Caminaba con su grupo de amigos del equipo de Voley por los pasillos hasta que la campana sonó por todo el lugar.—Vayan ustedes, no asistiré a esa clase, me iré al baño primero.—Dio un paso atrás y salió corriendo.
Que digamos no le interesaba para nada los compañeros de su propia aula, no tenía amigos de allí, sus únicos amigos eran los del club de Voley, pero si, siempre hablaba amablemente con todos aunque nisiquiera les callera bien después de todo el incluso es vicepresidente del consejo estudiantil y debía serlo.
Silvaba una canción en su cabeza entretenido y entró al baño deteniéndose por completo al sentir aquel aroma en el aire y ver cómo a su vez salía aquel ser detestable del baño justo cuando entró. Se quedó totalmente inmóvil al verlo ahí parado, era claro estaba en celo, se extrañaba a sí mismo al ver como su alfa interior se movía de un lado a otro casi incapaz de controlarse por eso no movía ningún músculo.
Ya se había envuelto en varias situaciones así, pero siempre mantenía la calma y nada lo descontrolaba.
—Tu...—Le señaló y habló con cierto tono enojado aunque apenas podía sostenerse de pie por su propia condición. Caminaba casi gimiendo hasta quedar lo más cerca posible de el, se sostuvo de su uniforme y le miró.—¿Porque tu? A-ah...—Bajó la mirada avergonzado y molestó, no estaba en todos sus sentidos.—Eres un alfa ¿o no? Cumple tu puto papel y ayúdame.—
Kuroo sonrió nervioso con sarcasmo, era completamente grosero hasta pedir una barbaridad como esa. Aunque en estos momentos al verlo intentar colgarse de su cuello de puntitas liberando esas cantidad de feromonas, estaba siendo propiamente cegado por el Omega. Y la pequeña mano de Kenma apenas rozó el miembro erecto del alfa por arriba de los pantalones y de un movimiento brusco Kuroo se encerró junto a el en uno de los cubículos del baño.
—Tu... Maldito idiota...—Golpeó la pared con brusquedad aún tratando de controlarse ante los instintos de su propio alfa.—Te arrepentiras.—Gruño molesto.
Kenma solamente estaba siendo guiado por su celo, pero una parte de él seguía allí, el alfa no se equivocaba, seguramente se arrepentiría, pero ahora solamente quería que le ayudasen y eso su parte consiente estaba totalmente de acuerdo. Sin dejar de mirarle con una mano tocó aquel bulto devuelta sin vergüenza alguna, como señal de que le permitía explotar al alfa.
Instantáneamente atacó los labios del rubio teñido y introducio sus manos por dentro de su camisa, quejándose de esta, la desabrocho lo más rápido posible y bajo por todo su cuello hasta aquellos botones rosados. Apenas un simple tacto el Omega tembló, no sabía si era por que era la primera vez que lo tocaban o por su sensibilidad ante su celo.
—¡A-ah!—Gimió cuando succionó uno de ellos y el otro lo pellizco, se quejaba ligeramente por el único hecho de que quería más y que estuviera perdiendo su tiempo allí. Se entretuvo lo suficiente allí hasta dejarlos totalmente rojos e incluso uno con una de sus dientes alrededor. Una vez sintió que molesto lo suficiente al Omega le sacó los pantalones dejándolo completamente desnudo solo con su camisa desabrochada, Kenma se quejó al sentir el frío del retrete al tener tacto con su piel pero instantáneamente fue ignorado por la interrupción de dos dedos dentro suyo repentinamente los cuales se transformaron en tres en pocos segundos.
Costaba en si poner sus dedos dentro de él Omega no quería imaginarse si ponía lo suyo, introducido, movió de forma circular aquellos dedos por un buen rato hasta que pudiera masomenos prepararlo lo mejor posible, le estaba por quitar la virginidad al chico que odiaba y lo odiaba, por lo menos hacer que recuerde su primer sexo como el mejor de su vida, si era bueno, seguramente lo odiaria aún más.
—Ya... Ha-azlo ya.—Trató de parar la mano de Kuroo la cual movía los dedos en su interior queriendole pedir el miembro del contrario para poder acabar apropiadamente.
Kuroo sonrió ladinamente aprovechando la situación.—¿que quieres Kenma? Pidelo apropiadamente.—Sabía que iba a ser motivo de burla luego, y era exactamente para eso que lo quería. Seguía siendo el mismo imbecil hasta en esa situación.
No le quedaba de otra, Estaba desesperado. Se puso en cuatro y avergonzado sin querer mirarlo se preparó para hablar.
—Idiota... Metelo... p-porfavor...—
Rogó y apenas lo hizo fue penetrado de una sola estocada, del tamaño de este término apenas Kuroo entró en el.—¿Acabaste apenas entre en ti? Quien lo diría del niño prodigio, acabarás unas veinte veces más entonces.—Agarró sus caderas con firmeza y espero que Kenma dijera algo.
—Solo... Hazlo como tu quieras... Pero hazme sentir bien... Por favor...—
Se sorprendió antes sus palabras las cuales sonaban totalmente sinceras con una voz algo delicada, ¿así que eso era que Kenma hablara sin sarcasmo y enojo?—A sus órdenes.—Penetró profundo queriendo golpear aquel punto G que aún no había encontrado solo por que recién empezaba, las lágrimas de Kenma recorrían su rostro y mordía su labio tratando de no gemir inútilmente.
Y si, se estaba asegurando de penetrarlo con tal intensidad y brusquedad con el único hecho que se sintiese bien, penetrandolo lo más profundo que su interior le permitiese aunque no pudiese ingresar todo su miembro en aquel momento.
Trataba de agarrarse de la pared o de cualquier sitio con tal de no caerse, sus piernas no podían soportar tan intensidad al ser penetrado de aquella forma, entre cada estocada que daba sentía como si golpeara lo más profundo de si.
Kuroo dejaba marcas por toda la espalda de este apropósito, y una vez vio que no podía mantenerse de pie lo levantó dejandolo abrazado a el como un Koala sin dejar de penetrarlo. Y en aquel momento logró golpear aquel punto que había estado buscando.
—A-ahi n-no... ¡A-ah!—Acabó una vez más en el pecho del contrario manchando su camisa. Aunque haya acabado por segunda vez sabía que no terminaba allí para nada. Kozume mordisqueaba el cuello y hombros del alfa con su mente totalmente en blanco ya, ¿cuándo iba a terminar?
Una y otra vez, entró y salió del menor sin detenerse dándole con todas las ganas del mundo, admitía perfectamente que le estaba encantando como el interior del Omega se aferraba tan bien a su miembro, como si no quisiera soltarle.
Se sentó en el inodoro y lo sentó ensima suyo, sorprendiendose por como instantáneamente comenzó a mover sus caderas con la pocas energías que tenía, acompaño el movimiento agarrando con una mano su cintura.
Tenia un excelente cuerpo, digno de un Omega, ¿por qué lo ocultaba entre tanta ropa holgada? Unas estocadas más y lo saco bruscamente de su interior para acabar fuera de si y no hacer un desastre. Kenma acabo por tercera vez y recostó su cabeza en su hombro, agradecía a dios que aún quedaba al menos cuarenticinco minutos para el segundo receso del día.
Kuroo podía ver como temblaba el cuerpo del Omega por la intensidad del Sexo reciente y sabía que había hecho un muy buen trabajo.
Comenzaba a recuperar mejor sus sentidos del celo, ahora solo le quedaba ir a la enfermería por supresores, y arreglarse primero por supuesto. No tenía ningún problema con mirar a aquel alfa, solo había sido sexo casual, solo le había ayudado con su celo. Sin decir absolutamente, con sus rostros totalmente serios, se limpiaron y arreglaron en completo silencio, hasta salir por fin de aquel baño que lo más seguro es que hayan dejado un gran alboroto de feromonas.
—¿Puedes ir solo?—Preguntó seriamente viendo como el cuerpo del contrario temblaba.
—Claro que puedo, ni que haya sido tan- —Quizo caminar lejos de el pero sus piernas temblaron y casi cae al suelo pero por suerte los brazos del alfa le detuvieron.
—¿te llevo?—
—Tsch si.—Desvió la mirada molesto y con un rubor en sus mejillas avergonzado.
ESTÁS LEYENDO
Si tanto Me Odias [Kuroken]
FanficSi tanto me odias intenta no besarme. Kuroken Omegaverse No sé permiten adaptaciones sin mi consentimiento Escenas +18 si no te gustan largo.