Capítulo 23

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Narrador

―¿Quieres hablar sobre eso? ―preguntó Troye, con cautela.

Eran cerca de las cuatro de la tarde, y en cuanto el ojiazul se enteró, por lo cuchicheos de sus compañeros sobre el enfrentamiento de Dylan y Kian en los pasillos a la hora de entrada, salió corriendo, dejando las clases. Él sabía que para su amiga, debió de haber sido bastante duro.

Cuando Troye llegó a casa de Dylan y está última no abrió la puerta, Troye tuvo que usar la llave de emergencia que escondían bajo un masetero al lado de la puerta de entrada.

Dylan se encontraba hecha un ovillo sobre su cama, con las rodillas pegadas a su abdomen y el rostro escondido en la almohada, donde ahogaba sus sollozos.

Troye se acercó con pasos vacilantes, y se sentó a la altura de su mejor amiga en la orilla de la cama. Cuando Dylan sintió que el colchón se hundía, levantó la vista de inmediato, pensado que podría ser Sam, pero se tranquilizó al ver el rostro preocupado de Troye, y volvió a esconder su cara en la almohada.

―Quiero…, pero no puedo―susurró Dylan, aún con el rostro escondido en la almohada.

―Vamos, Dylan…, debes decirme lo que sucedió. O si no, no podré ayudarte―la persuadió―. Necesito que mi mejor amiga confíe en mí.

―Confío en ti, Troye.― Dylan levantó la mirada, buscando el rostro de su amiga―, pero no quiero volver a llorar―su labio inferior tembló y lo mordió con fuerza para ahogar un sollozo.

―¿Qué más da? Unas lágrimas más, unas lágrimas menos, no hay diferencia―intentó bromear, soltando lo más parecido a una risa.

―Si no te has dado cuenta, no estás ayudando mucho que digamos, Trote. ―Espetó Dylan, sentándose bien. Apoyó su espalda en la pared y jugueteó con sus dedos.

―Lo siento. Fue una mala broma ―Troye hizo una mueca. Se sentó al lado de Dylan y tomó su mano. ―Puedes contarme, nena. Sabes que te ayudaré y apoyaré. ¿Qué fue lo que sucedió la semana pasada para que el idita de Kian se comportara así?

Dylan lo miró entre sus pestañas y soltó un suspiro. Aún no le había contado a nadie con lujo de detalles lo que sucedió el viernes por la noche en la casa de Edward. La única persona que sabía, más o menos, era Trevor.

―Uhm, el viernes, en casa de Edward…, yo.., vi a Sam―susurró Dylan. La mano de Troye, que descansaba sobre la de ella, se tensó. ―Traté de escapar de él, pero me alcanzó―la castaña inhaló por la boca de manera temblorosa y trató de seguir, cerrando los ojos con fuerza y dejando que las lágrimas escaparan por sus mejilla. ―Él.., nos encerró en una habitación.., me goleó, y trató… trató de..

―¿Abusó de ti? ―preguntó Troye, con terror.

―No―Dylan susurró. ―Quiero decir…, no alcanzó.

―¿Kian se interpuso? ―Dylan negó―. ¿Qué mierda? Explícame eso.

―Le envié un mensaje a Kian, cuando estaba huyendo de Sam, y ¿sabes lo que me respondió? ―Dylan rió sin ganas. Una risa llena de dolor. Troye negó con la cabeza. ―Me dijo que me fuera a la mierda. Que lo que me ocurriera no era de su importancia.

―¿De verdad dijo eso? ―Troye cuestionó con la voz ronca. Dylan lo miró a los ojos, y no tuvo que responder. Sus ojos llenos de agua hablaron por ella.

Trye la abrazó, rodeando su cuello con sus brazos, tratando de quitarle un poco de dolor a su mejor amiga. El castaño no se lograba explicar por qué todo eso le ocurría a ella. Dylan era una persona tan dulce, y que un psicópata la estuviera acosando, era enfermizo.

―¿Has dio a la policía? ―susurró Troye, después de unos minutos de silencio.

―No. Me da miedo salir de casa. Después de la fiesta de Edward, no he salido, y hoy cuando me decidí a ir al instituto, me volví a casa, por Kian.

―Así me he enterado―Troye bufó. ―Ese idiota no hace más que cagarla. ¿Qué fe lo que te dijo? ―aprovechó para preguntar, viendo que Dylan ya se había calmado un poco.

―Me dijo que era una perra. Que me hacía la santa y cuando él se daba la vuelta, yo me follaba a todos. ―Dylan soltó un suspiro― Le di una bofetada, diciéndole que se arrepentiría de haberme dicho eso, pero él se negó. Y cuando le grité que era Sam, él…

―Trató de disculparse―terminó por ella, y Dylan asintió―. Kian siempre es tan predecible. Maldito idiota, pedazo de mierda.

El silencio inundó la recamara de Dylan. El castaño se encontraba mirando a su mejor amiga con detenimiento, tratando de buscar alguna pequeña, pero factible, solución para su problema. En cambio Dylan, solo jugaba con sus dedos sobre su regazo, con la mente en blanco.

―Bien. Esto es lo que hermosa ―Troye se puso de pie, y se acercó al closet. ―Te irás a dar una ducha―la apuntó con el dedo índice. Rebuscó un par de jeans ajustados, y una ramera a tirantes color verde―, y después, ambos iremos a la policía, a colocar una constancia y pediremos que te apliquen una ley de restricción a Sam.

―No quiero salir―Dylan sacudió la cabeza, con fiereza―. ¿Qué tal si Sam se nos aparece por el camino?

―Eso no sucederá.

―¿Y qué si sucede?

―Bueno, si sucede, yo mismo lo golpearé en las pelotas―Troye le dio una patada al aire y Dylan soltó una carcajada. El castaño sonrió de lado, viendo como los ojos de Dylan tomaban un poco de brillo―. Además, iremos en mi auto, y si se nos cruza, le tiro a mi hermoso Tyler encima. (troyleeeer ahr)

―Está bien―Dylan mordió su labio y se levantó. Troye le tendió la ropa y está la cogió.

―Estaré lista en veinte―avisó entrando al baño de su pieza.

―Genial. Yo por mientras, intentaré contactarme con Derek.

―¿Para qué quieres comunicarte con él? ―Dylan volvió a su cuarto.

―Le daré los dato de Sam―Troye se encogió de hombros―. Quiero que él se haga cargo de esto

―No puedes hacer eso. Él es alguien serio.

―¿Y esta situación no lo es? ―el ojiazul alzó una ceja―. Además, el trabajo de Derek es investigar a las personas. Duh.

―Creo que eres una exagerada―la chica rodó los ojos.

―Y yo creo que tú eres una tonta. Lo menos que podemos hacer en este momento, es poner un gorilón como Derek a tus espaldas. Creo que necesitarás vigilancia. ¿Qué pasa su Sam se aparece y ocurre lo mismo otra vez? ¿Eh?

Dylan abrió los ojos al tope y se estremeció.

―Tienes razón―susurró, con un poco de temor.

―Siempre la tengo―Troye le guiñó un ojo. ―Ahora, e a ducharte, que la policía nos espera, y después, un delicioso licuado.

Dylan asintió―Vale. Gracias, Troye.

―No tienes nada que agradecer, nena. Eres como mi hermana, así que siempre te cuidaré.

Dylan sonrió y abrazó a su amigo. Lo besó en la mejilla y se dirigió al baño, para tomar una ducha y después dirigirse juntos a la estación de policías.

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*disculpen los errores ortográficos ahr.

Maratón 3/4

Les dejo una foto del hermoso Troye Sivanen multimedia para las que no lo conoce, es un bebe hermoso:’)

Hoy fueron los kca y trOYE GANÓ UN JODIDO Y HERMOSO PREMIO, JUJUYYYYYY ¡! ABRAZOS PARA LAS FANS DEL TROYY SIVAHHH <33

Nos leemos al rato ¡Bye!xx

mistakes; kian lawley (libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora