De todas las posibles cosas que pudiera llegar a hacer cuando terminase la escuela, hizo la que menos se esperaba, estudiar arte. Hasta vio más posible que su futuro acabase en un suicidio, pero allí estaba. Era agradable, algo divertido de estudiar, algo el cual no sabía y le generaba interes y ganas, aunque aun así tuvo completa facilidad en aprender. La gente de ese entorno era muy diferente a la que conocía de cualquier otro sitio, transmitía distintas vibras.
A decir verdad por fin pudo mejorar en su vida, hasta decidió quedarse un año más en su casa por su madre y luego salió en busca de algún departamento para el. Trabajando de medio tiempo en una pequeña tiendita, ganándose la vida, apenas tenía tiempo para relajarse. Enserio no se esperaba para nada haber terminado con metas y logros por cumplir.
Si ese idiota alfa no hubiera hecho su último año tan interesante ¿habría llegado a esto? Por su orgullo, seguramente.
Por primera vez había hecho amigos, con el cual no se había acostado ni comenzaron teniendo sexo ni nada por el estilo, amigos completamente normales. Definitivamente todo iba demasiado bien, algo realmente raro para la vida de Kenma Kozume.
Y lo que mejor sabía hacer el era ser un dotado con tal de saltearse años, y eso fue exactamente lo que hizo, sin su habilidad de aprender rápido no sabía que haría con su vida, aunque esto lo hizo más por lo que le gustaba la carrera, que por flojera de seguir estudiando más años como hizo anteriormente. Y así es como logró después de tres años conseguir bastantes titulos y conocer a un reconstuctor de pinturas importantes que estaba dispuesto a enseñarle cosas que no podía aprender en escuelas.
Y gracias a esa pequeña y gran oportunidad logró tener un trabajo completamente legal, por su talento y por algo en que verdaderamente se esforzó, cuando se presentaba un trabajo restauraba las obras de arte y si no vendía pinturas que se vendían muy bien por la fama que agarró al ser tan joven y al conocer a un pintor y reconstuctor tan famoso. Era ciertamente famoso, pero solo entre la comunidad del arte, nadie importante si hablamos del resto del entorno.
—Escuché que te llaman "Joven reliquia"—Un pelinaranja se presentaba en su zona de trabajo a altas horas de la noche.
—¿Recién te enteras?—Kenma sonrió mirándole desde arriba debido a que estaba en unos andamios por el tamaño de la obra la cual estaba arreglando.—¿Que haces aquí? No recuerdo haberte llamado.—Continuó con su trabajo sin mirarle.
—Estábamos de pasada con Kageyama y decidimos llevarte hasta casa. ¿Te queda mucho?—Preguntó apoyándose en uno de esos fierros.
—Como tres o más días de trabajo.—Hinata rodeó los ojos.—¿Seguro que es solo por eso? Ya ha pasado un año puedo volver solo a casa por la noche.—Suspiro Kenma comenzando a guardar todos los materiales, dando por entender que ya era suficiente por hoy.
Tal vez habia olvidado algo que contar en todo este tiempo, no había sido exactamente todo perfecto. A decir verdad Kenma no tenia buena suerte para nada, y el encontrarse un alfa en celo a media noche no fue muy conveniente de su parte especialmente siendo un Omega. Agradeció a dios que esa ocasión había salido con Hinata, Kageyama y Yachi, con suerte le salvaron de ser violado y ser marcado, pero había sido toqueteado por un largo rato de forma desagradable.
No esperaba que eso le afectara en su vida cotidiana, o al menos eso fue hasta que quizo intentar algo con un beta y un alfa y rompió ambas veces el llanto al ser mínimamente tocado. Se negaba propiamente a ir a terapia, pero mientras no tuviese relación amorosa con nadie se encontraba bien. Pero a la vez era preocupante, no para Kenma, pero si para los de su alrededor.
Y la gente solía cuidarlo mucho, a pesar de que haya pasado un año de ello, todo el mundo de su intimidad seguía viendole como algo frágil con miedo a que se rompa. Pero el estaba completamente bien, ya le habían ocurrido peores cosas según el.
Solo debía de hacer como hacia todos los días. Levantarse por la mañana, tomar sus cosas, llegar a su lugar de su trabajo, trabajar hasta el almuerzo, o aveces nisiquiera almorzar como en esta ocasión. Recibiría un muy buen pago por este trabajo, mejor terminarlo lo más rápido posible, tal vez se iría de vacaciones y se la llevaría a su madre con el.
—Hey, Omega.—Kenma miró hacia abajo con molestia, dos hombres de traje que parecían trabajar allí le llamaban. De mala gana bajo y les siguió hacia la recepción.—Le pedimos por favor que se marche y vuelva en otra ocasión, hay una cena/junta importante en estos momentos.—
—Yo hable presencialmente con el dueño de las instalaciones y bajo ninguna circunstancia se me informó que podía abandonar mi trabajo.—Habló con cierta arrogancia.
—Su presencia como Omega incomodaria a nuestros invitados alfas, por su bien por favor...—
—¿Y a mi que carajo me importa si sus alfas se incomodan o no? Yo sin terminar mi trabajo no me largo de aquí ni de broma.—Se cruzó de brazos manteniéndose firme ante ambos hombres que tratan de intimidarle sin éxito.
—Entonces terminelo rápido, ¿tanto tiempo va a tardar en pintar tres cositas?—Habló el otro acompañante y por fin acabaron con la paciencia de Kenma.
—Mis pelotas en remojo.—Alzó un poco la voz enfadado.—pintalo tu si tan fácil te crees que es, dale anda, haz tus tres palitos con un circulito. Anda tranquilo, que total pintando cobro más que tu gilipollas.—Y así por una simple idiotez se generó un conflicto entre esos dos hombres y el Omega llamando la atención de más de uno presente allí y de una persona en especial que seguramente nunca más pensaba en cruzarse.
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Si tanto Me Odias [Kuroken]
FanficSi tanto me odias intenta no besarme. Kuroken Omegaverse No sé permiten adaptaciones sin mi consentimiento Escenas +18 si no te gustan largo.