capítulo 9 ¿por qué a mi?

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Un golpe de adrenalina me tomó y entré al ascensor tirándome al piso viendo su cara de miedo, ya no podía soportarlo, las lágrimas empezaron a caer y no pude hacer nada para detenerlas, finalmente llegué a planta baja y literalmente corrí al auto, quería irme, no quería volver a verlo, mi hermano me preguntó si estaba bien pero casi no oía, y al final caí en el sueño más profundo, estaba exhausta.

Sentí una fuerte presión sobre mi pecho y a uno de mis lados, cuando abrí los ojos Augusto estaba acostado sobre mí durmiendo y mi hermano a mi lado también descansando. Lentamente los moví con muchísimo cuidado, ambos quedaron en mi cama, yo me levanté y empecé a rondar por mi casa buscando mi bolso, tenía 27 llamadas perdidas y 19 correos de voz, y 39 mensajes.

Me puse en la tarea de revisar de quien eran, 20 llamadas perdidas de ÉL. Y el resto de mis amigas, los correos de voz los borré sin siquiera escucharlos y los mensajes los fui respondiendo poco a poco, hasta que vi algo, un mensaje era de un número desconocido, lo abrí y decía

No vuelvas a acercarte a Venicio, es mío... no te metas con migo o la vas a pasar mal ¿entendiste?

Sentí un escalofrío al instante pero saque mi enojo y respondí enojada.

No me hagas reír, jajajaja por dios, no te tengo miedo querida, ¡hace lo que quieras!

No recibí más mensajes. Escuché pasos en la entrada, por instinto fui a la cocina en silencio, y tomé un cuchillo de la mesada. Llegué a la entrada y la puerta estaba abierta, me sorprendí muchísimo, ¿qué está pasando?

En la escalera vi una sombra, estaba subiendo, así que la seguí, cuando llegué arriba sentí un dolor inmenso, la sombra estaba delante de mí, parecía una mujer, cubierta de negro pero era muy alta, tal vez un hombre. Clavó en mí una navaja. El dolor aumentaba pero ella no mostraba un mínimo de miedo. Caí al suelo y escuché como peleó con mi hermano hasta que salió al pasillo con ella encima y un pañuelo en su rostro.

Cerré los ojos

-Esto es una pesadilla... ¿por qué a mí?-

Lo último que escuché fue a Augusto llorar, me angustié, quise abrir los ojos pero mi cuerpo no respondía. Un hombre me habló, era un policía, mi hermano había sido apuñalado, pero él tuvo mayor pérdida de sangre. Estábamos en mi casa; les preguntaba por Augusto, pero nadie me respondía, ¿no sabían nada? O ¿no querían que supiera que algo paso? Me dijeron que iba a estar bien, la cortada no era profunda, pero ¿y mi hermano? Ahí estaban mis amigas, todas en mi cuarto llorando, tomando mis manos.

-¿qué pasa chicas? ¿Dónde está augusto? ¿Y la persona que entró a mi casa? Hablen, no se queden calladas.

Al fin una habló pero casi me dio un infarto y mi cabeza decía

- ¿Cómo? Ay no puede ser... DIOS ¿por qué a mí?

- Mira Elisa, dice la policía, que esto que pasó aquí fue un secuestro, se llevaron a Augusto, y sabes que Ariel está en el hospital ahora.-

Comencé a llorar. Pero ella seguía hablando;

-Entraron dos personas, nadie sabe quiénes son pero están casi seguros de que eran un hombre y una mujer. Nos dijeron que estemos atentas porque van a llamar para pedir rescate, abajo esta Máximo con la policía esperando la llamada de rescate, tienes que estar tranquila ¿sí?

Me dieron una pastilla rosada y volví al mundo de los sueños, pero no pude soñar nada bonito, solo pude ver los ojos de esa sombra que me cortó; Eran ojos muy familiares, pero

¿De quién?

dolorosa tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora