Capitulo 04

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AMALIA

Me desperté con la sensación de que mil taladros estaban agujereando cada parte de mi cabeza. Apenas y podía mantener los ojos abiertos, la luz debería ser ilegal, así como beber.

Nunca más voy a tomar de esa manera es insano.

Todavía no se ni como llegue a mi cama. Lo último que recuerdo es haberme cruzado al molesto de Henry en el lobby cuando entraba y asumo que no le debe haber dicho nada a mi hermano porque si no lo tendría acá dándome el sermón de mi vida, asique creo que voy a estar bien.

Como puedo me levanto ya que el dolor de cabeza es insoportable, voy al baño me lavo los dientes, la cara y me peino un poco. Me miro al espejo y si, no parezco un ser humano, menos mal que vivo sola.

Voy a la cocina a prepárame un café, pero la figura de alguien hace que me pare en seco en la puerta. ¿Qué demonios hace Henry Grey en mi cocina a esta hora y con a la camisa totalmente abierta dejándome ver ese espectacular torso? ¿Y porque me mira con esa sonrisa de triunfo?

-Buen día pequeña Amalia- Me acerco a la mesada, pero me quedo del otro manteniendo una distancia prudencial.

-Que... que hace acá? - El solo sonríe con esa jodida sonrisa sexy.

-No me digas que no te acuerdas que pasamos la noche juntos?

-Quee??- Casi me atraganto con mi propia saliva al escucharlo decir eso, el suelta una carcajada que resuena en toda la cocina mientras se acerca hasta mí, yo mientras lo observo voy girando mi cuerpo hasta quedar de espaldas a la mesada cuando él se pone excesivamente cerca frente a mí.

-Tranquila pequeña, solo te traje a casa y te acosté, yo dormí en el living- Su cercanía me pone nerviosa y no puedo mirarlo a los ojos.

-Bueno gracias y perdón por las molestias- Levanto la vista para encontrarme con esos atrapantes ojos azules-Le conto a mi hermano como llegue?

Él no me dice nada por unos segundos que me mira fijamente a los ojos, yo siento que dejó de respirar cuando el lentamente va acercando su boca a la mía y cuando pienso que me va a besar, acerca sus labios a mi oído y casi susurrando me dice...

-Tu secreto está a salvo pequeña, por ahora-Yo no me puedo mover mucho menos respirar- Toma el analgésico que te deje sobre la mesada lo vas a necesitar.

Y dicho eso salió de la cocina, no fue hasta que escuche la puerta principal cerrarse que exhale todo el aire que estaba reteniendo.

¿Qué mierda fue todo eso? ¿Acaso lo acabo de imaginar o paso de verdad? De una forma u otra ahora me siento ¿excitada?

No, no, no, alto ahí Amalia...No te cae bien recuerda eso.

No me cae bien si, pero ciega no soy, es perfecto y solo vi una parte de su torso desnudo.

Porque tenía que ser tan hermoso.

Mejor me voy a dar una ducha, eso es una idea productiva.

Después de pensar en ideas productivas para hacer, me pase todo el día en la cama viendo series y durmiendo.

La resaca me pego fuerte.

Como a las ocho de la noche me levante para comer algo rápido y mientras reviso unas cosas de la universidad. Esta última semana voy a tener que poner énfasis en estudiar un poco ya que quiero llegar preparada a mi primer día de clases.

Increíblemente me dieron muchas ganar de comer algo dulce, como un chocolate quizás, pero recuerdo que ya no hay asique me pongo un vestido unas converses y salgo a comprar. La noche esta linda para caminar un rato y después de haber estado encerrada todo el día me va a hacer bien tomar un poco de aire.

Camino varias cuadras disfrutando la noche hasta que entro a una tienda y compro varios chocolates, no me los voy a comer todos ahora obviamente. Los que sobren los voy a guardar para cuando vuelva a antojarme.

Emprendo mi regreso a casa, cuando llego al edificio ya estoy comiendo uno porque no me aguante las ganas. Saludo a Bruce y le regalo uno y el me regala una sonrisa, siempre me dijo que me quería como a una nieta y el sentimiento es mutuo porque es como el abuelo que no tengo.

Me despido de él y subo al elevador, pero antes que las puertas se cierren una mano lo impide. No puede ser cierto.

Otra vez el.

Sé que somos vecinos, pero no es necesario que por cualquier cosa nos crucemos. Me mira fijo y no es hasta que me percato de la presencia femenina que está colgada de su brazo que quita su mirada sobre mí y agacha la cabeza.

Pasamos varios pisos en silencio y si, es incómodo, sé que esta mujer no es su novia no tienen esa clase de interacción. Nunca vi a nadie que tuviera tantas ganas de bajarse como él.

Juro que por dentro me estoy riendo de esto.

La mujer me mira comer chocolate y me hace un comentario como que debería cuidar mi figura y mi piel ya que soy muy joven para arruinarla con tanta grasa. Yo la miro anonadada primero porque no la conozco para que me diga algo así y segundo es ofensivo, nadie debería opinar sobre los demás.

El señor Grey se dio cuenta del comentario y le hace una seña para que se calle, cosa que obedece al instante.

Ya dije que esto es raro?

-Estas mejor Amalia? – Finalmente me hablo mirándome por el reflejo de la puerta del elevador.

-Si mucho, gracias Señor Grey- Gracias a dios ya me voy a bajar, pero antes de pasar hacia adelante para bajar miro hacia mi costado y veo como el acaricia su espalada hasta depositar su mano en el trasero de esta mujer mientras ella le besa el cuello.

No, no quería ver eso.

Mucha información me digo a mi misma, el sonido de que llegamos a mi piso me saca de mis pensamientos, me bajo sin decir una palabra.

Mientras me dirijo a mi puerta me voy riendo pensando en que ojalá estos dos no sean del tipo ruidosos porque si no, no me van a dejar dormir.

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