El Corazón de Una Princesa (Libro 1) COMPLETA

Capítulo 38:

1/? Mini maratón

Drew POV:

Todavía sentía el ardor en mi mejilla y sentía que latía justo como mi corazón, pero mi corazón latía frenéticamente por todo lo que había sucedido, pero el punto que sentía que me podía llevar al colapso fue en el momento que ella abrió sus labios diciendo "Ni se te ocurra buscarme".

Shinees salió corriendo del balcón dejándonos a su inútil guardaespaldas y a mí en el mismo lugar.

Aun no entiendo cómo pudo golpearme, pero lo que no puedo entender para nada era cómo fui capaz de decir semejantes estupideces, mi enojo se había convertido en ira cuando la escuché defender al soldadito este.

Ahora todo estaba en peligro por mi culpa, todo podría comenzar a tambalearse si no me disculpaba con ella como debía por mi idiotez.

—Bien hecho, Melborne — escuché al soldado de pacotilla — Al parecer estás acabando con tu propia boda sin que yo haga algo para impedirlo — se mofó mientras se cruzaba de brazos y una sonrisa burlona aparecía en su rostro — Me estás facilitando las cosas sin yo mover un solo mísero dedo y mira que pensaba intervenir a como diera lugar.

—Te arrancaré esa sonrisita de idiota a puros golpes — siseé furioso — Y te romperé más de un solo mísero dedo.

—Atrévete — desafió extendiendo sus brazos — Vamos, hazlo — sonrió más — Estarás haciéndome un gran favor.

—¿En serio estás provocándome? Porque puedo aprovechar la oportunidad — tensé mi cuerpo e hice puños mis manos.

—Claro, y lograré que mi Princesa te odie por el resto de su vida — me miró con satisfacción.

Y recordé que Shinees no quería que peleara con este infeliz, crearía mayores problemas entre nosotros en lugar de arreglarlos.

Suspiré tratando de calmarme — Vamos Melborne, no quiero perder esta maravillosa oportunidad de romper ese vínculo — entrecerré mis ojos.

—¿Por qué querrías romperlo si dices que no quieres a Shinees como más que una hermana?

—Por lo mismo, porque la quiero como una hermana, crecí con ella y no quiero que se tenga que casar con alguien que no le llega ni a los talones — espetó escupiendo todo con rabia — No eres digno de ella, no tienes lo necesario para hacerla feliz y cuidar de ella como se lo merece.

—¿Y quién si tiene todo eso, entonces? — pregunté harto de esto.

—Pues hay muchos más caballeros, que estoy seguro, no se atreverían nunca a serle infiel luego de haberla pedido en matrimonio — murmuró con odio.

—Que eso no sucedió después que ella y yo comenzamos a entendernos.

—¡No importa! — exclamó causándome ganas de golpearlo hasta cansarme — Tenías que respetar su compromiso, tuvieran algo real o no.

—No entiendo cómo tú puedes decir eso, cuando sabes perfectamente bien que nosotros tenemos la libertad de hacer lo que queramos incluso dentro del matrimonio, si ella no me satisface, yo tengo el derecho de buscar mi satisfacción — el soldadito tensó la mandíbula y apretó sus manos con fuerza.

—Pero tengo que recordarte que ella no es cualquiera — se acercó a mí con amenaza, yo seguía con mi tensa postura, no me intimidaba en lo absoluto — Es la futura Reina de Costa Mein, y tú solo serás el Rey consorte, lo que no te da derecho y tampoco es ninguna excusa para serle desleal de ninguna manera a la legítima Reina, ella será la que mande en todo, incluso en su matrimonio — sonrió con amargura — ¿Y así se supone que dices amarla?