Kian's POV
Trevor entró a la habitación, pero a diferencia de Jc, él sí me vio. Miré de reojo a Dylan, y ella le regaló una diminuta sonrisa, y con su pequeña mano le hizo una seña para que el ojiazul se acercara. Seguí con la mirada a Trevor, al pasar por mi lado, prefirió rodearme antes de pasar frente a mí.
―Hola―saludó Trevor a la chica, con un pequeño beso en la frente. Le hizo un movimiento de cabeza a Jc. ―¿Cómo te sientes?
―Bien―Dylan asintió.
―Me he enterado de lo ocurrido―Trevor se rascó el cuello con nerviosismo, y miró a cada uno de los presentes. ―¿Cómo has llegado hasta aquí?
Dylan iba a abrir la boca, pero yo me adelanté.
―Yo la traje―musité. Y sonreí de lado.
―Era lo mínimo que podías haber hecho―escupió ella, ―fue tu culpa que yo terminara aquí.
―Pero tú lo podrías haber evitado―contraataqué.
―¿Es mi culpa que seas un maldito animal? ―dijo.
Tensé la mandíbula y forme una línea firme con mis labios. Dylan me miraba de manera desafiante.
―No quiero pelear contigo―hablé, meneando la cabeza de un lado a otro.
―Siempre evades todo, ¿no? ―Dylan soltó una carcajada, pero luego paró y se quejó en silencio. ―Siempre metes la pata hasta el fondo, y después crees que todo quedará olvidado con un "lo siento."
Entrecerré los ojos y miré a cada uno de los chicos. Trevor se encontraba con una mueca en el rostro. Él conocía a Dylan, igual o más que yo, así que sabía a la perfección que esta discusión estaba recién comenzando. Jc se encontraba con los ojos bien abiertos, mirándome. Y Dylan... Oh, Dylan. Si supieras todo lo que pasa por mi mente. Tenía tantas maneras de hacerte callar.
Agité la cabeza, rompiendo esa cadena de pensamientos. Este no era el momento para empezar a pensar en aquellas cosas.
―Solo quería hacer algo bueno por ti―susurré. Escondí mis manos en los bolsillos delanteros de mis jeans. Ella comenzó a reír con histeria. ―¿Qué es tan gracioso?
―¿Has escuchado lo que dijiste, Kian? ―Preguntó, sin dejar de reír. ―¿En serio querías hacer algo bueno por mí? ―Asentí. ―Oh, maldición... ¿No encontraste nada mejor que lanzarme contra la maldita pared?
―Dylan...―Comenzó Trevor, pero ella lo interrumpió, enojada.
―No, Trevor. ―Ella me miró furtivamente, para luego clavar su mirada en mí. De pronto, me sentía pequeño bajo su furiosa mirada. Hacía mucho tiempo que no veía a la Dylan que perdía los estribos y le importaba una mierda comportarse. ―Lo único que Kian ha traído a mi vida han sido unas malditas desgracias.
―Dylan..., elevar tanto la voz te hará daño―susurré, con vergüenza, por la simple razón qe la chica que amaba me estuviera escupiendo la verdad a la cara.
―¿Y eso te importa acaso? ―Inquirió. Volví a asentir y Dylan bufó. ―No seas gracioso, por favor. Quiero que te vayas, Kian. Quiero estar sola con mis amigos.
―Mh, tengo que esperar a Fanny.
―No me importa. Ya te dije que has hecho bastante, y realmente te lo agradezco―se detuvo para coger un poco de aire, y luego siguió hablando―¿sabes qué? Realmente no lo agradezco. No puedo agradecerle a una persona que ha convertido mi vida en una mierda.
―Dylan, por favor. Basta―Trevor pidió, y por una vez en mi vida, me sentí agradecido.
―No me pidas que me calle, Trevor―Dylan sacudió su cabeza con cuidado. Alzó la vista hasta su amigo, y pude ver como las lágrimas brillaban en sus ojos. ―Por primera vez me siento con la valentía de decirle todo lo que pienso. Por favor, no me pidas que me detenga.
Trevor me miró. Sus ojos me pedían disculpas. Mordí el interior de mi mejilla y asentí. Dylan tenía que tirarme toda la mierda que llevaba dentro. Ella no era la responsable de todo lo que había sucedido, y yo tenía que cargar con la culpa.
La miré, esperando a que siguiera lanzando todo. Su rostro pálido estaba sumergido entre las lágrimas. Su labio inferior temblaba. Me odiaba a mí mismo por hacerla tan vulnerable. Su vulnerabilidad era solo conmigo. Con sus amigos era la Dylan de siempre, la Dylan de la cual yo me había enamorado. Pero conmigo era todo lo contrario. Siempre tenía que medir sus palabras, hablando con cuidado y pensando antes de actuar. Mierda, sé que no soy ni de cerca una buena persona, pero ¿es para tanto? ¿Realmente he sido tan mal novio con ella? ¿He sido un novio agresivo? Sabía la respuesta a aquello.
―Te detesto, Kian―dijo ella, con la voz en un hilo.
―Vamos afuera―espetó Trevor, dirigiéndose a Jc. El chico asintió y ambos salieron de la habitación, dejándome solo con Dylan.
―¿Por qué? ―Pregunté. Me acerqué a ella, para poder sentarme al pie de la camilla, pero ella negó con la cabeza.
―No te acerqués―pidió, y me alejé unos pasos. ―¿Quieres saber por qué te detesto? ―Sorbió la nariz y sin esperar respuesta, siguió hablando. ―Te detesto por el simple hecho de haber convertido mi vida en una mierda. Desde un principio, cuando comencé a salir contigo, me di cuenta de tu carácter... ¿Sabes realmente lo que pensé?
―¿Q-qué? ―le pregunte, con la voz temblorosa. Sentía la garganta apretada, y unos pinchazos en la comisura de mis ojos.
―Pensé que podrías cambiar―ella secó sus lágrimas, mientras soltaba una risita incrédula. ―Realmente llegué a pensar que tú cambiarías. Pero nunca lo hiciste. Pensé que..., como dicen en los cuentos de hadas―rodó los ojos, ―todo se arregla con el paso del tiempo. Que lo que teníamos sería mucho más importante que tu maldito carácter, y que a fin de cuentas, cambiarías, porque te darías cuenta tú solo de los errores que cometías.
―Dylan..., yo realmente no quise...
―Ese es el problema―me interrumpió―tú nunca quieres hacerlo. Haces las cosas, te arrepientes y sales con la misma excusa de siempre. No quise hacerlo―imitó―a la mierda todo.
Cerré los ojos con fuerza cuando sentí las lágrimas. Los sollozos de Dylan era lo único que se escuchaba. Abrí los ojos para buscar su mirada, pero sus pequeñas manos cubrían su rostro.
Ella tenía razón. Ella tenía toda la maldita razón, pero yo no podía aceptarlo. No podía y no quería. Ella era mi pilar. Era egoísta de mi parte, pero necesitaba tenerla a mi lado.
Aprovechando que estaba con el rostro cubierto, me acerqué a ella y la abracé. Ella se resistió por los primeros minutos, pero terminó rindiéndose ante mi abrazo. La estreché contra mi pecho, sintiendo el mío contraído. Su cuerpo tenía pequeñas convulsiones por los sollozos.
―A-aléjate, por favor―dijo, después de unos minutos. ―Aléjate de mí de una vez por todas. Por favor.
―No me pidas eso―cerré los ojos con fuerza, y escondí el rostro en su cuello. ―Pídeme lo que quieras, pero eso no. No me pidas que me aleje de ti, por favor.
―¿Por qué? ¿Quieres hacerme más daño? ―Inquirió, a la defensiva. Y aquí vamos otra vez.
―No. ―La miré, con los ojos empañados. La mirada de Dylan era sorprendida, pero rápidamente se recompuso. ―Yo te quiero...
Dylan contuvo una carcajada, y segundos después empezó a reír. ¿Desde cuándo ella se había vuelto así? Como puedo, alejó mi cuerpo del suyo. Me puse de pie manteniendo la distancia.
Cuando se calmó, pude ver de nuevo la transformación en sus ojos. Transformándose en ira.
―Yo te odio―espetó. ―¿Te cuento algo más, Kian? Me odio a mí misma, porque no puedo sacarte de aquí―tocó su pecho, a la altura de su corazón. ―Estás metido ahí dentro, y no sé cómo diablos sacarte de ahí. Eres como una maldita plaga.
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Maratón 3/5
¿Alguien quiere dedicación?:)
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mistakes; kian lawley (libro 2)
FanfictionDespués de salir del hospital, Kian ha intentado a toda costa recuperar la memoria, con ayuda de Dylan, la cual se ha convertido en una buena amiga. Las semanas comienzan a pasar, y el temperamento del castaño ha ido de mal en peor a causa de no rec...