Capítulo 4:

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Especial POV:

-Bueno, esto nos ayudará a lograr lo que deseamos, mi amor, podremos llegar a formar parte de la familia real y ayudar a Costa Mein – escuché que decía mi madre – Además, imagínate, emparentar con los Van Bisen – dijo con emoción, me acerqué lentamente a la sala de estar para escuchar.

-Ya lo sé, querida – respondió papá con su tranquila voz – Marktool mismo habló conmigo el día de la reunión en la que decretó la muerte de los bandidos esos que al final ni siquiera ejecutó – añadió y luego suspiró con cansancio – Gracias a la Princesa Shinees esos dos hombres no murieron en esa masacre, aun no entiendo cómo el Rey puede tan siquiera pensar en dañar a unos hombres y ni siquiera escuchar sus razones, lo que me hace pensar en cómo llegará a ser el reinado de la Princesa cuando se convierta en Reina.

-Pues no he tenido el contacto necesario con la Princesa como para indagar si realmente será una buena Reina cuando llegue al trono – escuché la duda en la voz de mi madre – La Reina Freya la mantiene al margen, y vaya que lo hace muy bien – reprochó a la Reina.

-Pues el Rey tampoco da indicio de que ella sea diferente a ellos, aunque lo que hizo hoy frente a todo el pueblo y ciertos miembros de la nobleza, como yo, nos ha dado a entender que realmente ella... puede llegar a ser diferente.

Decidí dejar de esconderme – ¿Quién puede llegar a ser diferente, padre? – pregunté fingiendo no saber nada y todo inocente, aunque en realidad no sabía con certeza de qué hablaban. Me acerqué a mi madre para besar su mejilla.

-Oh hijo mío, que bueno que te unes a nosotros – sonrió cálidamente. Me senté a su lado en el sofá largo.

-Hablábamos de tu prometida, hijo – soltó mi padre esa confesión como si nada que en ese momento me calló como un balde de agua fría, pero con hielo.

- ¿Prometida? – pregunté con un asombro notable en mi rostro – ¿Cómo que prometida? Puedo saber... ¿desde cuándo estoy prometido a alguien? Creo que como novio tendría que saber tal información – hablé con un sabor algo amargo en la boca, resulta que ahora me querían casar sin considerar a preguntarme nada con nada más y nada menos que Shinees Van Bisen, la Princesa de Costa Mein, o eso creía, ya que atando cabos de lo que hablaban antes de que entrara era de la familia real y de emparentar con ellos. Mamá tomó mi mano suavemente. Suspiré – Considero que es una noticia que debían de haberme dado de otra manera y una decisión que debieron haberme consultado – dije algo molesto.

-Hijo mío... - comenzó mamá.

-Ah no madre, no quiero que vengas a utilizar tus encantadoras artimañas conmigo ahora – negué levantándome del sofá.

-Escucha Drew, el mismísimo Rey Marktool fue quien se acercó a mí en una de las reuniones hace poco – explicó papá mientras dejaba a un lado lo que había estado leyendo hacía unos momentos – Él desea que tú puedas ser el futuro marido de su hija, la Princesa Van Bisen – recalcó con un tono diferente en su voz.

-Imagina tesoro mío – habló mamá con una gran sonrisa de emoción – Tú, Drew Melborne, no solo serías heredero al título de los Melborne, no solo serías Lord Melborne, también tendrías en tus manos el título de Rey Consorte de Costa Mein. Serías el confidente total de la Reina Shinees y ambos reinarían nuestro pueblo. Sabrías toda la información de primera mano, mi amor – añadió mamá con cierto extraño aire que me causaba fascinación y confusión al mismo tiempo.

- ¿Y ella lo sabe? – pregunté dudoso de que ella realmente lo supiera y dudaba de que estuviera totalmente de acuerdo en un matrimonio arreglado, estaba casi seguro de que esto no le agradará si es que aún no lo sabe.

El Corazón de Una Princesa (Libro 1) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora