IMPERIO DE TITANES [+18]

Capitulo 17

Celos

Etter

 ¿Hastaluego, King?

¿Hasta luego?

Pasa toda la tarde con él, tal vez inclusocompartieron algo más íntimo y ¿Eso es todo lo que me piensa decir?

¿Hasta luego?

Camino de un lado a otro como un toro furioso yacorralado. Llevo al menos media hora frente a su puerta, empiezo a alejarme desu dormitorio. Siento el rostro caliente e imagino que mi cara debe estar roja,la cabeza comienza a dolerme y el estómago se me cierra al punto en el que nodeseo desayunar.

El sonido de mi teléfono me hace soltar un gruñidoante la punzada de dolor en mi cabeza, lo saco de mi bolsillo y contestomientras me acerco a Gonca para pedirle una pastilla, la chica asiente y seretira.

—Diga.

—¡Vaya! No hablamos desde el viaje y esa es tu formade responder.

Alejo el teléfono de mi oreja y miro la pantalla dondese marca un que por supuesto no tengo registrado. Gonca me trae la pastilla yla trago con algo de dificultad al rechazar su vaso de agua.

Vuelvo a colocar el teléfono en mi oreja cuando la veoirse y la línea del otro lado permanece en silencio.

—¿Allen?

—¿Esperabas a alguien más?

—No ¿Regresaste a New York?

—Si, justo te llamaba para concertar una cita conambos pronto. Si puedes enviarme la información para contactar a la señoritaReings, te lo agradeceré.

—No es necesario, yo sé lo digo. —Respondo antes de darme cuenta de loque he dicho.

Cierro los ojos por un segundo, irritado.

—¿Tú se lo dices? —Permanece callado algunos segundosmás—. Mehabía dado la impresión de que no eran buenos amigos, pero tal vez me equivoqué.Cuéntame ¿se entendieron bien cuando los dejé solos en el bar?

—No te confundas, Allen. —Digo con una risa nerviosa—. Solo somos amigos.

—Amigos el ratón y el queso, pero no me meteré. Soloespero que pronto podamos reunirnos los tres.

—Claro, ahora mismo estoy en Dubái. Pero cuandoregrese a New York, podríamos agendar el día.

—¡Perfecto!

—¿Y cómo sigue tu madre? —Pregunto cortésmente.

—¡Oh! Ella está mucho mejor ahora, Etteriking. Muchasgracias, por preguntar.

—Me alegro.

—Bueno te dejo, aquí hay una pequeña princesa de papáque está feliz de verlo. —DiceAllen divertido y en el fondo puedo oír la voz entusiasmada de Maddie.

—Nos vemos. —Me despido y cuelgo.

Sonrío ante la idea de que Elon debe hablar conmigo sio si, ahora. Aunque sea sobre Allen.