Dylan's POV
Habían pasado dos semanas desde que Kian y yo habíamos retomado nuestra relación. Dos semanas en que él se había comportado como un hombre soñado. El chico de ojos mieles ha estado mucho más amoroso y atento d lo que realmente esperé.
Dos días después de que ambos disfrutamos ese hermoso picnic en el campo, Kian había llegado al instituto por mí. Ese día no había asistido a clases y cuando lo vi esperando por mí, debo reconocer que me había conmovido.
Kian estaba en el aparcamiento del instituto, apoyado en su motocicleta, mientras que en sus manos sostenía un gran oso de peluche que prácticamente cubría todo su torso. Las miradas curiosas de mis compañeros y los demás estudiantes de la escuela se posaron en él, pero al parecer, a Kian no le había importado, porque su mirada nunca abandonó la mía. Kian rodeó mi cintura con su brazo derecho, sosteniendo con su mano izquierda el oso. Mi corazón estaba derretido en ese momento. Bombeaba con tanta fuerza que llegué a pensar que se saldría de mi cuerpo. Las piernas me fallaban y agradecía a que Kian me tuviera rodeada con sus brazos. Él había apoyado su rostro en mi cabello, inhalando.
―Te amo―me había susurrado, con su nariz enterrada entre mi cabello.
Me tendió el oso y mordió su labio superior con fuerza. ―Esto es para ti―dijo.
Cogí el gran oso entre mis manos y lo abracé contra mi pecho. ―Muchas gracias―le sonreí agradecida. Las personas que pasaban por nuestro lado se quedaban mirando con los ojos bien abiertos. Todos sorprendido de que el antiguo Kian había vuelto, ―pero no tendrías que haberte molestado.
―No es una molestia cuando se trata de ti―había dicho, acariciando mi mejilla. Tomó ambos lados de mi rostro y frotó su nariz contra la mía. ―Ese tonto ose tendrá el privilegio de dormir junto a ti todas las noches―habló, en susurros. ―Él te hará compañía.
―Entonces lo mantendré a mi lado todas las noches―le dije, antes de pararme de puntillas y besar sus rosados labios.
(...)
Kian y yo entramos a mi casa. El silencio nos recibió a ambos. La casa estaba completamente sola, y se notaba.
El castaño cerró la puerta a sus espaldas y los dos nos dirigimos a la sala. Kian dejó nuestros bolsos sobre el sofá, y serpenteó sus brazos en mi cintura. Nuestras miradas se conectaron. Él apoyó su peso sobre el sofá.
―¿Qué haremos ahora? ―preguntó, besando mi mejilla, y bajando hasta mi mentón.
―¿Preparamos algo de comer? ―propuse, mientras jugaba con el cabello de su nuca.
―Yo quiero comer, pero no precisamente comida―Kian mordió el lóbulo de mi oreja y me estremecí. ―¿Sabes a lo que me refiero, amor?
―Kian―jadeé, alejándome un poco de él. ―Tenemos que comer algo. Has estado toda la tarde sin comer.
―Pero yo quiero comerte a ti―confesó con una sonrisa pícara en su rostro.
―Argh―gruñí, alejándome de su cuerpo por completo. ―Si quieres ayudarme, puedes venir a la cocina, pero si no es así, puedes poner tu trasero en el sofá y ver televisión.
Caminé hasta la cocina, escuchando a mis espaldas el bufido que había lanzado. Apuesto a que estaba rodando los ojos. Llegué hasta el frigorífico y lo abrí, buscando con la mirada algo que cocinar. Estaba a punto de agacharme para coger algunos vegetales, cuando siento las manos de Kian rodear mi cintura. Comenzó a hacer masajes, subiendo las manos hasta el inicio de mis pechos, y luego descendiendo. Mi cuerpo se puso rígido al sentir mi espalda chocar contra el pecho de Kian. Él cerró el refrigerador, hizo mi cuerpo girar y apoyó sus manos a ambos lados de mi cabeza.
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mistakes; kian lawley (libro 2)
FanfictionDespués de salir del hospital, Kian ha intentado a toda costa recuperar la memoria, con ayuda de Dylan, la cual se ha convertido en una buena amiga. Las semanas comienzan a pasar, y el temperamento del castaño ha ido de mal en peor a causa de no rec...