Capitulo 01

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AMALIA

Hoy es un día particularmente difícil, perder a mi padre en ese accidente de auto cuando tenía ochos año fue duro, no tuve suficiente tiempo con él. Así como siento que hoy a mis dieciocho años tampoco tuve tiempo suficiente con mi madre, el cáncer se la llevo más rápido de lo que pensábamos, pero estábamos preparados para esto sabíamos que tarde o temprano iba a suceder.

Ahora solo somos mi hermano Thomas y yo.

Nos adoramos y amamos con el alma, pero desde que nuestro padre murió y debido a que nos llevamos diecisiete años de diferencia el actúa más como un padre que como un hermano y no quiere entender que ya no soy una niña.

Verán yo soy el fruto de un embarazo no esperado cuando mis padres tenían cuarenta años, me amaron desde el minuto cero, crecí llena de amor, pero ese es el motivo por tal diferencia de edad con mi hermano y porque digo que no tuve suficiente con mis padres.

-Lía estas bien? - Mi hermano me observa desde la puerta de mi habitación sacándome de mis pensamientos.

-Si Tommy estoy bien, solo estaba pensando- Él se acerca a mí y me abraza- Ey estoy bien, somos Altman, somos fuertes.

-No es necesario que me mientas- Lo miro frunciendo el ceño- Vamos tenemos que bajar, la gente ya está empezando a irse y además quiero que saludes a Henry que llego hoy de Londres.

-Henry? ¿Qué Henry? - Lo miro confusa, no conocemos a ningún Henry.

-Mi amigo de la adolescencia, Henry Grey... ¿acaso no lo recuerdas? - Muevo mi cabeza negando- Puede que tengas razón se mudó cuando tenías ocho, bueno no importa bajemos.

-Dame un momento y ya bajo- Se va tirándome un beso.

Henry Grey claro que lo recuerdo, quien podría olvidarlo. Es decir, no es que pase diez años pensando en él, no, pero no es alguien que uno olvidaría aun cuando se tiene ocho años.

Para ese entonces él y mi hermano que aún no se había mudado tenían 25 años y estaban haciendo una especialización en leyes por lo que pasaba mucho tiempo en casa. Obviamente yo era la pequeñita hermana de Tommy, "la pequeña Amalia" como él me decía. Viendo hacia atrás recuerdo pensar que no había conocido hasta ese momento y creo que después tampoco alguien tan impactante como él y eso que, para mí, mi hermano era hermoso.

Recuerdo que su pelo oscuro perfectamente arreglado y sus ojos azules lo hacían perfecto. En fin, supongo que en diez años habrá cambiado, ciertamente ahora era bastante mayor.

Me miro brevemente al espejo arreglando mi vestido negro y bajo.

Cuando estaba llegando al último escalón veo a mi hermano haciéndome señas para que me acerque y juro que no estaba preparada para lo que vi.

Cuando él se dio vuelta y sus ojos conectaron con los mío juro que me quito la respiración y un frio recorrió mi espalda. Mierda, este hombre no es nada como lo recordaba...

Es aun muchísimo mejor.

No quiero sonar exagerada, pero estoy segura que no existe en la tierra un hombre tan sexy como este. Su pelo y sus hermosos ojos celeste estaban ahí pero su cuerpo, por dios, era otro. Aun con su traje puesto se podía ver que todo en él era musculo firme y duro. Era enorme y yo me sentía una hormiguita a su lado. Podría jurar sin saber que este hombre en la cama era un dios del sexo, no podía ser de otra forma si todo en el emanaba sexualidad.

Dios Amalia basta.

Sacudí mi cabeza tratando de dejar de pensar en eso cuando noté que mi hermano estaba ahí y hablaba.

-Henry, recuerdas a mi hermanita Lía? - Gracias por avergonzarme con el diminutivo pensé.

-Cómo olvidar a la pequeña Amalia- El extendió su mano y beso la mía dándome esa sonrisa que pone a todo tu sistema en alerta, disimuladamente retire mi mano de la suya sintiendo esa electricidad que me recorría todo el cuerpo- Creo que tenías ocho años la última vez que te vi.

-Un placer volver a verlo Señor Grey- Le sonreí lo más inocente que pude, si él me decía pequeña, entonces yo le diría Señor.

-Henry, señor me hace sentir muy viejo- Me guiña un ojo.

-De acuerdo, pero como vera ya no soy pequeña, puede llamarme Amalia simplemente- Sonreí.

-Touchè, Amalia- Me sonríe- Y si ya puedo ver cuánto has crecido, me dijo mirándome intensamente de arriba a abajo y no puedo ni siquiera expresar lo que esa mirada me género.

Me disculpe de la conversación porque necesitaba tomar aire, este hombre me ponía demasiado nerviosa. Fui a la cocina por agua y me quedé ahí un tiempo prudencial. Pagaría lo que fuera porque este día se termine, necesitaba desesperadamente dormir.

Después de un tiempo el departamento empezó a vaciarse, para cuando llego el atardecer solo estábamos mi hermano, su novia Molly, Henry y yo. Me ofrecí a preparar café ya que estaban los tres sentados en el living hablando de cosas que honestamente me aburrían.

Después de servirle una taza a cada uno me senté en el sillón individual y empecé a revisar mi teléfono, respondí algunos mensajes y vi las redes sociales. Estaba un poco aburrida ya que no sabía de qué hablaban y nadie noto mi presencia excepto por Henry que cada tanto me miraba disimuladamente.

Cuando llego el momento de que todos se fueran tuve un momento intenso con mi hermano que quería que me fuera a su casa así no me quedaba sola en la mía, pero cuando vio que no iba a ceder se rindió y yo internamente agradecí dirigiéndome a la puerta.

Sin embargo, él tenía que hablar...

-No te preocupes Tommy, yo voy a estar encima de ella, la cuido por ti- Dijo dándole una palmada en el hombro a mi hermano y con un tono de voz algo más ronco que el que estaba teniendo

-Que??- Giré mi cabeza en su dirección y abrí mis ojos sin dar crédito a lo que había escuchado- Que se supone que significa eso??

- Que voy a vivir en el piso de arriba pequeña Amalia, somos vecinos- Y con esto último se despidió de todos y salió dándome un guiño de ojos antes de salir.

Genial pensé para mis adentros como si no fuera suficiente con el pesado de mi hermano ahora también iba a tener a su increíblemente sexy amigo controlándome.

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