Capítulo 40:

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3/3 Mini-maratón


Shinees POV:

Pasamos las gigantescas puertas dobles de la plaza siendo escoltadas

Llegamos a la fortaleza del ejército costa meinita junto a Omar quien evitó que cometiera una locura que nos metería en serios problemas a ambas.

—Tus padres ya están en el balcón real esperándote seguramente, mi pequeña Shinees — señaló Omar haciendo que girara mi vista hasta el balcón de la plaza que está reservado solo para la familia real.

Suspiró con resignación, solo Dios sabe que no quería venir a esta masacre.

—Hubieras dejado que huyera — murmuré hacia Omar de quien escuché hizo un sonido extraño en su garganta, casi como un carraspeo, pero supe que lo que trataba de hacer era evitar una carcajada.

—Si te he hecho venir aquí es porque te quiero mi pequeña Shinees — volteé a verlo — Quiero evitarte problemas con su Majestad — le sonreí levemente, Omar siempre tan cariñoso y protector conmigo, que me hubiera visto crecer hizo que él me viera como una hija para él, claro, era algo que solo él, Lili y yo sabíamos, mi padre o gente que no fuera de confianza no podían saber nada o estaría en problemas, para mis padres todos los miembros del personal del palacio, o los sirvientes como les dicen, me tratan por lo que soy, la Princesa de Costa Mein.

Al único que han dejado que me trate solo como Shinees y no la gran Princesa ha sido Benjamín, ya que él creció junto conmigo, ya que sus padres han sido fieles a ellos también y el hecho de que él hallara favor delante de sus ojos por todo lo que ha hecho como soldado del ejército, el respeto que él les tiene, la fidelidad y su cariño y compromiso para cuidarme y seguir siendo ese amigo para mí ha hecho que ellos lo acepten sin reproche alguno.

Tenía serios problemas para entender a mis padres.

Luego de reverenciarme Omar hizo su camino hacia el lugar de los miembros del personal que tenían permitido presenciar la ejecución y que también estaban aquí para servirnos en cualquier cosa que necesitáramos.

—Lili — tomé su brazo atrayéndola a mí — No quiero caer desmayada.

—No será así — susurró ella comenzando a caminar sin soltar mi brazo, más bien me tomó con más fuerza — Respira profundo y trata de relajarte.

—Siento que mis piernas pueden ceder en algún momento, siento mi garganta apretada — susurré de vuelta.

—No — volvió a negar mi amiga — Deja de pensar en cosas así, todo estará bien, estarás bien, además, recuerda que esta vez no se está castigando a alguien inocente como la última vez que presenciaste la masacre en la plaza, este es un caso diferente — hablo rápido haciéndome pensar en que tenía toda la razón, ese hombre no era inocente, era cruel y sin compasión.

La mujer y su bebé merecían justicia, aunque no los trajera de vuelta, su sangre merecía justicia.

Este caso ha sido de los peores que he visto en Costa Mein, casi nunca pasan cosas como estas y si hay otros casos son de menor gravedad, pero mi padre los trata como que fueran a acabar con Costa Mein, es por eso que los costa meinitas evitan cometer faltas a la ley de nuestro reino de no ser sumamente necesario para ellos, para evitar la masacre y tortura que mi padre impone.

Sin darme cuenta estábamos ya en la puerta que daba acceso al balcón real — La dejo acá mi Princesa — me reverenció Lili soltándome, había muchos soldados y miembros del personal que debían ver la formalidad entre mi dama y yo.

El Corazón de Una Princesa (Libro 1) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora