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Eldia es un país de gran tamaño y de extraña estructura, su territorio se divide en tres estados principales. El estado más externo es María, el cual rodea por completo al segundo estado, es la división más grande pero también la de más bajos recursos, es la zona donde más trabajo hay ya que soy los encargados de proveer todo tipo de mercancía a los otros dos estados.

El estado Rose es más pequeño y ahí es donde vive la sociedad media, los trabajos son mejor pagados y las jornadas laborales son menos exhaustas en comparación al tercer estado. Reciben la mercancía de María, se quedan con una tercera parte y el resto es mandando al primer estado.

El estado Sina está rodeado por el estado Rose, es el territorio más pequeño pero donde mejor se vive. La clase alta es la que domina la zona, siendo conformada por la familia real y las ocho familias nobles superiores. Por ser el primer estado se queda con las mejores mercancías, entre ellas los animales en mejores condiciones ya que de estos obtienen la carne.

Cada estado tiene cuatro pequeños sub-estados que conectan en cada punto cardinal, en el caso de Sina, estos subestados están bajo el control de dos familias nobles cada uno, mientras que el estado principal es controlado por el rey.

— Señorita Vinna... Esto no es buena idea —dijo tímidamente la joven pelinegra mientras camina tras su "ama".

— Solo es un paseo, Mina —dice sonriendo y restándole importancia— Tomaré la responsabilidad de todo, relájate.

— El problema no es el paseo y usted lo sabe —responde preocupada aun detrás de ella— Debería estar en la mansión, pronto lle-

Mina chocó contra la espalda de su ama, inmediatamente se disculpó pero no hubo respuesta. Confundida, se colocó a un lado de la pelirroja.

— ¿Y ese alboroto? —murmuró.

A unos metros frente a ella, en medio de la calle, tres soldados tratan de lidiar con un solo joven. Hay varias cosas tiradas en el suelo y gente murmurando en los alrededores mientras observan la pelea.

— ¡Maldita sea, quédate quieto! —gritó uno de los guardias al tratar de inmovilizar las manos del joven tras la espalda.

— ¿Se puede saber qué ha pasado?

— No sea metiche y váyase —contestó entre dientes aquel joven incontrolable mientras un poco de sangre resbala de su labio herido por un puñetazo.

Los tres soldados fruncieron el ceño con cierto horror, fue como si aquello les diera la fuerza que necesitaban y finalmente pudieron someterlo, de rodillas con la frente tocando el piso.

— Quiero una explicación, ya —exigió la joven.

— Es del sub-estado Shiganshina—responde uno de los soldados—, está tratando de colarse al sub-estado Stohess.

— ¡Ya les dije cien veces que me citaron en Stohess por temas de trabajo!

— ¿Qué trabajo?

— A usted que le importa... ¡agh!

— Oye, imbécil, cállate —dijo el soldado presionando la cabeza del joven contra el suelo—. Ten más respeto.

La mujer le hizo señas a un soldado para que la siguiera, alejándose unos metros de los otros.

— ¿Qué nombre dió el joven?

— Uh... Eren Jaeger.

Vinna le dijo algo al soldado y se retiró del lugar. El soldado regresó con sus compañeros y dio la orden de liberación.

— ¿Y ahora que idiotas? —cuestionó molesto el castaño.

— Solo sigue tu camino, imbécil.

Girar en el vacío : Eren JaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora