↳ ʟᴏᴀᴅ ᴀɴᴅ sʜᴏᴏᴛ┈➤

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A la mañana siguiente me levanté un poco tarde

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A la mañana siguiente me levanté un poco tarde. Al abrir los ojos, encontré a la mayoría aún dormidos. —¡Cuánto me gustaría estar en su lugar!— pensé.

Pero necesitaba mejorar en mi puntería y resistencia. Debía aumentar mi rendimiento rápido o me quedaría atrás.

Me levanté, arreglé la cama y salí hacia las duchas. Al entrar, fui despojándome de la ropa y me percaté de que no había nadie. La mayoría, por no decir todos, seguían dormidos. Me daban un poco de envidia, pero como dije: no quería quedarme atrás. No quería ser eliminada habiendo llegado tan lejos. Vine aquí por todo o nada, y me iré con todo o nada. Sí, estaba pensando en grande.

Después de ducharme y vestirme, me dirigí al comedor en busca de algo para comer. Solo había unas pocas personas, completamente inmersas en su mundo, ignorándome. Entre ellas estaba Charlie, a quien menos quería ver en ese momento. Pasé por su lado haciendo caso omiso a todas las miradas de sus amigos. Tomé una bandeja estilo almuerzo escolar, con una manzana verde, un jugo de naranja y un vol de macarrones con queso.

Salí disparada, sin querer perder más tiempo, y me dirigí al campo de tiro. Allí me senté en el suelo y devoré la comida. Cuando terminé, me levanté, busqué las armas que usaría y me puse el cinturón donde coloco todo.

Me dispuse a disparar a todos los blancos que veía. Primero los de corta distancia, luego cambié a media y finalmente a larga distancia. Pero en los blancos de larga distancia la cagaba.

Disparé a todos, apreté el botón para que los blancos regresaran y revisé: acerté todos los de corta y media distancia, pero en los de larga... no. No había dado en el centro de ninguno. Me frustré y lancé los blancos a la basura con enojo.

Lo intenté una y otra vez. Fallaba y fallaba, pero seguía intentando. Estaba empezando a cansarme. Miré el reloj: llevaban tres horas y aún no lo lograba.

—¡Maldita sea! ¿Por qué es tan difícil? —grité con enojo.

—Tranquila, linda. No hagas berrinches con un arma en la mano, podrías lastimarte... o a los de tu alrededor.

Me giré con furia y me encontré con Eggsy, regalándome una sonrisa tranquilizadora. Pero mi mirada borró esa sonrisa y lo dejó con una mueca.

—Anahid —advirtió.
—Eggsy —respondí.
—¿Qué se te ofrece en este instante menos oportuno? —pregunté con mi mejor sonrisa fingida.

—Vine a practicar y me encuentro contigo tratando de matar a alguien... que podría ser yo si sigo hablando —espeto.

—Bien, como tú dijiste: no quieres morir, ¿verdad? Entonces te recomiendo que salgas. Mira, no es personal... bueno, algo sí, pero bueno... ¡largo! —exclamé.

Él no fue a la salida. En lugar de eso, se dirigió a los casilleros de armas, eligió una y comenzó a disparar, ignorándome.

—¿Por qué quieres practicar en un día libre cuando tienes el puntaje más alto en disparo? Eres excelente —le reproché.

ᴳᵒᵒᵈ ˡᵘᶜᵏ ᴬⁿᵃʰⁱᵈ  ᴋɪɴɢsᴍᴀɴ ғᴀɴғɪᴄᴛɪᴏɴ ──★ ˙🧷 ̟ !! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora