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Nota: Cuando vean esto [...] empieza el intento de un relato "erótico" xD.

Encadenada a un lugar, cargando con el dolor de los demás, con el peso de una responsabilidad que se le impuso, adueñándose y sintiéndose nacida para ello, destinada a no tener una vida propia. Se sintió responsable del futuro, del pasado, del presente. Se sintió responsable de las próximas generaciones y del desarrollo de un país entero, se planteó que su deber es cambiar lo que esta mal, enderezar aquello que esta torcido, arrancar la esclavitud desde la raíz, destrozar cientos de años de tradición, quemar una dictadura y cultivar democracia.

Conocía perfectamente el sentimiento de impotencia, sentir que tu vida no te pertenece y que has nacido en este mundo sin el derecho a vivir, solo a existir, siguiendo órdenes y reglas, guiada por tradiciones e injusticias. Siempre quiso renunciar a ese estilo de vida, pero la cadena que el apellido Frik representa no es fácil de romper. Escapar no era una opción, sus decisiones influencian la vida de otras personas, no podía cargar con el peso de haber arruinado la vida de otros solo por un deseo personal.

Sin embargo, lo pensó por muchos días, en la soledad de una casa de cristal, observándose a sí misma en mármol, escuchando una triste melodía que salía de sus dedos en contacto con el piano. Quizás no podía quitarse la cadena Frik, pero podría olvidar por unos días ese apellido maldito, por lo menos antes de desecharlo y condenarse al apellido Fritz.

Para Eren fue un regalo escuchar aquellas palabras, "Olvídate que soy una Frik".



[...]



Él ni siquiera dijo palabra alguna. La observó a los ojos, haciendo notar su incertidumbre reflejada en sus iris esmeraldas, así como la necesidad que tenía de ella. Fueron segundos de silencio y duda entre la tenue oscuridad de la habitación, entre sus latidos acelerados y sentimientos encontrados; se acercó a ella y le dió un beso en los labios, una pequeña acción que no llevo mucho tiempo, pero que fue hecha con tal ternura que Vinna sintió claramente la esencia de las palabras: me has hecho falta.

La rodeó con sus brazos, escondiendo su rostro contra el pálido cuello de Vinna, quien sintió un leve cosquilleo por la respiración del castaño contra su piel, escuchando sus propios latidos haciendo eco en su interior.

— Quiero ver tu habitación —pidió con cierta vergüenza, pero segura de sus palabras.

Eren se quedó quieto, un poco sorprendido de sus palabras. Se separó de ella y la miró.

— No es la gran cosa.

— No importa.

La miró en silencio por unos segundos y la tomó de la mano, guiándola hacia las escaleras, a pasos lentos y nerviosos. Sabía que ella no le juzgaría por nada, pero de todas maneras no podía evitar sentir algo de vergüenza sabiendo el tipo de lugar donde ella ha crecido. Caminaron por el pequeño pasillo hasta llegar frente a una puerta. A diferencia de su cuarto de trabajo, su habitación es bastante ordenada, aunque la razón sea que casi no pasa tiempo allí.

— Es aburrida, lo sé —comentó mientras Vinna caminaba lentamente por la habitación, observando las cosas que se encuentran a la vista.

La habitación de Eren era realmente sencilla, solo había una pequeña cama, un mueble con muchos cajones, algunos cuadros colgados, y un escritorio junto a la gran ventana.

Girar en el vacío : Eren JaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora