25. Laberinto

338 38 0
                                    

***

Estaba agotado, ya no quería seguir con sus clases, todas eran muy agobiantes para él, así que se escondió entre los matorrales.

Su maestro de piano le había regañado otra vez por equivocarse en una nota y le había golpeado, por 12va vez consecutiva, los dedos con una regla de madera y era muy doloroso.

¿Que si intentó acusar a este abusador con sus padres? Claro que sí, pero ¿Que podía hacer un niño de 9 años cuando sus padres estan mas interesados en sus trabajos? La respuesta sencilla es darle aviso de la situacion a sus progenitores para dias despues recibir toneladas de regalos, como si eso compensará su ausencia y falta de atención.

- Joven SeokJin ¿que es lo que hace aquí?- la pregunta le hizo sobresaltar con miedo, pero se relajó al ver que solo era el ama de llaves de la casa.

- Ya no quiero seguir con mis clases de piano, el maestro me golpea mis manos con la regla y me duelen mucho- La mujer lo miró con ternura, se acercó mas al pequeño y se acunclilló frente a él.

- déjame ver tus manitas- Cuando SeokJin mostró sus manitas pudo ver como el dorso, nudillos y deditos del pequeño estaban bastante rojos- ¿Te duele?

El pequeño negó con la cabeza.

- Sólo si lo toco....- De su bolsillo la mujer sacó un pequeño frasco de plástico y lo abrió.

- veamos, te voy a poner en tus manitas un hunguento, mi esposo me lo compró porque suelo ser muy torpe cuando trabajo, esto va a relajar tus manitas y ya no sentirás dolor- luego de aplicar el hunguento, SeokJin miró a la mujer con una sonrisa, ya no dolía tanto.

- ¿Puede dejarme quedar aquí porfavor? No quiero volver a entrar.

- No se preocupe Joven, mantendré esto en secreto- El pequeño SeokJin lo agradeció, le alegraba que almenos los empleados de la casa lo tratarán bien, pero desgraciadamente no todos se quedaban ahí trabajando y muy a menudo sus padres contrataban gente nueva.

A sus 13 años conoció a NamJoon, una historia que todos ya saben a la perfección, más sin embargo lo que nadie sabía era la vida de SeokJin dentro de las paredes de su casa.

- ShinDong nos informó que saliste de la escuela conversando con un niño nuevo.- Dijo su madre, esa ocasión en particular era de esas veces donde sus padres cenaban junto a él, de esas 2 o 3 veces al mes.

ShinDong era su chofer, un hombre muy amable que por desgracia debía contarle a sus padres hasta el mas mínimo detalle de lo que él hacía, y hace días atras había conocido a NamJoon.

- S-si, se llama Kim NamJoon y me está ayudando en mis clases de Inglés- su padre lo miró extrañado.

- Sabes perfectamente que podemos pagarte un profesor particular de Inglés, ya suficiente tenemos con la petición que nos hiciste para estudiar en esa escuela pública.- y tal como su padre lo decía, SeokJin, les había pedido, o mas bien rogado, estudiar en una escuela pública, pues en su antigua escuela él no podía hacer nada sin que lo estuvieran juzgando con la mirada.

- No es necesario padre, puedo arreglarmelas solo.

- Más te vale salir con honores de esa escuela, no ensucies el apellido de tu padre SeokJin, ya bastante burla hemos recibido por tu decisión de estudiar en esa escuela- Y ahí estaban denuevo.

"SeokJin, no ensucies el apellido Kim"
"SeokJin, llorar no es de hombres"
"SeokJin, no cometas errores"
"SeokJin, eso no es de tu clase"

Sus padres eran extrictos, todo lo que él hacía debía ser perfecto y todo porque no querían que manchara la imagen de la familia.

Mi Mundo Es Increíble (NamJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora