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Por favor, también lean la nota que deje al final♡.

Quería recordarlo tal como lo había conocido, recordar aquel cabello castaño, a veces mal recogido, otras veces cayendo casi por sus hombros. Recordar aquel atractivo rostro, aquellos ojos esmeraldas que le atrajeron a él, su intensa mirada sobre ella, la delicadeza de su tacto sobre la piel blanquecina, la vehemencia de sus besos, la calidez de sus abrazos, la perversidad de su lengua y lo travieso de sus manos. Recordar su voz llamándola por su nombre, su risa tonta y sonrisa encantadora.

Pero no podía recordar nada de eso.

Lo recordaba frío, silencioso, con los ojos cerrados y la piel pálida. Lo recordaba inerte sobre la cama de flores cristalinas ya marchitas, con la corona de ramas sobre su cabeza. Ese es el último recuerdo de él, antes de ser reducido a cenizas.

No podía recordar su rostro con vida, no podía recordar su voz, ni su tacto, mucho menos sus besos o su calidez.

Tampoco podía llorar su muerte. Sentía que quería deshacerse en lágrimas pero no podía hacerlo, un fuerte sentimiento estrujaba su corazón, lo presionaba tanto que dolía, quería gritar y llorar, quería sufrir en voz alta, pero las lágrimas no salían, su voz no salía, ni siquiera un golpe de ira podía dar.

Se quedó sentada en la cama, mirando hacia la ventana a su lado, con su cabello ondulado hecho un desastre, con la piel casi pegada a sus huesos, sus labios pálidos y mirada vacía. Observó el hermoso paisaje, el horizonte decorado con la primavera, el entorno tan lleno de vida que había afuera de aquella casa.

Se escucharon pasos aproximarse. Alguien tocó la puerta, y ésta rechinó un poco al ser abierta. Vinna ni siquiera lo notó, seguía sentada con la espalda contra la almohada recargada en la pared, mirando hacia la ventana con sus manos sobre su regazo y una manta cubriendo la parte inferior de su cuerpo.

Carla no saludó al entrar, antes lo hacía, pero jamás hubo respuesta. No ha escuchado hablar a Vinna desde que Zeke la trajo de nuevo a Shingansina luego de que la sometieran a un aborto involuntario. Como era de esperarse, se había embarazado de Eren y esa era la única razón que la mantenía con vida, era lo único por lo que estaba luchando por seguir adelante, era su razón de vivir.

Pero su padre le había arrebatado todo, mató a Camelia casi frente a sus ojos, manipuló al padre de su prometido para que asesinará a su amante, y por si fuera poco, le arrebató el fruto en su vientre, porque "no cometerían los mismos errores", pero al final todo se vino abajo.

Zeke huyó y se llevó a Vinna con él, pero ella no se veía nada bien, parecía siempre divagante. No sabía a dónde más ir, así que la llevó con Carla con la esperanza de que ella supiera que hacer, pero han sido seis meses de inútiles intentos.

Durante ese tiempo, Zeke vendió la información sobre los nobles, sobre los abusos, las familias de mentiras, el adulterio, la venta de sirvientas, y todo lo que les perjudica. La familia Frik cayó junto con la Fritz, algunas otras también cayeron como efecto dominó, y el resultado fue inesperado. Solo hubo dos matrimonios que quedaron de pie: Azumabito y Reiss, ambos apellidos pertenecientes a las respectivas esposas. Ahora mismo el país estaba pasando por muchos cambios, a pasos inestables y problemáticos, Eldia tardaría un tiempo en volver a la normalidad.

Carla dejó las sábanas limpias sobre la silla de madera para quitar las otras y cambiarlas.

— Lamento las molestias —escuchó de pronto, dirigiendo rápidamente su mirada a Vinna, encontrándose aquellos ojos carentes de emociones.

— ... Eren habría querido esto, así que... no lo lamentes. No es ninguna molestia—dijo con sinceridad, pero ciertamente algo le inquietaba—. Tu voz... ¿Está bien?

Girar en el vacío : Eren JaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora