IMPERIO DE TITANES [+18]

Capítulo 1. Elon Reings.

Elon

—La accionista mayoritaria de "Genius", uno de los comercios electrónicos más grandes del mundo. Dueña de al menos cinco compañías diferentes, además de tres más de las cuales es inversionista. Sin mencionar sus negocios en el extranjero. —Comienza a leer James, mi mejor amigo y mayor benefactor de mi fundación.

"Bright Sky", es un nuevo proyecto en el que he estado trabajando. Una fundación que se encargará de construir miles de casas para personas necesitadas, más que todo para familias que hemos logrado ayudar y rescatar.

Su piel achocolatada brilla ante los rayos de sol y sus ojos marrones se ocultan bajo las gafas, mientras caminamos a orillas de la playa.

—James, nada de noticias ¿Recuerdas? Estamos aquí para tener unas breves vacaciones lejos de nuestras ajetreadas vidas.

—Me enorgulleces. —Dice haciéndome rodar los ojos mientras oculto la sonrisa en mis labios—. Pensar que luego de dedicarle varios años al imperio que te heredó tu padre, tu familia y tus antepasados ¡Al fin has decidido escucharme!

—No todo en la vida es trabajo ¿No?

—Bravo —aplaude—. Ahora pidamos unas bebidas mientras desnudas ese hermoso cuerpazo y disfrutemos del mar, tal vez logremos observar algunos latinos deliciosos.

Tomo asiento en mi tumbona y comienzo a aplicar protector solar en mi piel para no quemarme. James regresa con un par de cócteles tropicales realmente fríos y ya que no estoy acostumbrada al calor de Acapulco, le doy la bienvenida al líquido helado y refrescante.

—¿Quién diría? Que un bikini de color blanco, sencillo, se vería tan sexy. —Un par de hombres con acento español se nos acercan.

Intento ignorarlos, aunque comprendo perfectamente lo que dicen, ya que de niña tomé clases de español y francés, por eso decidimos hacer nuestras vacaciones en Latinoamérica.

—¿Qué dicen? Su acento es tan sensual. —James dice abanicando su cara y regalándole miradas coquetas a los chicos.

Uno de ellos lo mira con asco y le dice a su amigo una palabra que me hace apretar la copa de mi cóctel con tanta fuerza que temo quebrarla.

—¡Maricón! —Ambos se miran y comienzan a burlarse de James, el cual se gira hacia mi y me mira extrañado pidiendo una explicación.

Con una sonrisa helada, camino hasta ellos. Me miran de arriba abajo y no paran de susurrar cosas obscenas entre ellos mientras me acerco.

—¡Órale chula! Tú sí que estás como modelo de revista.

—Y tu estas realmente tonto al creer que yo te prestaría atención. —Levanto mis manos deteniendo sus siguientes palabras y hablo lentamente para que mi acento americano les permita entender perfectamente mi español—. Como alguno de ustedes me moleste a mi o a mi amigo... —Amenazó señalando a James que mira la escena, intrigado—. O vuelven a dirigirse a él con esa palabra tan despectiva y racista que usaron, me encargaré de que cada uno de ustedes acabe arruinado. Solo imaginen el peor escenario en el que esto podría terminar y me ocuparé de que sea el doble de perturbador de lo que pasó por su mente.

Uno de ellos comienza a reírse creyendo que estoy jugando, le hago una señal a Bishok mi jefe de seguridad.

El hombre grande, de músculos realmente fuertes y de semblante aterrador se acerca a ellos. Para mi buena suerte, Jack Herrera, dueño del hotel, antiguo amigo de mi abuelo y uno de nuestros socios, mejor dicho, el vicepresidente de nuestro grupo de inversión se acerca hasta donde estoy.

—¿Hay algún problema, cielo?

Jack, siempre me ha tratado como a una hija más, a pesar de ser unos años más joven que mi padre.