Capitulo 11.

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Deseo carnal

Etter

La Víbora se gira para desvestirse frente a mí.Intenta ignorarme, pero sigo cada uno de sus movimientos desordenados ynerviosos.

Me acaricio la barbilla cuando se quita el vestido.

Su piel blanca y cremosa brilla bajo esta luzamarillenta rodeada de oscuridad, de alguna manera. La ropa interior es decolor verde oscuro, las bragas si es que a eso se le puede llamar así, apenascubren su trasero. Sus nalgas, me atraen.

Sacudo la cabeza en una pelea interna conmigo mismo,para evitar este tipo de pensamientos. Elon desabrocha la parte de arriba yapenas veo el lateral de sus pechos redondos, recordando esos pequeños pezonesrosados que sobresalían en la tina burlándose de mí.

Inhalo con fuerza cuando de manera inconsciente, seagacha para sacar la pequeña prenda que cubre su parte inferior y me da un levevistazo de su sexo.

Que no se gire, que no se gire.Me repito constantemente, pero cuando se gira hacia mí, no puedo evitarrecorrer su cuerpo nuevamente con mis ojos.

Elon se aclara la garganta con las mejillasencendidas. Aparto mi vista de ella, sintiendo como mi verga se endurece aúnmás y la razón principal ha dejado de ser el frío.

—¿Cuánto tiempo tenemos que estar así? —Dice con la voz temblorosa.

Inevitablemente regreso mis ojos a ella, veo suspezones erectos y su piel erizada mientras tiembla nuevamente.

—Mi reloj dejó de funcionar cuando me vaciaste lacubeta encima. —Comento,su expresión se ve algo culpable antes de volver a estremecerse.

Suspiro mientras me acerco al único sillón que hay enla habitación, quito la sábana sobre él y tomo asiento. No se me había ocurridosubir, tal vez aquí hubiésemos dormido con mayor comodidad.

—Ven aquí. —Lallamo y aunque está temblando niega y no da ni un solo paso—. Elon, ven. Solo vamos a darnos calorcorporal para mantenernos calientes, es decir, nuestra temperatura. —Aclaro cuando ella me mira ofendida.

Elon se acerca con pasos suaves y lentos. Aun cojea,pero debido a que se quitó las sandalias, noto perfectamente que su lesión hamejorado mucho.

Nadie pensaría que, siendo tan atrevida, irritante ypoderosa, sería tímida y nerviosa al punto de sonrojarse. Ese sonrojo le quedaperfecto, me hace desear verlo a cada instante.

Elon llega hasta el sillón en el que estoy, se detienede frente a mi sin saber que hacer. Tomo su mano y la halo hasta sentarla enmis piernas. Su muslo se roza con mi miembro y detengo el gruñido que quieresalir de mi garganta. Abrazo su cuerpo al mío, subiendo sus piernas alreposabrazos del pequeño sillón mientras rodeo su espalda y su cintura con misbrazos.

Elon se queda dormida en mis brazos un rato.

La abrazo, sintiendo como su piel fría comienza acalentarse. Por mi parte, siento que estoy en un puto horno. Mi calor corporales demasiado y es que ver la desnudez de Elon, aunque no lo quiera admitir, metiene mal.

La puta Víbora duerme plácidamente mientras que yosufro un dolor de los cojones, mi erección no ha disminuido ni un poco.Acaricio su costado y se retuerce contra mí. Ella se abraza a mi cuello y descansa su cabeza en mihombro, la siento aspirar mi aroma cerca de mi cuello.

No puedo detenerme.

Paso mi mano por una de sus piernas en una caricialenta que va desde sus pies hasta sus muslos, sintiendo su piel tersa y suave.Acaricio su vientre con cuidado y lentitud para no despertarla, oyendo elpequeño gemido que se le escapa en sueños.

IMPERIO DE TITANES [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora