Capitulo 11

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AMALIA

Cuando me desperté la imagen del hombre que tenía al lado me quito la respiración, se veía perfecto hasta durmiendo ¿Es acaso eso posible? Seguía sin poder creer que me había acostado con él. Fue más de lo que en algún momento llegue a fantasear y seguía acá.

¿Porque no se fue?

No podía dejar de mirarlo, su espectacular cuerpo, su rostro perfecto, ese mechón de pelo que caía sobre su frente. Sabía que el golpe de realidad me iba a llegar en cualquier momento, pero ahora no me iba a preocupar por eso, solo iba a disfrutar de lo que pasara.

-Si me sigues mirando así me vas a gastar- Me dijo con los ojos aun cerrados.

-Perdón, no sabía que estabas despierto- Le dije avergonzada- No quería mirarte tan fijamente.

-No te preocupes, me desperté hace rato y me desvelé mirándote de la misma forma- Me sonrió

-Henry...

Le di un golpe en el hombro y me atrajo hacia el subiéndome encima suyo. Nos miramos por lo que pareció una eternidad hasta que me susurro un "buenos días" en el oído.

-Voy a preparar el desayuno. ¿Tienes hambre? - Le pregunte mientras jugaba con su cabello.

-Mucha hambre, pero todo lo que quiero comer lo tengo justo aquí- Me dijo seductoramente mientras acariciaba mi espalda desnuda.

-Acaso me quiere comer señor Grey?

-Oh pequeña no tiene idea de cuantas veces voy a hacerlo hoy- Me tomo de la nuca y me beso, en uno de esos besos con hambre que son capaces de robarte hasta el alma.

Sus manos viajan por mi espalda, mi cola y mis muslos cuando en un rápido movimiento él se posiciono encima de mí. Se apodero de mis mechos y los devoro a su gusto.

El timbre sonó una primera vez, pero ninguno le prestó atención, él estaba muy ocupado devorándome y yo perdida en lo que su boca le hacía a mi cuerpo.

Sonó una segunda y una tercera vez. Se detuvo, pero ahora era mi teléfono el que sonaba.

-No atiendas- Me dijo mientras acercaba su boca a mi vagina.

-No..no pensaba hacerlo- Apenas y podía hablar, este hombre hacia maravillas con su lengua. El teléfono sonó una vez más y tuve que agárralo para ver quién era.

Mi hermano.

No había terminado de dejar el teléfono cuando el ruido de una puerta cerrarse y pasos abajo me pusieron en alerta.

-Mierda Henry, Thomas está aquí- Su cara palideció creo que al igual que la mía, rápidamente me puse mi ropa interior y mi camisa- No te muevas de aquí, voy a ir a ver que quiere y hacer que se vaya- El asintió y yo baje lo más rápido que mi cuerpo me permitió.

Si Thomas encontraba a Henry aquí iba a ser una tragedia.

-Amalia llevo tocando el timbre y llamándote una eternidad ¿Acaso estas sorda? - Me dijo en un tono enojado sobre todo porque siempre que se fastidia me decía por mi nombre y no lía.

-No Thomas, no estoy sorda. Se puede saber qué haces aquí si hasta donde yo recuerdo no habíamos quedado en vernos- El solo me observa.

-Vine a ver a Henry, pero no está, asique decidí venir a desayunar con mi hermanita, pero al parecer está demasiado ocu...-Se queda callado y mis nervios escalan a niveles inhumanos- Hay por dios, ¿Estas con alguien? ¿Por eso no me atendías?

-Si Thomas estoy con alguien por eso no podía atenderte- Su cara se transformó, se tardó varios segundos en procesar lo que le estaba diciendo.

-Joder Lía, ¿Acaso es el chico que estaba anoche? - Solo le sonreí.

-Tommy sabes que te adoro verdad? - El asiente- Pero necesito que me des tus llaves y dejes de venir siempre de improvisto. Ya soy una persona adulta que vive sola y que quiere su privacidad.

-Amalia no, yo tengo que cuidarte. Además, como voy a entrar si algo te estuviera pasando- No deja de dar vueltas y me está poniendo sumamente nerviosa.

-Por dios, ¿Acaso yo tengo llaves de tu casa? - El niega con la cabeza- Exacto, Tommy yo necesito mi espacio y eso no va a pasar si pasan cosas como estas, me encanta que me cuides, pero tienes que dejarme vivir. Quiero salir, tener citas, conocer chicos y no tener que preocuparme si invito a alguien de que en cualquier momento vas a cruzar esa puerta.

-Pero Lía...- No lo dejo hablar voy empujándolo a la puerta donde le doy un abrazo y un beso. El me mira con cierta nostalgia- Cuídate si y cualquier cosa me llamas.

-Te amo Tommy.

-Y yo a ti mi pequeña Lía.

Cierro con llave y subo rápido a mi habitación encontrándome a un Henry a medio vestir sentado en mi cama.

-Asique quieres conocer chicos? - Me pregunta mientras tira de mi camisa acercándome a él.

-Quizás, no lo sé- Me empieza a desabrochar la camisa mientras yo le sonrió provocándolo.

-Entonces tendré que hacerte cambiar de idea- Es hábil porque ya estoy completamente desnuda.

-Y cómo piensa hacerlo señor Grey?

-Ya verás.

El me cargo y nos llevó hasta el baño donde nos duchamos. Debo decir que el sexo en la ducha es una experiencia mucho más que grata.

Ya era pasado el mediodía cuando bajamos a comer algo, yo pensé que luego de eso iba a irse, pero me sorprendió preguntándome si quería ver una película con él, obviamente yo acepté gustosa.

A mitad de película nos dormimos y los últimos rayos del sol me despertaron, aún seguía en sus brazos y caí en cuenta que habíamos pasado todo el día juntos y me había encantado. El sexo había sido más que fantástico, pero además habíamos conversado bastante aun cuando no podíamos dejar de tocarnos. Me conto de su vida en Londres y de cómo se estaba adaptando de nuevo a esta ciudad, me pregunto de mí y mi amor por la medicina.

Fue fácil hablar con él.

No hubo momentos incomodos, pero aun así en mi cabeza tenia mil preguntas que no podía formular aún.

Lo desperté con besos y el me apretó más fuerte. Esto era surreal, no parecía querer irse, pero después de un momento suspiro y me dijo que tenía cosas que hacer.

Le di mi mejor sonrisa y lo acompañe hasta la puerta donde me beso antes de irse, en un beso lento y largo.

Yo quería guardar todos estos momentos porque seguro no iba a repetirse, tenía en claro quién era el hombre frente a mí.

-Cena conmigo mañana...

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