El Corazón de Una Princesa (Libro 1) COMPLETA

Capítulo 52:

¡ADVERTENCIA! Las siguientes escenas serán peligrosas para la lectora o lector, asegúrese de tener un aperitivo, una manta, música adecuada y tratar de no morir en el intento. ¡Disfrútalo!

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Shinees POV:

—Esto significa que, ¿tengo la absolución de mi condena? —preguntó esperanzado en cuanto me separé del abrazo.

Sonreí con timidez— Esto significa, que te otorgo una nueva oportunidad —acaricié sus hombros.

Él me volvió a abrazar y me levantó para dar giros conmigo en sus brazos, me hizo reír y luego de unos cuantos giros, me bajó.

—No sabes lo dichoso que soy en estos momentos, mi preciosa Princesa —se acercó y me besó con ternura y devoción, lo había extrañado tanto.

Le seguí el beso y sin querer arruinar este lindo momento, me separé y le di mi mejor sonrisa.

—Te amo —confesé como lo hice tiempo atrás, a pesar de nuestras peleas, mi amor por él no había cambiado, solamente lo había echado mucho de menos y se había acrecentado.

—Mi amor por ti, sigue intacto —admitió él y volví a besarlo.

—Ahora solo debo esperar a cumplir mi propia sentencia —suspiré bajando mis manos de sus hombros a su pecho y distrayéndome con la tela de la camisa del personal.

—No falta mucho para nuestra boda, mi cielo, solo recuerda eso y sé que el tiempo llegará pronto —dijo mientras jugaba con un mechón de mi cabello, su agarre en mi cintura no había menguado, por lo que estábamos muy cerca uno del otro.

—Eso espero —sonreí traviesa— He de decir que no te ves nada mal con la ropa del personal, me gusta cómo te ves —él frunció el ceño, seguro estaba en desacuerdo.

—¿En serio te gusta cómo se me miran estos andrajosos pedazos de tela? —se miró a sí mismo, ahora sí soltándome— Porque a mí me parecen espantosos y esta tela me da asco y comezón.

Lo miré con desaprobación— Amor, no seas tan cruel, además, es solo ropa —me crucé de brazos— Es todo lo que mis padres se dignaron a darles.

—Pues qué pésima elección —dijo molesto, negué con la cabeza.

Me acerqué a él y tomé su mano.

—No te preocupes, pienso cambiar eso en mi reinado, y ya pronto te irás y podrás cambiarte, aún no puedo creer que hicieras esto por venir a verme —lo miré enternecida.

Se encogió de hombros mientras me regalaba una preciosa sonrisa— Todo por mi amada, tenía que venir y arreglar todo contigo —acarició mi mejilla y luego la besó con delicadeza.

Yo me sentía volando por el cielo mientras acariciaba las nubes, otra vez, él nos sirvió una copa con el vino que Lili había dejado para mí y brindamos por nuestro amor.

Como siempre dicen, después de la tormenta, viene la calma.

—Y lo quise así para que te dieras cuenta de que realmente soy tu sirviente —no lo podía creer, se arrodillo frente a mí— Haré todo lo que mi amada quiera, desee y anhele —me reí encantada.

—No tienes porqué, no quiero un sirviente, quiero un amigo, un compañero, un amor, un apoyo... —pensé en qué más— Un refugio, un confidente —tomé su cuello y me agaché para besar con suavidad sus labios— Solo quiero alguien incondicional a mi lado.