• . . • . ⋆₊⊹Eggsy no es el único candidato para convertirse en el nuevo Lancelot. Harry tiene a su hija, Anahid Hart: letal, brillante y con una lengua tan afilada como sus cuchillos. ¿El problema? El problema es que, aunque tiene todo lo nec...
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Salí de la estación de tren y me dirigí afuera. Vi a lo lejos a Amber recostada en un auto convertible.
Nunca lo había visto; al parecer era su nueva adquisición. Sonreí al ver cómo encendía la radio buscando algo que escuchar.
Y cómo se detuvo en una emisora donde estaba reproduciéndose una canción de Britney Spears. Me quedé observándola a una distancia razonable.
Vi cómo subía el volumen al máximo y empezaba a tararear la canción, como si tratara de recordar la letra, hasta que lo hizo: la recordó y empezó a cantar y a mover sus manos al ritmo de la canción. Me acerqué con una ligera risa; ella, al verme, empezó a cantar más fuerte.
—¡GIMME GIMME MORE, GIMME MORE, GIMME GIMME MORE, GIMME, GIMME MORE, GIMME MORE, GIMME MORE! —me reía a carcajadas al verla gritando como loca a la que sea la hora de la madrugada.
—Vamos, Ann, sabes la letra, canta conmigo —me animó mientras empezaba a hacer un baile gracioso.
Empecé a tararear y a mover mi cabeza y mis hombros al ritmo de la canción; luego me solté y empecé a bailar. No bailaba desde el día que llegué al entrenamiento.
La canción terminó, dejándonos con una respiración entrecortada entre risas y bailes raros. Cuando pudimos respirar mejor, Amber gritó a todo pulmón:
—¡¡IT'S BRITNEY, BITCH!! —dijo, para luego entrar al auto, seguida por mí, que no borraba mi sonrisa de oreja a oreja.
—Bien —suspiré cansada—. Esto fue divertido, pero estoy cansada, tengo sueño —suspiré sonoramente mientras batía mis pestañas. —Bueno, Anahíd, iremos a casa, pero antes tengo algo que mostrarte —dijo para luego encender el auto y partir a nuestro destino.
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Nos detuvimos en una especie de banco antiguo. Amber estacionó el auto en el estacionamiento. —Amber, no tenías que dejarme herencia, no estás tan vieja, creo que aún te quedan algunos años de vida —solté con burla. —Ya quisieras —agregó con sarcasmo. —Entonces, ¿qué hacemos en este banco a esta hora? —pregunté.
—¿No es obvio? Hacer un retiro —respondió obvia mientras avanzaba hasta la entrada. —Bueno, eso me dice mucho —dije mientras abría la puerta para dejar pasar a Amber y luego pasar yo.
—Wow, qué educada —se burló de mí una vez adentro. —¿Retiro o ingreso? —preguntó una especie de recepcionista. —Retiro de la familia Hargrove —dijo simple Amber. —Oh, ¿la familia Hargrove tiene mucho tiempo ingresando y retirando? —preguntó.
—Sí, tiene años. —¿Trajo la llave? —Sí, aquí la tengo —respondió Amber mientras sacaba una especie de llave antigua. —Bien, vayan al final del pasillo, a la izquierda. Allá las encontrará alguien —explicó mientras nos daba un papel.