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Cómo cada año, el invierno no llegaba solo. Con sus vientos helados y grandes nevadas, el invierno traía consigo las flores cristalinas y las festividades tradicionales antes del fin de año. Las flores cristalinas resultan bastante peculiares y al mismo tiempo muy hermosas, sus pétalos color malva parecen cristalinos pero son muy suaves al tacto; crecen en el bosque, alrededor de los árboles, y conforme se marchitan se van decolorando hasta ser blancas como la nieve y su tallo verde se seca hasta parecer una rama.

Por otro lado, la festividad más importante del pueblo de Ymir ocurre durante el último mes del año, donde realizan una fiesta en honor a la diosa que los creó desde el polvo de las estrellas y les concedió el derecho y la libertad de vivir. Estas tradiciones sólo se festejan en las fueras del estado María, pues el resto del país adoptó otro tipo de creencias y las tradiciones más antiguas se quedaron en los bordes de Eldia.

Para Vinna, que jamás había salido más allá de Rose, aquellas flores y festividades le eran totalmente desconocidas, pero la llenaban de curiosidad.

Ahora se encuentran dentro de la iglesia, pues están ayudando con los preparativos. Hace un par de días que Eren le consiguió a Vinna ropa cómoda y de su talla, pues la ropa de él le venía grande y Vinna no quería usar aquellos vestidos tan llamativos. Le tomó el gusto a los pantalones y la ropa holgada, asegurando que era lo más cómodo que había usado en su vida. Ella podía verse realmente como una mujer completamente diferente con solo cambiarse de ropa, sin los vestidos, Vinna no parecía Vinna Frik, y eso le dio la libertad de moverse más cómoda en el pueblo de Shiganshina.

— ¿Por qué jamás había visto estas flores? —cuestionó la pelirroja, sentada en el piso sobre una tela, con sus piernas cruzadas mientras hace una corona de flores cristalinas.

Varias personas dentro de la iglesia hacen lo mismo, entre ellas Mina y Thomas.

— Creó que solo crecen al exterior de las murallas —respondió Eren sentado a su lado—. Dicen que son cristalinas porque fueron hechas con las lágrimas de Ymir antes de perder su humanidad.

— ... Tus creencias son diferentes a las de allá adentro —musitó confundida y pensativa—, a mí me enseñaron que Ymir fue un demonio sometido por el primer rey.

— Ymir no era un demonio, era una niña que entró en contacto con el origen de la vida y obtuvo un poder inhumano. Se convirtió en una diosa. Por lo menos eso es lo que creemos, somos paganos, supongo.

— ¿Y qué hacen los paganos hoy? —cuestionó mirándolo por un momento.

— Hay una actuación que cuenta la historia de Ymir, después hay una ceremonia y al final hay una danza. Para eso son las coronas de flores. Las mujeres las usan, mientras que los hombres usan la corona de ramas. Es el simbolismo de la reina Ymir, que sigue viva en espíritu, y su malvado esposo fallecido.

— ¿Eres un esposo malvado? —cuestionó con cierta burla. Eren la miró y sonrió negando con la cabeza.

— Se supone que portemos la corona siendo diferentes a él. Los hombres malvados no deberían usarlas.

— Hm... Me gustan sus costumbres —dijo mirando la corona entre sus manos. Eren sonrió divertido.

— Ni siquiera hemos comenzado aún.

— Pero se escucha mucho más interesante que lo... ah, ya no hay flores.

Eren observó la canasta vacía y fue a ver si había alguna otra canasta disponible, dándose cuenta que en general se habían quedado sin flores. Cuestionó a una de las sacerdotisas, quien le dijo que aún faltaban coronas por hacer.

— Se terminó todo —le dijo a la pelirroja al regresar con ella y pararse a su lado—, ¿quieres acompañarme a ir por más?

— Claro —dijo alzando la mirada con una sutil sonrisa en sus labios.

Girar en el vacío : Eren JaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora