AMALIA
Si digo que me levante a las seis de la mañana súper emocionada es poco, es que hoy comienza el primer día de mi futura vida. Hoy comienzo mis estudios en medicina y es algo que soñé hacer por tanto tiempo que saber que llego el día me tiene a mil.
Claro que me hubiera gustado que mis padres estén conmigo para que vivan junto a mí esto que estoy sintiendo, pero hoy no es un día triste ellos siempre están presentes en mi corazón asique desde donde sea que estén sé que lo están disfrutando.
Ya estoy lista con todo preparado asique mientras espero que Liz llegue tomo un café, y chequeo las redes. Cuando el timbre suena salgo corriendo emocionada a abrirle a mi amiga, pero me encuentro con Tim, el otro conserje del edificio sosteniendo un enorme ramo de rosas rojas.
-Señorita Altman, llego esto a recepción para usted y creí conveniente subírselo.
-Oh Tim muchas gracias- agarro el ramo- Sabes quién lo dejo?
-Solo lo entrego un mensajero, creo que hay una tarjeta- Dice antes de despedirse- Que tenga buen día señorita.
-Gracias Tim, tu igual.
Cierro la puerta sorprendida, no creo que haya sido mi hermano porque hablamos hace un momento y no dijo nada de haberme mandado flores.
Dejo el ramo en un jarrón y lo llevo a la mesita del living, realmente son hermosas, me siento y abro el sobrecito donde hay una tarjeta...
"Espero tengas un hermoso comienzo a lo que va a ser la gran aventura de tu vida, estoy seguro que lo vas a hacer excelente pequeño genio.
Mucha suerte pequeña Amalia"
H.G.
Mierda me envió flores a mí, no lo puedo creer.
No voy a sobre analizar esto demasiado, está tratando de ser amable pero el ¿porque? Me es inevitable. Supongo que voy a subir a agradecerle personalmente por su atención, sería más fácil mandarle un mensaje, pero no tengo su número.
Cuando estoy por salir me llega un mensaje de Liz diciéndome que me está esperando abajo. Miro la hora y ya estamos muy justa de tiempo asique agarro todas mis cosas y decido que cuando vuelva le agradeceré a Henry por las flores.
Llegamos a la universidad y es enorme.
Los nervios que manejo son de otro planeta. Oficialmente ahora somos estudiantes de medicina, no puedo estar más emocionada al estar viviendo mi sueño, con Liz miramos todo maravilladas a medida que nos vamos acercando a la oficina de información.
La secretaria nos recibe y nos pregunta si necesitamos nuestros horarios a lo que ambas asentimos.
-Pueden decirme sus nombres si son tan amables- Nos pide la secretaria.
-Por supuesto, soy Amalia Altman y ella es Elizabeth Sheppard- Le informo a la mujer mientras ella chequea la información en su computadora.
-Aquí tiene señorita Altman- Me entrega un papel con mis horarios y luego hace lo mismo con mi amiga- Bienvenidas a la Universidad de Cornell, que tengan un excelente día.
-Gracias usted también- Le sonrío y nos vamos.
Nos sentamos en un banco y comparamos clases para ver cuál va a tomar cada una. Estamos sumamente emocionadas ambas, luego de dirigirnos al auditorio principal donde el director se presentó para darnos unas palabras de bienvenida, cada una iría a su primera clase del día.
Mi primera es neuro, no podía esperar por tomar las siguientes.
Luego de que mi primer día terminara fui a comer algo con mi hermano y su novia para celebrar, Elizabeth también se unió a la pequeña reunión. Todo fue muy ameno donde mayormente nos preguntaron todo con respecto a nuestras clases.
Mi retorno a casa fue tranquilo, ya casi anochecía y me di cuenta que el tiempo paso volando. Luego de comer nos fuimos con Liz a comprar algunas cosas que necesitábamos y no nos dimos cuenta de todo lo que demoramos.
Llegue agotada, lo único que quería era ducharme e irme a dormir ya que debía madrugar al día siguiente.
Cuando llegué lo primero que vi fue el ramo de rosas que Henry me envió hoy a la mañana, aun no se lo había agradecido y pase media hora meditando si ir a su departamento o no para hacerlo. Finalmente arregle un poco mi ropa, controle en el espejo tener un rostro medianamente decente y salí.
Cuando llegue a su puerta, toque y espere un momento, pero nada, toque de nuevo, pero al no haber respuesta me di vuelta para volver. Seguro debe de estar trabajando pensé. No había hecho ni la mitad de mis pasos cuando la puerta se abrió y una voz femenina me llamo. Una mujer rubia muy estilo modelo que solo vestía una camisa de hombre que asumo debe ser de él me hablo.
-Niña que se te ofrece? - Si definitivamente rubias y poco educadas son su tipo pensé para mí.
-Mmm yo estoy buscando a... - No me sale nada, ¿Qué demonios estoy haciendo acá? - No nada, me equivoque.
Ella solo me da una mala mirada y yo me dirijo al ascensor. La puerta vuelve a abrirse, pero yo no me doy vuelta.
-Amalia espera, porqué te fuiste? ¿Paso algo? - Me pregunta mientras se acerca demasiado a mí.
-Yo... no nada paso, solo quería agradecerle las flores.
-Entonces te gustaron? - Me pregunta con una sonrisa en su rostro.
-Si claro, son hermosas, pero no debió molestarse- Lo miro a los ojos.
-Fue un placer para mi pequeña Amalia, quería hacerlo- Se acerca un poco más quedando a escasos centímetros de mí.
-Pero ¿Por qué?
-No lo sé, simplemente tuve el impulso de hacerlo- Me acaricia el rostro y yo siento que en cualquier momento las piernas me van a fallar. Esta tan cerca que si yo elevara un poco más mi rostro podría besarlo perfectamente. Pero justo en el momento en que me iba a dejar llevar por ese pensamiento la puerta se abrió dejándome ver a esa mujer que lo llamaba molesta.
Entonces ahí me di cuenta de la tontería que iba a hacer. Esto no estaba bien en muchos niveles, no solo porque es el mejor amigo de mi hermano y hay diecisiete años de diferencia entre ambos, sino porque él es un maldito mujeriego. Es la segunda vez que lo veo con una mujer distinta a la anterior y eso que son solo las que vi, estoy segura que por su cama ya deben de haber pasado más.
No podía ser tan tonta de caer con un tipo así solo porque fuera endemoniadamente sexy y yo si sintiera cierta atracción hacia él.
-Señor Grey le agradezco el detalle, pero no es necesario que lo vuelva a hacer, no somos amigos no tenemos ningún tipo de relación. Usted es amigo de mi hermano nada más- Maldito elevador que no viene, paso por su lado dejándolo confundido con lo que acabo de decirle y me encamino a las escaleras, pero él es más rápido y me toma del brazo girándome hacia él.
-Creo que te equivocas Amalia- Me pega más a él, casi rozando mis labios y como la vez anterior solo me tienta para decirme al oído- Te acosté en tu cama, dormí en el mismo espacio contigo y además guardo tu secreto yo sí creo que tenemos algún tipo de relación. No te me vas a escapar tan fácilmente.
Me suelto de su agarre y me voy casi corriendo sin mirar atrás.
Entro a mi departamento como si hubiera corrido una maratón y cierro todo con seguro como si me estuviera cerciorando que él no va a poder entrar.
¿Que fue todo eso? Yo no me lo puede haber imaginado. La tensión entre los dos era muy palpable.
¿Que yo no me le voy a escapar tan fácilmente? ¿Qué carajos quiso decir con eso??
Sea lo que sea no me gusta porque si me siento atraída por él, hoy quería besarlo y quien sabe que más si hubiera pasado.
Tengo que sacarme estas ideas de la cabeza y evitarlo porque si hay algo de lo que estoy segura en este poco tiempo que llevo conociéndolo es que Henry Grey no es el hombre con el que una mujer debería meterse.
ESTÁS LEYENDO
Seduction games
RomanceAmalia Altman es una chica de 18 años a punto de convertirse en estudiante de medicina. Tiene sus metas claras y una vida tranquila hasta que vuelve a encontrarse con el mejor amigo de su hermano por el cual comienza a sentir una pequeña atracción...