capítulo 29:"Problemas"

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Terminó con éxito aquella restauración de aquella obra de arte, la subieron hasta en los diarios, pero a el le importo subirla en sus redes sociales, el cual había pocas fotos suyas pero se enfocaba más en todos sus proyectos. Ahora sin trabajo, aunque no le importaba mucho, de sus proyectos grandes como este tenia como para aguantar tres meses. Aunque solo recordó que Kuroo le había propuesto un trabajo pequeño.

Pero seguramente estaba bromeando como hacía con todo. O al menos eso pensó hasta que el celular vibrase mostrando un número privado, aunque negó a su propio pensamiento podría ser cualquiera de sus anteriores clientes.

Hola gatito.—Colgó en un instante cuando escuchó ese apodo y voz cuando atendió. Bueno era el, espero unos segundos a que volviese a llamar, y lo hizo tal cual lo esperado.

Fíjate bien como me vas a llamar por que te vuelvo a colgar.—amenazó mientras se tiro en su sofá viendo algunos de sus cuadros más importantes sentimentalmente para el en su sala.

Esta bien, esta bien. Bueno ya te había mencionado lo que quería, ¿cuanto sería aproximadamente?—Suspiro apunto de decir lo rutinario.

Dependiendo del tipo de pintura y tamaño... y otras cosas que mejor ni te explico por que ni entenderíasHabló sin ganas, total no era un cliente como los demás, no tenia que hablarle con total formalidad y profesionalismo.

Yo que se. ¿Y si voy y me muestras? Pagare lo que sea necesario.—un tiro al aire, eso era lo que era Kuroo.

¿Y dejarte entrar a mi casa? Ni de broma.—

—¿Trabajas en tu casa?¿no se necesita un taller para ello?—Preguntó curioso.

Me daba mucha flojera caminar todos los días hacia otro sitio, así que me compre una casa con mi propio taller. Aunque es solo una simple habitación donde puedo trabajar no es para tanto como para llamarla "taller"—Cerró sus ojos aun estando atento a lo que dijera tras el teléfono.

¿Y no me dejarías entrar ni por unas galletas y un pote de helado?—Trató de negociarle como hacia en el pasado.

¿que te crees? ¿Que sigo siendo un crio de dieciseis que haría cualquier cosa por comida?—Soltó una carcajada ironica.

¿Y por veinte dolares?—Esta vez abrió los ojos apretando sus labios, quien diablos se negaría a unos dolares.

No traigas a tu perro ni a ningún acompañante. Y... Procura mantenerte callado. Te mandare la dirección por mensaje.—Colgó sin dejarle responder y básicamente se autogolpeó la cabeza, ¿en que demonios se había metido? No estaba seguro de si quería verdaderamente que volviese a su vida.

Dejó de pensar en ello cuando un pelinaranja salió del baño solo con un short y secándose el pelo tranquilamente.—¿con quien hablabas?—Preguntó curioso su amigo quien estuvo como dos horas bañándose.

Que te importa.—apagó su móvil y se paro dirigiéndose a la cocina para porfin hacer la cena.

Andaa, ¿el chico que te gusta?¿Un Sugar Daddy? Anda cuéntame.—

un trabajo para un viejo amigo.—La cara de Hinata se convirtió en decepción.

Que aburrida es tu vida.—se tiro al sofá aburrido.

Levanta el culo y ayúdame a cocinar. O le diré a Kageyama que estas aquí.—Se paro rapidamente y el contrario nego con la cabeza, no sabía exactamente por qué peleaban pero lo hacían muy seguido, y lo sabia por el humor con el que llegaba Hinata a su casa tantas veces.—Deberías de avisarle al menos que estas conmigo, y que simplemente no quieres que venga. ¿No crees que se preocupa? Sabes como es de sobreproctetor.—

ya le he mandado un mensaje diciendole que estoy bien, llego a decirle donde estoy y en menos de cinco minutos esta azotando la puerta.—Una expresión de tristeza se notó en el rostro de Hinata, pero a Kenma le comenzaba a preocupar, era demasiado seguido que peleaban aquella pareja. Y si era serio, probablemente la marca en el cuello del pelinaranja había comenzado a doler.

Tenía bastante miedo a lo que se denominaba esa marca, pero dudaba que el pudiese tenerla debido a su condición. Pero el estaba bien, ¿quien quería pertenecerle a alguien? El se pertenecía a si mismo, si algo totalmente orgullosamente patetico en un mundo de alfas, betas y Omegas con tal de excusar que moriría solo.

Kenma, Kenma, ¡Se quema!—sacudió su cabeza volviendo a concentrarse y por suerte salvo la comida, debía de dejar de pensar en cosas que no aportaban nada en su vida. Después de todo, estaba viviendo su mejor momento.—¿Que andas pensando? Enserió casi me quedo sin comer por tu culpa.—

—El día en que tu decidas abrirte y contar que sucede te diré que cruza por mi cabeza, pero si tu continuas intentando aparentar que estas bien, no sabrás ni como me encuentro yo.—Hinata desvió la mirada, podría hacerse el tarado para todo, pero era alguien muy reservado con lo que sentía, y eso Kenma era la única persona que prácticamente lo sabía.—Si no puedes lidearlo solo, nunca esta mal apoyarse de alguien más.—sirvió la comida, prefiriendose ocupar de su amigo que lo que ocurría con el. Toda su vida hizo eso, y así era como evadia los pequeños problemas que tenía.

Pero como sea, ahora solo tenia que lidear con ese problema que volvió a su vida momentáneamente, o al menos eso esperaba que fuera, totalmente momentáneo.

Si tanto Me Odias [Kuroken]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora