Capítulo 49:

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Shinees POV:

Horas antes...

El silencio era abrasador, mis padres no decían nada y estaban estáticos, Lili parecía que quería salir corriendo de aquí, pero conociéndola, no lo haría, solamente se iría si mis padres así se lo ordenaban, de lo contrario, de ser por ella, no me deja sola.

Sin embargo, yo quedé pasmada cuando mi padre levantó su mano contra mí, solo tragué fuerte y me contraje cerrando los ojos esperando recibir su golpe, pero este nunca llegó.

Escuché su acelerada respiración, abrí uno de mis ojos lentamente y vi que él estaba inmóvil frente a mí, su gesto era de furia pura.

Luego soltó un gruñido que fue seguido al instante por un grito de frustración, cerró su mano en un puño y se alejó de mí comenzando a caminar por mi habitación como si fuera una bestia salvaje enjaulada.

—Lili —llamó mi madre a mi dama— Déjanos a solas, vete —rodé los ojos ante su indecorosa forma de darle órdenes a mi dama de compañía.

Mi amiga asintió y luego nos reverenció, me miró con mucha preocupación, le sonreí levemente con tranquilidad para que se fuera. Ella negó con su cabeza y sus ojos se cristalizaron mientras abrió la puerta y salió.

—¿Ahora sí vas a golpearme a placer sin la presencia de mi doncella? —lo reté con una mirada desafiante.

—Eres una insolente —siseó mi madre— Nosotros estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para dejar en tu poder un reino que esté a tus pies, un reino firme que tengas bajo tu dominio e influencia y puedas mandar con puño de acero como tu padre.

—Claro, claro, como mi padre —ironicé— ¿Y qué sucede si yo no quiero reinar como mi padre?

—No es si quieres o no, hija, nuestra estirpe siempre ha sido la cabeza por décadas y generaciones, nuestra familia siempre ha reinado con honor, orgullo y poder —habló mi padre— Y tú no puedes subir al trono a pronunciarte con ignorancia, a sepultar con ridiculeces lo que tu abuelo y bisabuelo con esfuerzo forjaron.

Solté una risa sarcástica ante sus palabras— Padre, yo te amo —él me miró con el ceño fruncido— Pero lo que dices me da repugnancia.

—¡Shinees Kassaia, eres una indigna! —exclamó mamá con reproche.

—No puedes apoyarlo, madre, lo que dice es incongruente —repliqué molesta— Y lo indigno es la forma en que ustedes rigen Costa Mein.

Mamá negó con la cabeza y la desaprobación brillaba en toda ella, algo que ya no era nada nuevo para mí.

—¿Es por eso por lo que haces esto? —interrogó exponiendo la evidencia frente a mí, el pergamino con información sobre la choza de ayuda.

Lo miré a los ojos, sin miedo, ya lo sabían, era vano que lo negara.

—Sí, es por eso —ellos soltaron quejidos de frustración ante mi afirmación— Porque ellos merecen una ayuda constante de la corona, si no se les ayuda ellos tampoco pueden ofrecerle nada a la corona, no entiendo cómo piensan ustedes que pidiéndoles más ellos fructificarán más cuando ni para ellos tienen —resoplé— Y si creen que es solo por llevarles la contraria, se equivocan —crucé mis brazos— No soy así de inmadura y caprichosa.

—No importa nada de eso, has estado actuando a nuestras espaldas —señaló mi madre, no me atreví a verla los ojos, porque no era mentira— Eres demasiado joven, ingenua e ignorante —abrí mi boca indignada y ahora sí volteé a verla— Dejas que esa gente se aproveche de ti, no te quieren ni te necesitan para nada más que alcanzar favores —rodó los ojos y llevó sus manos a su cabeza comenzando a caminar a la puerta que da a mi balcón.

El Corazón de Una Princesa (Libro 1) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora