Drew POV:
¿Quién es él?
Esa era la pregunta que rondaba por mi cabeza. Antes de estar comprometido con Shinees y de comenzar un vínculo real con ella ni siquiera me asomaba por el palacio, por lo tanto, no lo conocía de nada, ni por qué tanta confianza con la Princesa.
Lo que sí sé es que no pude evitar un enojo súbito y unas ganas de golpear a ese guardia imbécil que abrazó con tanta emoción y fuerza a Shinees, pero ella no se quedó atrás, prácticamente se lanzó con una gran sonrisa hacia sus brazos.
Solo de recordarlo quiero ir a buscarlo y preguntarle qué le pasa o cuál es su relación con mi prometida para así golpearlo hasta el cansancio.
Había llegado con un muy buen humor al palacio, llevaba una cajita en el que había un pequeño obsequio para mi Princesa cuando desde lejos presencié tal escena y solamente con eso se me fue el buen humor.
Sé que puede ser absurdo ponerme así de ¿celoso? por mi futura esposa, pero no quiero perderla por un simple guardia del ejército, no lo permitiría. Ella sería mía, en cuerpo y alma.
Si yo no era digno de ella, mucho menos ese guardia idiota.
No quise crear problemas a mi Princesa y menos frente a ese bastardo y su dama de compañía, por lo que al ver que comenzaron a caminar hablando animadamente entre ellos decidí dar media vuelta y caminé hacia uno de los jardines del palacio para tomar aire y calmar mi mal humor que no quería descargar en Shinees.
-Joven Drewilliam Melborne – escuché una sedosa y aterciopelada voz en mis espaldas.
Me giré de inmediato asustado – Oh, eres tú – suspiré tratando de calmar mi agitado corazón – No vuelvas a hacer eso – advertí a regañadientes.
-Sí, soy yo – sonrió coqueta – Lamento mucho haberlo asustado mi Lord.
- ¿Qué es lo que quieres? – pregunté borde.
-Pasaba por aquí, tengo que llevar esto a la cocina – me indicó elevando unos trapos para que los viera – Y lo vi caminar hacia acá con un rostro afligido, ¿puedo saber el motivo de que mi Lord se encuentre tan abatido?
Suspiré y pasé mi mano por sobre mi cabello desordenándolo de seguro – Que no te importe Yery, solamente estoy algo cansado por cosas de mi vida cotidiana.
-Como la Princesa ¿tal vez? – sonrió de lado.
-Que te quede claro que no estoy cansado de ella y yo dije cosas, no personas – recalqué molesto, tratando de mantener mi paciencia.
-Bueno mi Lord, entiendo – se hizo la tímida, pff, la conozco, sé muy bien que tímida no es, para nada – Pero si usted quisiera podría ayudarle a sentirse más relajado y olvidar el cansancio – se acercó insinuante.
Subió su brazo para querer tocar mi pecho, tomé su muñeca antes de que su mano tan siquiera me rozara – No te atrevas – siseé.
- Solamente ofrezco mi servicio a mi Lord, si desea puedo hacerlo olvidar de absolutamente todo, desde lo malo hasta lo bueno – susurró cerca de mi cara.
- ¿Y si no quiero? – ella entreabrió sus labios para hablar, pero no la dejé – Es más fácil para mí olvidar el cansancio y olvidar todo en brazos de mi prometida – sonreí malicioso.
Ella abrió la boca en una gran "O", indignada ante mis palabras.
-Pero agradezco tus buenas intenciones – le sonreí con sorna – Quizás haya algún pobre que ande deseoso de dichas atenciones, pero yo ya tengo quien me las dé, gracias – solté su muñeca y caminé de nuevo hacia el palacio.
ESTÁS LEYENDO
El Corazón de Una Princesa (Libro 1) COMPLETA
Historical FictionSinopsis: Shinees Van Bisen, princesa de Costa Mein, sí, esa soy yo. Tres generaciones han pasado. Tres generaciones en donde el pueblo espera ya sea pacientemente o con desesperación que sus reyes les ayuden a cambiar su situación. Y para desgrac...