Y así pasaban los días.
Natalia salía con sus amigos y ella se quedaba sola en casa. De vez en cuando le llamaba y a veces lo cogía, otras veces le respondía en WhatsApp que estaría en casa dentro de poco o que llegaría tarde, como aquella noche.
Le había escrito diciéndole que seguía con sus amigos y que no la esperara para cenar.
Alba, cansada de llorar, cogió la guitarra que habían traído para que Natalia tocara algo de vez en cuando. Y empezó a tocar los acordes de una canción a la vez que cantaba.
Qué buscar,
calle vacía, yo sigo pensando
que tú vas a regresar,
qué pesar.No hay nada que buscar,
calle vacía, yo sigo pensando
tú vas a regresar,
qué pesar.Escúchala, escúchala mami...
Escucha por favor...
Que a mí me duele ver que
You are not available...Natalia había vuelto temprano a pesar de haberle dicho a Alba que llegaría tarde.
Al cerrar la puerta, oyó el sonido de la guitarra y poco a poco subió las escaleras. La puerta de la habitación de Alba estaba abierta y ella estaba de cara a la puerta, sólo que tenía los ojos cerrados y, por ellos bajaban lágrimas mientras cantaba.
Natalia jamás le había escuchado cantar, tenía una voz angelical, pensó.
... como cuando tú llamabas
por las madrugadas
sólo pa decirme
cuánto me extrañabas y ahora...
y ahora...
ahora no contestas nada,
no contestas nada.Pero yo recuerdo
que hace una semana
tú me la cantabas
y hasta me decías
que en mí soñabas,
que en mí soñabas,
que en mí soñabas...Escúchala, escúchala mami...
escucha por favor...Mientras Alba seguía cantando con los ojos cerrados y las lágrimas deslizándose por sus mejillas, a Natalia, automáticamente, comenzaron a bajarle lágrimas de sus ojos y salió de ahí a toda velocidad. Bajó las escaleras y salió de nuevo de la casa.
... adiós amor...
Concluyó Alba y abrió los ojos.
Tenía un dolor de cabeza insoportable, así que se tomó una aspirina y se quedó dormida.
La luz del sol entraba por la ventana y a Alba le estaba costando abrir los ojos. No quería despertarse todavía, pero quería saber qué es lo que le estaba acariciando la cara.
No eran unas manos, de eso estaba segura. Cuando lo que se estaba paseando por su cara pasó por su nariz, pudo darse cuenta de que era una flor.
Al abrir los ojos, vió a Natalia. Era la primera vez que la veía al despertar desde que llegaron a Pamplona.
-Buenos días, mi vida - dijo Natalia y la besó en la frente.
-Nat...
-Te estás tardando mucho en la cama - la interrumpió apartando un pelo rebelde de la cara de la rubia - y nos están esperando para desayunar.
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Un Romance Casi Perfecto
Kısa HikayeTodas las mañanas, Alba Reche necesitaba dos tazas de café más fuerte para enfrentarse a su trabajo de ejecutiva y, sobre todo, a su jefe, que resultaba ser su ex novio. Pero toda esa cafeína jamás conseguía quitarle el sueño, solo con pensar en su...