué un grito y él cubrió mi cuerpo con el suyo, me quité la corbata y allí estaba...

-Olivia- dijo él espantado. - no te oímos entrar...-

El sonido que oímos fue su cartera en el suelo. Me asusté, mientras rodeada mis piernas en sus caderas buscaba mi blusa, pero tuve que conformarme con su camisa. Me baje de la isla, ella aún no pronunciaba una palabra, me acerqué a ella, tomé mi blusa del suelo y antes de poder levantarme, me agarró del pelo y comenzó a sacudirme mientras gritaba.

-Él es mío, no lo vuelvas a tocar, zorra barata.-

Abrió la puerta y me tiró fuera, volvió a entrar. Me levanté y salí corriendo, estaba tan avergonzada, enojada, quería matarla, pero comenzó a llover, mi bolso quedó en su casa. Llegué a mi casa, Ariel dormía en el sillón, besé su frente, subí las escaleras, me duché y alguien tocó la puerta; Abrí, y una lágrima se me cayó.

dolorosa tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora