Casi me desmayo cuando pronuncié su nombre...
-HÉCTOR...-
-veo que te acuerdas de mi... ¿me extrañaste?- y puso su sonrisa mas retorcida.
Sentía que me quedaba sin aire. Quería llorar y estaba en un lugar donde solo un alma me oiría. Se dispuso a tomarme de la cintura, pero cuando comencé a correr fue casi imposible oír lo que gritaba... solo oí la última frase
-Tu hijo va a pagar lo me hiciste zorra.-
Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no me detuve, seguí corriendo. Llegué a mi casa agitada, llorando, cerré la puerta con llave, me deslicé sobre ésta y me puse a llorar. Ariel estaba en la cocina, preparaba la cena.
-ya llegaste Elisa? ...-
No podía responder y escuché como se caía algo de vidrio, levanté la mirada, Ariel estrelló el vaso que sostenía cuando me vió, llena de tierra, llorando y raspada. Corrió hacia mí.
-¿qué te pasó? ¿Quién te hizo esto? ¿Estás bien?...-
Me sentí tan protegida cuando mi hermano me abrazó, que caí en el mas profundo sueño.
Desperté horas mas tarde, Ariel dormía a mi lado; Lo abracé y besé su frente. Despertó instantáneamente sonriendo
-¿mejor?...-
-casi nada... sé quien tiene a Augusto.- Su cara cambió completamente y le conté toda la historia de cómo conocimos a Héctor. Se levantó y me dijo que traería algo para que coma. Casi pasó media hora hasta que la pizza llegó, yo me había bañado y me sentía mejor. Cenamos viendo los backyardigans por costumbre. Y volvimos para dormir, Pero mientras subíamos las escaleras la policía apareció diciéndonos que encontraron a Augusto, luego de seis días de búsqueda, estaba a minutos de volverlo a ver.
Estaba en la camioneta, al parecer Héctor tenía libertad condicional, y va a volver a la cárcel tan rápido como salió. Una policía se acercó a mi sonriente trayendo a Augusto en brazos. Al parecer, no le hicieron nada malo. Cuando me vió, me puse a llorar, extendió sus bracitos y corrió gritando
-mami... volví mami, la nena me encontró... no llores-intentaba secar mis lágrimas, pero lo había extrañado tanto; Ariel también se acercó y nos abrazó a ambos llorando. Agradecimos a los policías y como no tenemos mucho que ofrecer les prometimos un año de lo que quieran de nuestra tienda a mitad de precio, se sonrojaron pero aceptaron finalmente.
Entramos a casa y nos quedamos preguntándole a mi niño que había echo. Al parecer jugó con una chica todo el tiempo, y a veces con un señor que era muy bruto.
Esa noche pude dormir bien, tranquila con las personas que más amo conmigo, los vi dormir por casi treinta minutos; y pensando en los hombres que amo me pregunté a mi misma
-¿qué será de la vida de Venicio?-
En el departamento de venicio...
- Mañana tengo que ir a verla, necesito verla, no puedo dejar ia lo que amo por lo que pasó.-
Me acomodo en la cama sin poder dormir, hace noches que no duermo, y días en que estoy tan mal.
-Necesito verte Elisa, sentirte, oírte reír, te quiero cada día en mi vida, y cada noche en mi cama sin importar nada.-
Ambos felices al día siguiente se levantaron con los mejores ánimos, la suerte estaba con ellos, y a pesar de su distancia, al mismo momento ambos dijeron
-hoy es mi día-
Llevamos a Augusto a la guardería, juntos esta vez, llegamos a nuestro local, abrimos y ¡manos a la obra! Pero a media mañana me avisaron las chicas que una de las chicas que atendía así que tuve que estar en el mostrador. Y vi algo hermoso, pero a la vez triste, frustrante, quería gritar, llorar y corre al mismo tiempo... No sé que me pasaba...
ES ÉL...(y mi cara de tonta enamorada invadía mi cara)
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dolorosa tentación
Teen FictionLa historia de Elisa, una jóven de 21 años que tiene un local familia que atiende con su hermano y carios amigos, ella cree que tiene todo bajo control hasta que Venicio le enseña que nunca se deja de conocer a las personas que nos rodean POR FAVOR...