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Despertar, asearse, desayunar cualquier cosa e irse a la mansión Frik. Golpear el cincel y perfeccionar la figura, comer con Thomas, a veces incluso con Mina, seguir golpeando el cincel, irse por la tarde a Rose, ya sea a descansar a su habitación o ir al bar de Hannes a pasar el rato. Esa fue su rutina en la última semana y Vinna no formó parte de ello.

¿La razón?

Estaba ocupada con cosas que solo ocupan a los nobles. Al parecer se acerca un evento importante y se encuentran en medio de los preparativos. Eren no tenía idea de qué trataba todo aquel embrollo, pero sabía que posiblemente la señorita Vinna estaba bajo mucho estrés. Y lo confirmó durante el ocaso, el momento en el que él siempre abandona la mansión de los Frik y regresa a Rose.

— ¡Vinna! —gritó la madre de la joven. Eren pudo escucharla mientras iba por su caballo al establo— ¿Qué crees que haces? ¡Regresa ahora mismo!

Jaeger montó su caballo y lentamente se fue acercando al sendero de piedra que lo llevaría a la salida, fue en ese momento cuando pudo ver a Vinna caminando enfurecida por el sendero y su madre parada a la mitad de las escaleras de la entrada.

— ¡Estoy harta de toda esa mierda! ¡Llevamos días enteros! —grita mientras camina dando la espalda a su madre quien le mira y escucha indignada— ¡Merezco un maldito descanso! —llegó a la reja y la abrió, percatándose de sus sirvientes acercándose— No me sigan, es una orden.

Ambos jóvenes se detuvieron en seco y observaron a su ama salir y caminar por la tierra húmeda en medio del frío viento.

— ¿Qué sucedió? —cuestionó Eren tras cabalgar hasta los dos sirvientes. Ambos alzaron su mirada y le observaron.

— La señorita Vinna se fastidia fácil, es increíble que haya aguantado una semana —comentó Thomas.

— ¿Aguantado qué? —cuestionó el castaño.

— El cumpleaños de la señorita es dentro de poco —explica Mina—, es tradición hacer una gran celebración. Las ocho familias nobles vienen a la mansión, además de que la familia real también asiste. Se hacen muchos preparativos y la señorita Vinna y su madre discuten mucho pues sus gustos son muy diferentes. Sin mencionar que a la señorita no le gustan estos eventos, no disfruta ni se su organización ni del evento en sí.

— Debería ir tras ella —dijo Thomas a punto de cruzar la reja.

— ¿Te molesta si voy yo? —interfirió Eren.

Thomas le miró por un momento, como tratando de leer las intenciones tras aquellas palabras.

— Tráela de vuelta cuando se calme —respondió el rubio.

— Más te vale cuidarla —advirtió seriamente Mina.

— Le esperaremos al inició del bosque, deberemos fingir que hemos salido a buscarla —explica el rubio—, es común que esto pase así que... Tomate tu tiempo para que se calme.

— Te doy mi palabra, la cuidaré —aseguró antes de cabalgar tras la pelirroja.

Los dos sirvientes comenzaron a caminar tras cerrar la reja, dirigiéndose al inicio del bosque.

— ¿Por qué dejaste que fuera él? —cuestionó Mina.

— ... ¿En serio no lo has notado? —cuestionó mirándola de reojo.

— ¿Qué cosa?

— La señorita Vinna... parece interesada en él —Mina le observa expectante—. No ha podido verlo en estos días, pero no hay noche en que ella no pregunte por él, sobre como esta y como va el trabajo. Incluso me pregunta sobre lo que hablamos cuando comemos con él. Y el joven Jaeger hace lo mismo, todos los días pregunta por ella y siempre trata de hacerme hablar sobre cómo es ella y que cosas le gustan.

Girar en el vacío : Eren JaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora