AMALIA
-De verdad piensas irte? - Cuestiona Elizabeth sorprendida ante mi confesión.
Y la verdad es que la propuesta de Alex hace días me tiene pensando, sobre todo por lo que paso este último tiempo.
Quizás un cambio de aire me venga bien.
-No lo sé Eli, solo es una posibilidad- Le digo mientras miro por el enorme ventanal como la lluvia cae con fuerza.
El invierno cada vez es más crudo y las fiestas navideñas ya están prontas a caer por lo que me quedan unas semanas más de exámenes arduos, pero no me preocupan pues me prepare mucho y la ayuda de Alex ha sido fundamental.
Sí, sé que tengo suerte de tener un tutor personal.
Desde que me lo comento no volvió a tocar el tema, pero yo sé que los días se me agotan para darle una respuesta, sé que en el fondo Elizabeth no quiere que me vaya y cuando se lo conté a James si bien se mostró renuente al principio termino diciendo que debería hacer lo que me haga feliz.
Mi hermano, si decidía irme era otro tema, esa batalla la tenía sumamente difícil porque no le iba a hacer ni un poco de gracia que me fuera y encima con Alex, que si bien ya había notado como disimulaba su desagrado hacia él sabía que no le gustaba ni un poco el vínculo que teníamos.
De Henry no se absolutamente nada hace semanas, y las pocas veces que me lo he llegado a cruzar ya sea solo o acompañado solo me dedica un formal saludo. Es como si ya se hubiese olvidado de mí y aunque me duele cada parte del alma y el corazón entiendo que debe ser así.
Yo también lo tengo que olvidar.
Estábamos terminando de almorzar con mi amiga pues era sábado, habíamos decidido pasar la mañana y almuerzo juntas ya que hacía tiempo no lo hacíamos cuando el timbre de casa sonó dejándome totalmente asombrada por las personas que tenía en frente.
No tenía ni idea de porque Molly y Emily estaban en la puerta de mi casa sonriendo tan felices.
-Lía!! Qué bueno que te encontramos- Grita Molly mientras me abraza- Vinimos con Emily a invitarte a un lugar.
-Molly me estas dejando sin aire- Ella me suelta apenada- Hola Emily que gusto verte, pasen por favor.
-Hola Amalia, que bonito departamento tienes- Sonrió mientras Elizabeth hace acto de presencia y me mira asombrada.
-Hola Molly, Emily ¿Cómo han estado? - Saluda mi amiga mientras todas nos sentamos en el living.
-Bueno primero vinimos con Emily a traerte la invitación a su boda- No sé qué cara debo de haber puesto porque Eli sujeta mi mano con fuerza ante esta noticia por lo que trato de reponerme rápidamente.
-Que... que sorpresa- Digo en shock- Felicitaciones.
-Si bueno ya estamos comprometidos, este es solo el siguiente paso-Sonríe Emily- Pero tengo tanto que hacer y dos meses se pasan volando.
-Wow dos meses, sí que es rápido- Comenta mi amiga asombrada como yo.
-Estábamos por ir con Emily a que se probara vestidos de novias y queríamos invitarte a ir con nosotras- Dice Molly- Tú también estas invitada Liz.
-Yo no puedo Ethan está por pasar por mí, pero gracias por la invitación- Agradece Liz.
-Yo... Molly...yo...
-Vamos Lía y de paso me ayudas con el mío para cuando el lento de tu hermano ponga una fecha- Me suplica.
No puedo decirle que no a Molly, pero sé que esto va a ser peor que una tortura para mí. Ver a Emily probándose vestidos de novia para casarse con el hombre que amo es peor que eso.
Despido a Liz y subo a cambiarme por algo más abrigado. Salimos y durante el viaje yo no digo nada solo asiento y sonrió, realmente me arrepiento de haber aceptado.
Una vez dentro de la tienda Emily se probó cuanto vestido le trajeron, a todos le encontraba una falla y a veces hasta le gritaba a la pobre chica, asistente de la diseñadora. Dios esta mujer es insufrible.
Hacía tres malditas horas que estábamos ahí adentro y no se decidía por ninguno.
Molly también se probó algunos y todos le quedan bellísimo, ya podía imaginarme la cara de bobo de mi hermano cuando la vea caminando el día de su boda hacia él.
Mientras ellas se seguían probando vestidos yo vi uno que me llamo la atención por lo sencillo y hermoso que era. Con encaje y bordado en la parte de arriba dejando un pronunciado escote, casi sin espalda y largo hasta los pies. Era suelto con un poco de vuelo y la tela era como una seda blanca exquisita, con una abertura en la pierna casi hasta arriba de todo.
Era simple pero elegante a la vez.
Molly me miraba sonriente y Emily que terminaba de hablar por teléfono se estaba probando otro.
-Pruébatelo- Me dijo Molly cuando se acercó hasta mí y lo saco del perchero.
-No, como crees, estás loca- Le dije apenada.
-Anda es para divertirnos- Me dio el vestido y me llevo hasta el probador- Te espero afuera.
Me saqué la ropa y con cuidado me puse el vestido, en verdad era hermoso. Me hice un moño medio despeinado para que se note la espalda y salí. No vi a Emily por ningún lado, Molly me dijo que se había ido con la diseñadora a arreglar unos detalles para su próxima prueba.
No podía dejar de mirarme al espejo era como si la imagen me hubiera hechizado y de pronto por al menos unos segundos fantasee que este vestido usaría en mi boda con Henry. Rápidamente el ruido de la puerta me saco de esa estúpida fantasía solo para encontrar parado frente a mí al hombre que me podía desarmar con solo mírame.
Ambos, como si de un imán se tratara nos acercamos, él no podía dejar de mírame intensamente. Ante sus ojos podía verme como una aparición divina y yo no quería dejar de sentirme adorada por él. Su mirada me quemaba, me dolía y me hacía sentir amada.
Todo eso lo lograba el, solo él.
-Dios Amalia...- Solo pudo decir.
-Henry yo...-Suspire.
Pero ninguno pudo hacer o decir nada más porque Molly que miraba atónita la escena de golpe me llevo hasta el probador y me encerró dentro con ella.
-Te vistes ya Lía- Me miro seria- Cuando termines vamos a hablar muy seriamente.
No fue necesario que diga nada más, se había dado cuenta, ahora iba a tener que contarle todo.
Mientras me cambiaba podía escucharla hablar con Henry acaloradamente sin llegar a distinguir con claridad que le decía. Salí mortificada y el camino de regreso fue en completo silencio.
Estaba preparada para lo que me esperaba cuando cruce la puerta de casa.
-Ahora si Lía me vas a explicar que carajos pasa entre Henry y tu...
ESTÁS LEYENDO
Seduction games
RomanceAmalia Altman es una chica de 18 años a punto de convertirse en estudiante de medicina. Tiene sus metas claras y una vida tranquila hasta que vuelve a encontrarse con el mejor amigo de su hermano por el cual comienza a sentir una pequeña atracción...