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AMALIA

Siempre supe que él iba a ser un hombre que me cambiaría la vida desde el preciso momento en que lo mire a los ojos y hoy mirando hacia atrás no puedo creer que finalmente estemos donde deberíamos estar.

Juntos.

Han pasado tres años desde que nos volvimos a ver aquella tarde en el cumpleaños de mi hermano. Luego de ese día no nos separamos más y ya hace dos años que vivimos juntos.

Obviamente no todo fue color de rosa, tenemos nuestras discusiones como cualquier pareja, yo sigo siendo interna aun y eso consume mucho de mi tiempo, así como el estudio de abogados consume mucho tiempo del suyo, pero a pesar de todo siempre buscamos la forma de estar juntos, apoyarnos y seguir amándonos.

Porque al final del día no hay otro hombre con el que quiera estar que no sea él. El amor de mi vida.

Claro que quizás lo más difícil fue cuando se lo contamos a mi hermano.

No se lo tomo bien, obviamente hubiera sido más fácil decirle que era algo nuevo, que nos pasó cuando nos vimos en su cumpleaños, pero ya no queríamos seguir mintiendo.

Las mentiras nos habían costado muy caro en el pasado y si íbamos a empezar de cero debíamos hacerlo con honestidad por eso cuando se lo contamos a Thomas le dijimos todo.

Decir que enfureció fue poco, luego de escucharnos agarro a golpes a Henry y él no se defendió dejo que se descargue. Durante dos años dejaron de ser amigos, mi hermano dejo de hablarle, conmigo no pudo hacerlo porque bueno soy la única hermana que tiene, pero por mucho tiempo su mirada de decepción me dolió en el corazón.

Me dolió por ambos, se cuánto sufría Henry distanciado de mi hermano, pero jamás me hiso sentir que estaba arrepentido de su decisión. Fue gracias a la paciencia infinita de Molly y la paternidad que lo hablando que Thomas volvió a dirigirle la palabra hace un año.

No volvieron a tener la amistad que tenían antes aun, pero al menos ya se hablan en las reuniones y pueden estar en el mismo espacio sin matarse.

Llego a casa después de treinta y seis horas de guardia, busco a Henry, pero no lo veo por ningún lado asique me dirijo a su estudio.

La puerta está a medio abrir asique me quedo parada en el marco observándolo. Está concentrado en su computadora y tiene el entrecejo fruncido. Se ve jodidamente sexy y pareciera que los años para el no pasan.

Me ve observándolo y me sonríe.

-Hola mi amor- Me saluda mientras me voy acercando a él.

-Hola cariño- Lo saludo- Como has estado? ¿Un caso importante?

-Muy bien- Me hace señas para que me siente en su regazo- Si, uno grande, tiene a todos vueltos locos. ¿Cómo has estado tú?

-Bien, cansada- Pongo mis brazos alrededor de su cuello- Te ves increíblemente sexy con esos anteojos.

-Y tú te ves jodidamente con esa ropa de doctora sexy- Me besa- Ven vamos a preparar la cena.

-Pero no estabas trabajando? - Le pregunto.

-Mi horario laboral finaliza cuando tu llegas a nuestra casa- Me abraza mientras vamos saliendo del estudio- Ve a darte una ducha que yo iré a preparar la cena.

Me dirijo a nuestra habitación donde me saco la ropa para meterme en la ducha, me tomo unos veinte minutos allí. Tanto trabajo y tantas guardias hacen efecto en mi cuerpo. Salgo me seco peino mi cabello y me pongo un camisón de seda con encaje que no deja mucho a la imaginación.