Capítulo 62:

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Toda mi vida desde que tenía conciencia y mis padres me enseñaron lo que era ser una Princesa supe y aprendí que todos en la nobleza y realeza tenían una careta

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Toda mi vida desde que tenía conciencia y mis padres me enseñaron lo que era ser una Princesa supe y aprendí que todos en la nobleza y realeza tenían una careta.

Una desgraciada careta que nos tapaba y evitaba que nos vieran los demás como éramos realmente, nuestros títulos se encargaban de brindarles a los demás lo que necesitaban, pero a nadie le importaba lo que nosotros necesitábamos detrás de nuestros títulos, detrás de nuestras perfectas caretas pintadas por nosotros mismos.

Mostrar lo que eres no es debilidad, eso siempre lo supe, pero es un arma de doble filo.

Mostrar quién eres puede llevarte a encontrar a las personas correctas o a las personas equivocadas, sea cual sea el resultado, siempre habrá un precio qué pagar.

Ambos lados tienen suficiente de ti para utilizarlo, es como una pelea contigo mismo, porque sin importar lo que hagan con lo que tú les brindaste, siempre tendrá un impacto, sin importar si es bueno o malo, te tocará y afectará.

Drew tenía lo suficiente de mí, e incluso más, para ayudarme, pero él decidió ser de las personas que me apuñalaron por la espalda, decidió ser de los que me destruyeron, de los traicioneros.

Decidió ser de los que exterminarán la estirpe Van Bisen.

Mis padres son otros, que, aunque los siga amando con mi vida a pesar de todo, pero ellos también saben mucho más de mí de lo que seguramente yo pensaba y lo utilizaron todo el tiempo para su beneficio, sin importar que fuera su hija, la mayor parte de las cosas que hice a pedido u obligada por ellos fue porque supieron utilizar mi esencia, que contenía un punto exacto de amor hacia ellos que me hacía obedecerlos o aceptar a lo que pidieran, y así lograr su cometido.

Su careta era tan hermosa, la pintó tan perfecta y bella que yo caí a pesar de que al principio sabía que no debía, quise resistirme, pero caí, fallé en mi débil intento por tratar de conocerlo tras su careta, y digo débil, porque su careta fue más fuerte que yo.

Creo que nunca lo conocí de verdad, siempre me mostró solo su careta, nunca me permitió ver más allá, porque claro, lo que había debajo me habría espantado.

—Ahora sé que tu careta de perfección solo protegía a tu verdadera cara de mi vista, no querías que supiera quién eras realmente — murmuré hacia él.

—Como siempre dije Princesa —espetó burlón— Tu inteligencia siempre fue una de tus virtudes que más me encantó —tomó un mechón de mi cabello cuando se agachó para quedar a mi tamaño— Lástima que no sirviera para lo que realmente era necesaria —se encogió de hombros.

—En ese caso, yo espero que tú la tengas, porque la necesitarás para llevar el cargo del que te has apoderado —espeté con odio.

Soltó una carcajada— Ni pienses en eso, Shinees —canturreó como si fuera una de las mejores conversaciones— Tú siempre preocupándote por mí, siempre tan detallista, mi amor —acarició mi mejilla como antes lo hacía, llamándome como lo hacía antes.

El Corazón de Una Princesa (Libro 1) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora