ʀᴇᴄʀᴜɪᴛᴇʀs

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"ʏ sɪ ᴇɴ ᴇʟ ɪɴᴛᴇɴᴛᴏ ᴅᴇʙᴏ ᴅᴇsᴛʀᴜɪʀ ᴍᴇᴅɪᴏ ᴍᴜɴᴅᴏ

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"ʏ sɪ ᴇɴ ᴇʟ ɪɴᴛᴇɴᴛᴏ ᴅᴇʙᴏ ᴅᴇsᴛʀᴜɪʀ ᴍᴇᴅɪᴏ ᴍᴜɴᴅᴏ... ʟᴏ ʟᴀᴍᴇɴᴛᴏ ᴘᴇʀᴏ ɴᴏ
ᴅᴜᴅᴀʀᴇ̀ ᴇɴ ʜᴀᴄᴇᴇʟᴏ ."

Ignoré otra vez las señales de mi cuerpo rogándome que me detuviera.
Papá no apareció ayer, ni hoy.
Amber, igual.
Ambos brillaban por su ausencia justo el día que empezaba el entrenamiento de reclutas. Justo hoy, que se supone sería el primer encuentro oficial.

Con dolor de cabeza, resaca y el cuerpo hecho trizas por el ejercicio, me obligué a levantarme. Me tomé un jugo verde como si eso fuera a revivirme y salí al patio de la casa de campo de Amber.
Practiqué arquería. Luego pasé a la ballesta. Y finalmente, cuchillos.

Amber no había llegado. Y honestamente, no creía que viniera.
Era obvio que no me elegiría como su propuesta.
La conozco.
Ella no se "arriesgaría" de esa forma... como si jugar con cuchillos a los 12 no hubiera sido arriesgado también.

Tomé el bus. No me gusta viajar así, pero no iba a pagar un taxi solo para entrenar.
Durante el trayecto me aburrí, pero no cerré los ojos. No soy tan ingenua como las protagonistas de películas que se duermen y mágicamente despiertan en su parada. Lo intenté una vez. Terminé en Dorset.

Media hora después, llegué. Bajé, caminé cinco minutos y entré a una cafetería.
Pedí una hamburguesa doble con bacon y una malteada de chocolate. No había comido nada y eran casi las cuatro.
La señora que me tomó la orden me miró como si le hubiera confesado un crimen.
Le devolví una mirada plana, dejándole claro que no cambiaría nada.

La comida llegó. Empecé a devorarla como si no hubiera comido en días.
Y en cierto modo, no lo había hecho.
La resaca y el entrenamiento me habían dejado vacía.

Iba por la mitad cuando la campanilla sonó.
Entró una mujer vestida con ropa elegante. Me miró.
Amber.

Suspiró al verme con la hamburguesa a medio comer, la boca llena y cara de "déjame vivir".
Su mueca fue casi cómica. Ella era vegetariana, y juraba que eventualmente lo sería yo también. Pero lo siento: amo demasiado la carne.

Se sentó de golpe frente a mí. Lo cual ya decía mucho: Amber no hace cosas de golpe.

—Así que aquí estabas. Llevo todo el día buscándote —me reprendió.
—Y yo todo el día entrenando. Estoy muerta de hambre. Hoy y ayer han sido un desastre —me defendí.

—Sí, me imagino la resaca que debes tener —dijo con severidad.

—Okay, si me estuviste vigilando, viste que el del minimarket empezó. Yo solo terminé lo que él empezó —me adelanté, para que no fuera a soltarle nada a papá.

Me ignoró olímpicamente.
Rodé los ojos, indignada, pero seguí comiendo mis papas con dignidad.

Pidió una ensalada de tofu. Sonreí por dentro. Tan predecible.

ᴳᵒᵒᵈ ˡᵘᶜᵏ ᴬⁿᵃʰⁱᵈ  ᴋɪɴɢsᴍᴀɴ ғᴀɴғɪᴄᴛɪᴏɴ ──★ ˙🧷 ̟ !! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora