• . . • . ⋆₊⊹Eggsy no es el único candidato para convertirse en el nuevo Lancelot. Harry tiene a su hija, Anahid Hart: letal, brillante y con una lengua tan afilada como sus cuchillos. ¿El problema? El problema es que, aunque tiene todo lo nec...
Me sentía mojada y con frío, como si estuviera en medio de un lago o un río. Me removí incómoda en la cama, convencida al principio de que era solo un mal sueño. Pero la sensación se hizo más clara... tan clara que llegó hasta mi cara.
Me levanté exaltada, prendí la lámpara y miré alrededor. Otros también empezaban a despertarse. A mi lado, Eggsy y Roxy abrían los ojos al mismo tiempo.
De pronto, todos nos vimos obligados a trepar a nuestras camas y agarrarnos del techo. El agua subía sin freno.
—¡Mantengan la calma! —gritó Charlie, aunque nadie parecía escucharle.
Las ideas volaban. Nadie encontraba una solución, hasta que vi a Roxy. Ella me lanzó una mirada significativa, señalando los baños. Asentí.
—¡LAS REGADERAS! —gritamos al unísono.
Charlie nos miró, entendió y completó:
—¡Un esnórquel!
Y todos nadaron hacia los baños.
—¿Un... esnórquel? —murmuró Eggsy, confundido. —¿Y qué pasa con la maldita puerta? —chilló, ya desesperado.
Yo lo seguí con la mirada. Él intentaba abrirla a la fuerza, pero nada. Lo ayudé, sin éxito. La falta de oxígeno se notaba en su rostro, y en el mío también.
Volvimos con los demás. Roxy me alcanzó un tubo improvisado, inhalé con fuerza y luego nadé hacia Eggsy. Él me señaló el espejo gigante. Entendí al instante.
Golpeamos juntos, una y otra vez, hasta que se quebró en mil pedazos. El agua nos disparó hacia afuera, liberándonos.
El aire nos llenó los pulmones como si fuera oro. Todos jadeaban violentamente. Miré a Eggsy: estaba rojo, agotado, pero vivo. Algunos tal vez creyeron que habían logrado salvarse solos, cuando en realidad fuimos Roxy, Eggsy, Charlie y yo quienes hicimos algo más que llorar o entrar en pánico.
—Felicidades por completar su primera prueba. Charlie, Roxy, Anahíd... bien hecho con lo del esnórquel. Para los que aún no entienden: si consiguen un tubo y lo meten en el inodoro, tendrán aire ilimitado. Física básica. Eggsy, Anahíd, muy bien con lo del espejo doble —nos felicitó la voz metálica de Merlin.
Charlie sonrió con suficiencia. —Tal vez hayan visto muchos espejos... —se burló, arrancando algunas risas.
Pero la celebración duró poco.
—Bórrense esa sonrisa —la voz de Merlin se endureció—. Todos olvidaron lo más importante: el trabajo en equipo.
Nos giramos hacia un rincón. Amelia yacía ahogada. Nadie había notado que no había salido con nosotros. El desconcierto nos golpeó como otra ola.
