El Corazón de Una Princesa (Libro 1) COMPLETA

Capítulo 26:

Drew POV:

Shinees comenzó a reír con fuerza causándome desconcierto.

- ¿De qué te ríes? – para mí esto era serio, no tenía gracia.

-Es que no puedo creerlo – siguió riendo – Cariño, él y yo crecimos juntos, pero no significa que él me vea de esa forma.

- ¿Cómo estás tan segura?

Para mí era obvio, que ella no se diera cuenta era otra cosa.

-Drew cielo – me miró a los ojos lo que causó en mi la aceleración de mi corazón, sus ojos eran tan bellos y expresivos, a veces sentía que ella me estaba dejando verla a través de su máscara real – Te confundes – contrarió – Incluso te diré un secreto – siguió caminando y tuve que seguirla de inmediato.

-A ver, dime.

-Benjamín está interesado en otra dama – soltó.

Levanté una ceja – ¿Hablas en serio? – dudaba de ello.

-Es más, prometido mío, te lo prometo – aseguró con una suave y aterciopelada voz que me sacó un ligero suspiro en el momento.

-Amo escucharte decirme así – admití encantado.

- ¿Cómo?

-Prometido mío – sonreí.

Un segundo después sentí su mano tomando la mía con delicadeza y entrelazando nuestros dedos.

-Es porque lo eres, ¿o ya te arrepentiste?

-Por supuesto que no – apreté su mano – Si no fuera así no me gustaría que me dijeras así.

Sonrió con dulzura para luego acercarse más y rodear mi brazo con su brazo libre, luego colocó su mejilla en mi hombro recostando ligeramente su mejilla en el mismo.

-Pues no te arrepientas nunca – murmuró audiblemente.

-Jamás, princesa mía.

Seguimos caminando hasta el jardín trasero del palacio.

Sabía que debía mantener mis ojos y oídos muy bien abiertos ante cualquier movimiento de ese soldado de pacotilla, por mi vida que jamás me la quitaría, sabía que había algo en él nada bueno, algo que no me agradaba en lo absoluto.

(...)

Shinees POV:

Caminar al lado de Drew era tan relajante, hermoso y tranquilo.

El día estaba hermoso y perfecto para estas caminatas en los jardines reales.

-Oye – llamé su atención luego de sentarnos en una banca cerca a la fuente y habernos quedado por unos dos minutos disfrutando de la tranquilidad, el sol, la compañía y el sonido del agua corriendo.

-Dime preciosa – sonreí sonrojada.

-Mamá me ha dicho que debemos ver ciertas cosas de los preparativos.

-Oh sí, la encontré antes de llegar a tus aposentos y me encantaría acompañarte a ver lo que falte.

-Te agradezco que quieras hacerlo, será menos aburrido si estás cerca – me recargué en su hombro, él alzó su mano y acarició mi mejilla con suavidad.

-Si debo salvar a mi bella Princesa como el caballero de brillante armadura, me uno a la guerra – reímos.

-Siempre ocurrente – negué con mi cabeza.

-Pero me has aceptado así ¿o me equivoco su Alteza?

-Claro que sí te he aceptado así.

Nos quedamos varios segundos viéndonos a los ojos, era tan feliz y sabía que podía serlo mucho más cuando al fin fuéramos marido y mujer.