Si tanto Me Odias [Kuroken]

capitulo 33:"Evento"

Era normal compartir una publicación graciosa a alguien solo porque le recordó a el, en especial si ahora se habían vuelto amigos, y así fue como Kenma le compartió cierto "meme" y de ahí comenzaron a hablar por redes sociales, se sentía agradable tener un amigo, en especial a el como amigo.

—¿Para que llamas?—Atendió a su móvil mientras se preparaba para aquel aburrido evento el cual estuvo esperando toda la semana.

—Ni el visto me clavas cuando te hablo por mensaje, así que decidí llamar.—Rodó los ojos acomodándose la corbata frente al espejo.—¿ya estas listo? Yo voy encamino.—

—no, aun no termino de cambiarme.—

—¿no crees que es un poco tarde ya? Apúrate. El dueño específico que te quería allí si o si, le gustaste me parece.—

—con mis encantos como no, y llegare cuando tenga que llegar.—arrojó el celular a un lado y termino de cambiarse, no iba a ir tan lujoso con sus mejores prendas a un evento como este, pero claro verse bien en Kenma de por si era algo común. Hasta con un simple traje negro con una cadenita que decoraba ciertas partes se veía como si fuera unico, hasta el collar dorado que le protegia le quedaba totalmente bien.

No tardo mucho en llegar, o al menos eso fue por que no había mucho tránsito en las calles, no se molestó en saludar a mucha gente, solamente se poso con una copa de vino en el perfecto ángulo donde ver esa obra de arte, la luz que brindaba el lugar por la noche le podía dar otras vibras y perspectivas, tan hermosa. Y claro, esa hermosa pieza la arreglo el. Pensó orgulloso.

—dijeron que estaba completamente destruida. Hiciste un muy buen trabajo.—la voz del pelinegro se presentó a su lado.—por un momento jure que no vendrías.—Kenma le miró porfin con una sonrisa tranquila, se encontraba completamente cómodo con el ambiente.

—Solamente arregle lo que destruyeron, el que hizo un muy buen trabajo fue el autor de esta obra.—tomó un pequeño trago de su copa y se decidió a caminar hacia otro sitio del lugar con el pelinegro.—Como dicen mejor tarde que nunca. ¿No trajiste ningún acompañante?—

—No, mi acompañante se quedo rindiendo exámenes. ¿Tu?—

—nadie es digno de acompañarme a uno de estos eventos. Además soy más interesante si vengo solo, ¿no es cierto?—Bueno esta vez volvió a mentir, nunca se animaba a decirle a alguien que venga con el, se cagaba del miedo a la hora de volver solo a casa luego de ello o en medio de una fiesta, sin nadie que este al tanto que desapareció.—Es aburrido este tipo de fiestas.—

—Es por que no es una fiesta en si, es un evento elegante con fines de negocios disfrazada de algo como para pasar el rato.—

—por eso aburrido. Ni siquiera la comida es buena.—dijo metiéndose dos bocadillos en la boca que tomo de una de las bandejas de una mesa.—Osea... digo, tiene buen sabor, obviamente porque es comida de calidad, pero ni con treinta de estos lograría llenarme.—se dirigió un par más a la boca, apenas había almorzado y había olvidado que en este tipo de eventos no había una buena comida que le llene.—no veo la hora de llegar a casa y prepararme un ramen con pollo.—

—Podria acompañarte, suena delicioso.—Le guiño el ojo y el Omega rodeó los ojos.

—Callate y llama a alguno de los meseros, por ser Omega nisiquiera me dirigen la mirada.—Kuroo asintió y levanto la mano a uno de los empleados de allí y el cual se acercó en un instante con la bandeja en sus manos y una distinta comida.

—Por fin.—Se acerco para tomar un par, pero torpemente el mesero fue empujado ligeramente y dejo caer la comida sobre el Omega.

—¡losiento señor, enseguida me ocupare!—hizo una reverencia nervioso por su empleo, y Kenma solo hizo una mueca de pereza pero no parecía enojado.

—No te preocupes, yo me ocupo de el, tu limpia los restos y sigue con tu trabajo.—Trató de tranquilizar al beta y Kuroo rodeó al Omega con el brazo sosteniéndolo de los hombros y se lo llevó hacia los baños.—Vaya suerte.—

—Espero que sepas quitar manchas, ya que inpediste que el mesero me ayudase.—Se apoyó en el lavado mirándolo ciertamente divertido, algo que le extrañaba debido a que normalmente se lo tomaria para mal.—Y es increíble como la mala suerte viene a mi cuando estoy contigo.—kuroo se acerco hasta el y nego con una sonrisa tomándole por debajo de los brazos y subiéndolo en los lava manos.—¿que haces imbécil?—

—Eres demasiado enano, ¿como quieres que te limpie?—Dijo abriendo la canilla del agua y tomando el jabón líquido junto a un pañuelo que tenia guardado.—mi madre podrá no haber sido la mejor madre, pero almenos me enseño como limpiar una camisa cada vez que la ensuciaba en algún logro de mi hermano.—Mojó ligeramente la prenda solo donde estaba sucio y colocó jabón líquido sobre ella, y comenzó a pasar suavemente el pañuelo sobre esta misma. No tardo mucho en limpiar aquellas simples manchas y dejo la camisa como nueva, solamente se veía ligeramente como estaba medianamente mojada.—listo, como nuevo.—

—Pues gracias.—

—... Y gracias A Kenma Kozume por su gran trabajo...—se escuchó por el alta voz fuera de los baños, ni cuenta se habían dado que ya había comenzado la ceremonia.

—Bueno ya es un poco tarde para ir.—Kenma soltó una carcajada la cual fue acompañada de más por el alfa, riendo como dos idiotas al haberse perdido por lo único que habían venido al lugar. Definitivamente eran dos idiotas.

Pararon de reír después de un rato, y se miraron con una sonrisa. Estaban en silenció cómodamente, por alguna razón si querer apartar la vista el uno del otro. Y por simple impulso ambos se acercaron de golpe, iniciando un beso prácticamente desesperado, Kuroo rápidamente agarró la cintura del Omega y lo acercó a el aprovechando a profundizar el beso, el menor rodeó su cuello con sus brazos correspondiendo a este.

Se besaban desesperados como si murieran de hambre de los labios del otro. En falta de aire Kozume se separo bruscamente empujándole por los hombros, ahora sin querer mirarle a los ojos.

—Y-yo... yo iré a disculparme por estar ausente cuando me nombraron.—Habló ciertamente nervioso y se bajo rapidamente del lavado para salir del baño.

—Mierda...—Exclamó Kuroo golpeándose su propia cabeza cuando el menor abandono la habitación, la había completamente cagado. Y no por un lado, si no por dos.